Vuelve la NBA. Vuelve el espectáculo. Vuelve la mejor liga de baloncesto del mundo. Y lo hace con una gran novedad. Tras cuatro temporadas en los Cleveland Cavaliers, equipo que lo drafteó en 2003 y al que regresó en 2014 después de ganar dos campeonatos en cuatro años jugando para los Miami Heat, LeBron James ha fichado por Los Angeles Lakers.
Nuevo reto para 'El Rey'
El que es, indiscutiblemente, el mejor jugador del mundo en la actualidad llega a uno de los equipos más míticos de la competición. Con la llegada del que muchos consideran ya el mejor jugador de la historia, superando incluso al mismísimo Michael Jordan, la franquicia angelina comienza un nuevo proyecto que espera que esté repleto de éxitos. Sin embargo, es una apuesta a largo plazo.
A sus 33 años, LeBron decidió dar un nuevo impulso a su carrera. No ejerció su player option, la cual le permitía elegir si renovar su contrato con la franquicia o marcharse a otra, tras ver que en Cleveland no podría volver a la gloria. Tomó esta última decisión tras varias semanas de intensos rumores y expectación. Y no en vano, pues se trata del jugador más dominante del planeta.
La pasada campaña, sin ir más lejos, promedió 27,5 puntos, 8,6 rebotes y 9,1 asistencias por partido. Unos números de escándalo, que se suman a sus tres campeonatos de la NBA, sus cuatro MVP (galardón entregado al mejor jugador de la temporada) o las catorce ocasiones en las que ha sido llamado para jugar el partido All-Star, ese que únicamente disputan los mejores, entre otros tantos trofeos.
En esta temporada, LeBron podría superar en anotación al citado Michael Jordan y a Wilt Chamberlain, entrar en los diez jugadores con más asistencias en toda la historia de la NBA, en los quince con más robos y superar los 45.000 minutos jugados. Casi nada. Un nuevo reto que, como ya se ha dicho, es a largo plazo.
Una dinastía histórica
Pese a tener al mejor jugador del mundo en sus filas, los Lakers están lejos de ser el mejor equipo. Ese honor recae en la franquicia que le ha amargado la existencia a LeBron en los últimos años: los Golden State Warriors. El equipo entrenado por Steve Kerr suma cuatro finales consecutivas, de las cuales ha ganado tres. Únicamente LeBron, en la mencionada 2015/2016, pudo imponerse en su hegemonía.
Dominio que no parece tener fin. Los Warriors lograron el récord de más partidos ganados hace unos años, su superioridad parece, en muchas ocasiones, aplastante y varios expertos ya les colocan como el mejor equipo de la historia, por encima incluso de los Chicago Bulls de Jordan, Scottie Pippen y Dennis Rodman.
Y es que la franquicia californiana tiene una plantilla de auténtico lujo. Stephen Curry puede ser llamado, sin miedo, uno de los reyes del baloncesto actual. Lo mismo ocurre con Klay Thompson en el puesto de escolta. Kevin Durant es, posiblemente, el único capaz de discutirle el trono al citado LeBron. A esto se suman unos secundarios de lujo que aceptan perfectamente su rol gracias a un técnico experto en gestionar egos.
Para más inri, este verano han sumado a sus filas a DeMarcus Cousins. El exjugador de los New Orleans Pelicans es, posiblemente, el mejor pívot de la liga cuando está en plenas condiciones físicas. El problema reside en que, en primer lugar, llega lesionado, por lo que su rendimiento una vez se recupere es una incógnita. En segundo lugar, es un jugador con una personalidad bastante fuerte, similar a Draymond Green.
Sea como sea, los Warriors son indudablemente los favoritos para hacerse con el anillo. La pasada campaña fueron el mejor equipo en el apartado ofensivo, entró en los diez mejores en el apartado defensivo y fue líder en porcentaje de tiros de campo exitosos, porcentaje de triples anotados, asistencias, tapones y muchas estadísticas más. Un abuso.
La ilusión de Luka Doncic
Por otro lado, la nueva temporada de la NBA genera mucha expectación por motivos que van más allá del duelo entre Warriors y LeBron. Otros equipos esperan su oportunidad de colarse en el puesto de mejor equipo del año, como unos Boston Celtics que la pasada campaña ilusionaron de sobremanera y que ya han recuperado a los lesionados Irving y Hayward o los Houston Rockets de James Harden.
El equipo de Boston es el máximo favorito a llevarse el Este tras la marcha de LeBron a Lakers. Bajo la batuta de un excelente entrenador como Brad Stevens y la lógica, en teoría, progresión de Tatum en su segundo año en la NBA, los verdes tienen motivos para soñar incluso con un nuevo anillo.
Además, están los rookies, los debutantes en la competición. Entre jugadores tan prometedores como DeAndre Ayton, Marvin Bagley III, Trae Young, Mohamed Bamba y compañía, se encuentra uno especialmente conocido por los aficionados españoles: Luka Doncic.
El esloveno llega a la NBA tras tres temporadas deslumbrando en Europa en las filas del Real Madrid. Con el conjunto blanco logró una Euroliga, tres ligas ACB y dos Copas del Rey, además de varios galardones individuales, como el MVP de la Euroliga, MVP de la Final Four de la misma competición, MVP de la liga regular de la ACB, etc. Y todo ello con tan solo 19 años. Un futuro de lo más ilusionante para una perla que ya ha demostrado su potencial en la pretemporada.
Finalizando tercero en el Draft 2018, Doncic fue elegido por los Atlanta Hawks, pero al momento fue traspasado a los Dallas Mavericks por Trae Young y una futura primera ronda protegida. Fue, sin duda, lo mejor que le podía pasar, ya que en Dallas compartirá vestuario con Dirk Nowitzki, que a sus 40 años ha vivido de todo en esta liga. Un consejero inmejorable para Doncic, que ya ha deslumbrado en la pretemporada.
El papel de los españoles
Por otro lado, comienza también una nueva temporada para los españoles en la NBA. Pau Gasol seguirá siendo presumiblemente una pieza importante en los San Antonio Spurs, al igual que Serge Ibaka en los Toronto Raptors. Ricky Rubio fue parte crucial de unos sorprendente Utah Jazz que esperan seguir progresando, y Willy Hernangómez parece estar dispuesto a colarse en el quinteto titular de los Charlotte Hornets.
Más difícil lo tienen José Manuel Calderón, Nikola Mirotic, Alex Abrines y Juancho Hernangómez. El primero busca su sitio en los Pistons, donde es suplente, y el segundo podría ser titular en los Pelicans tras demostrar sus cualidades la pasada campaña. Sin embargo, los dos últimos parten como suplentes en Oklahoma City Thunder y Denver Nuggets, papel que tratarán de desquitarse e irse ganando minutos con sus actuaciones.
Por último, Marc Gasol. El hermano de Pau es, sin duda, el español con un puesto más importante en su equipo. Muchos le consideran ya como el mejor jugador de la historia de los Memphis Grizzlies, y la afición le adora. Sin embargo, nuevamente hablamos de una franquicia en plena transición.
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