A la segunda va la vencida para los Tar Hells de Carolina del Norte. Tras el drama en la final del año pasado, donde Villanova arrebataba el título a los actuales campeones con una canasta ganadora sobre la bocina (71-65), el equipo dirigido por el ya histórico entrenador Roy Williams lograba en la madrugada de este martes vengarse del caprichoso torneo universitario del KO, a la vez que demostraban por qué se les considera como uno de los mejores programas deportivos de la década.
En un partido sin demasiada historia, la habilidad de los de Tar Heels en cada rebote ofensivo, sumado a la unión dentro de un vestuario que sufrió mucho tras quedarse a las puertas del título el año pasado, fueron piezas claves a la hora decantar la balanza a favor de Carolina del Norte, y hacerse así con el sexto título en la historia del programa, tercero para Williams desde su llegada al equipo en 2003.
Gonzaga por su parte llegaba a la final de Glendale, Arizona, como un aspirante al título en el que ningún analista llegó a creer hasta que les vieron saltar a la cancha.
Partiendo de una conferencia algo menos competitiva que sus rivales, la WCC (West Coast Conference), y haciendo la primera aparición de su historia a estas alturas del torneo, Gonzaga salía al parqué del University of Phoenix Stadium con la intención de protagonizar una de esas historias conmovedoras en el mundo del deporte, un débil David venciendo al imponente Goliat.
Sin embargo, los chicos de Mike Few no fueron capaces de llevarse un partido que ganaban 35-32 al descanso, y en el que terminaron perdiendo con una jugada propia de novato en la que se apresuraron para llegar con su última posesión hasta el final, cuando el reloj marcaba tiempo de sobra para buscar una canasta que les llevara a la prórroga.
"Que la pelota entre más en la canasta"
Así valoraba Roy Williams la actuación de su equipo en el descanso. Tras una primera parte sin apenas sobresaltos, y en la que las ocasiones brillaron por su ausencia, ambos equipos se iban al descanso buscando la solución para desencallar el juego, algo que nunca llegó.
El segundo tiempo comenzaba para Gonzaga con dos pérdidas de balón, un tapón en plena entrada a canasta, y un tiro al aire, algo de lo que Carolina del Norte apenas se aprovechó ya que el marcador seguiría muy igualado hasta los instantes finales del partido.
Con el único apunte de que Gonzaga se pasó algo más de 8 minutos seguidos sin anotar un punto en mitad de la segunda parte, el equipo de Spokane, en el estado de Washington, tampoco pareció inferior a unos Tar Hells en los que su tirador, Justin Jackson, no anotó un solo triple en todo el encuentro.
El base de Carolina del Norte por su parte, Joel Berry II, sí que tuvo una actuación destacada con 22 puntos frente a su homónimo de Gonzaga, Nigel Williams-Goss, que pese a sus 15 puntos será recordado como el jugador que arriesgó demasiado rápido la última posesión de su equipo en esta final.
Roy Williams entra en el club de los tripletes
Anotando apenas el 55% de sus tiros libres, y con tan solo el 15% de sus triples entrando en el aro, Carolina del Norte se lleva una final que no pasará a la historia por su juego, pero que catapulta hasta el estrellato a su entrenador.
Roy Williams no sólo ganaba este martes en su aparición número 100 del torneo NCAA, si no que es desde esta temporada uno de los 6 entrenadores en la historia que consigue el honor de ganar 3 títulos de campeón universitario, el último en conseguir este honor siendo Mike Krzyzewski 'Coach K' en 2001.
Así pues, los aficionados al baloncesto universitario despiden la temporada con el "One Shining Moment", canción que se repite en el vídeo conmemorativo del torneo cada año, y con ganas de que la pelota vuelva a ponerse en juego este noviembre.
Hasta entonces, queda seguir de cerca los nuevos fichajes de cada universidad, ver qué jugadores deciden ponen su nombre en el draft de este año, y por supuesto, la NBA, que, salvo sorpresa, entra en su momento clave de la temporada.