La combinación de Kevin Durant y Stephen Curry lideró el ataque de los Warriors de Golden State que remontaron una desventaja de 15 tantos y vencieron a domicilio por 92-101 a los Rockets de Houston en el decisivo séptimo partido de las finales de la Conferencia Oeste.
La victoria permitió a los Warriors ganar 4-3 la serie al mejor de siete y revalidar el título para jugar por cuarta vez consecutiva las Finales de la NBA contra los Cavaliers de Cleveland, que también vencieron por 4-3 la serie en la Conferencia Este.
El cuarto duelo consecutivo entre Warriors y Cavaliers en las Finales comenzará el próximo jueves con el primer partido que se va a disputar en el Oracle Arena de Oakland al tener el equipo de Golden State la ventaja de campo. Los Warriors, actuales campeones de la NBA, defenderán el titulo que lo han ganado dos veces en los últimos tres años, mientras que los Cavaliers lograron el primero de su historia en el 2016.
Durant con 32 puntos, incluidos cinco triples, cinco rebotes y cinco asistencias, encabezó el ataque de los Warriors que tuvieron un 41% (16-39) de acierto con los tiros desde fuera del perímetro. Mientras que Curry brilló de manera especial en la segunda parte, cuando los Warriors completaron una remontada de 11 tantos (55-43), al aportar 27 puntos, incluidos siete triples, 10 asistencias. capturó nueve rebotes y recuperó cuatro asistencias.
El escolta Klay Thompson llegó a los 19 puntos y el ala-pívot Draymond Green aportó un doble-doble de 10 tantos, 13 rebotes y cinco asistencias, que también lo convirtieron en factor ganador. El escolta James Harden con 32 puntos, pero sólo 2 de 13 intentos de triples, encabezó el ataque de los Rockets, que también tuvo el apoyo de Eric Gordon al anotar 23 tantos. Pero al igual que Harden no estuvo inspirado en los tiros desde fuera del perímetro como el resto del equipo que anotó 7 de 44 para un 16 por ciento de acierto.
El pívot suizo Clint Capela logró 20 puntos y nueve rebotes, mientras que el alero PJ Tucker acabó con un doble-doble de 14 tantos, 12 rebotes y cuatro recuperaciones de balón, que tampoco impidieron la derrota de los Rockets, que habían acabado la temporada con la mejor marca de la liga (65) triunfos.
La ausencia por segundo partido consecutivo del base estrella de los Rockets, Chris Paul, que se lesionó al final del quinto, pesó como una losa en el juego del equipo de Houston, que de nuevo tuvo una primera parte brillante al estar siempre al frente del marcador y conseguir hasta 15 puntos de ventaja. Se fueron al descanso con parcial de 54-43, pero una vez más, llegó el fatídico tercer cuarto, el preferido de los Warriors para comenzar la remontada y romper a su rival, y eso fue lo que sucedió en el partido decisivo.
Los Rockets perdieron la concentración defensiva, y los Warriors con sus triples y penetraciones de Durant y Curry lo acabaron con parcial de 15-33, que dejó tocado al equipo de Houston en su juego y moral al ver que el marcador global era de 69-76 para comenzar el cuarto periodo.
Curry logró 14 en el periodo para convertirlo en el jugador decisivo, que como sucedió en el sexto partido, hizo posible la remontada en la segunda mitad, ayudados por los Rockets que fallaron los 14 intentos de triple que hicieron durante el tercer periodo.
Los Warriors en el sexto partido habían estado abajo 17 tantos en la primera parte para luego ganar por 115-86. La historia se repitió, nada cambió, los Rockets intentaron la hazaña de la remontada, pero Durant, Curry, Thompson, que tuvo problemas de personales desde el primer cuarto, le pitaron la tercera, respondían con canastas con penetraciones y tiros sin que en ningún momento permitiesen al equipo de Houston meterse de nuevo en el partido.
Los campeones hicieron buenos los pronósticos de ser una vez más el equipo que tienen en su plantilla a cuatro jugadores que indistintamente pueden definirles un partido y más cuatro se trata del decisivo que los llevó de nuevo a las Finales, donde salen como grandes favoritos.