En la madrugada del martes al miércoles los Dallas Mavericks jugaron su último partido en casa. Entre los momentos de la noche estuvieron los 51 puntos de Jamal Crawford o el octavo triple-doble de Luka Doncic. Pero la velada estaba dedicada al mejor jugador de la historia de los Mavs, Dirk Nowitzki, que anunció su retirada tras 21 años en la Liga.
En el año 1998, un "chico flaco y tímido", como se describió a sí mismo el propio jugador teutón, llegó a la NBA. Sus primeros años fueron complicados. Había llegado a una franquicia en un mal momento y los éxitos tardaron en llegar. A partir de su segundo año como Maverick todo cambió y Nowitzki se acabó convirtiendo en el mejor europeo de la historia de la NBA.
Su actitud también cambió con los años. A medida de que la ciudad texana le abrazaba, la timidez de Dirk dio paso a un hombre más jovial y bromista. Pero, sobre todo, como se destacó en su vídeo de despedida, una estrella que no se olvidó jamás de la "comunidad", de los aficionados y los habitantes de la ciudad de Dallas.
Esto no evitó, que cuando concluyó el encuentro contra los Phoenix Suns y tomara el micrófono, Nowitzki estuviera visiblemente emocionado. Incluso se podían ver lágrimas en su cara.
"Como podéis esperar, este es mi último partido en casa", comenzó su discurso. El American Airlines Center no quería escuchar jamás esas palabras, como pasa con todos los mitos.
"Obviamente esto es muy, muy emocionante. Hay demasiadas personas a las que hay que realmente agradecer. Siempre me apoyaron y se quedaron conmigo pese a los altibajos", afirmó el MVP de la temporada 2007.
Un pionero del baloncesto
De esta manera se va uno de los jugadores más influyentes de la historia del baloncesto. Él derribo la puerta para que en la actualidad haya tantos europeos en lo más alto. Todos los jugadores del Viejo Continente le deben algo al alemán que ha sido el ídolo de incluso algunos de sus compañeros en la actualidad, como Kristaps Porzingis. En caso de que Giannis Antetokounmpo gane el MVP este año, también será, en parte, gracias al '41' de los Mavericks.
Pero incluso, cambió la forma en la que se jugaba desde su posición. Si durante la historia anterior de la NBA, y especialmente en los años 90, la posición de 'cuatro' estaba reservada a jugadores atléticos y fuertes, él destacó por su habilidad desde la media distancia y el triple.
En 2011 ganó su único anillo, en unos Playoffs memorables. Por el camino superaron una difícil eliminatoria contra los Portland Trail Blazers. Barrieron a los Lakers que buscaban el tercer anillo consecutivo, acabando con la carrera de Phil Jackson en los banquillos. Derrotaron a unos jóvenes Thunder que llegarían a las Finales la siguiente temporada. Pero el colofón fue llevarse el título después de vencer a los Miami Heat de Wade, Bosh y LeBron.
En definitiva, se marcha el sexto máximo anotador de la historia de la NBA. Un miembro, en doce temporadas distintas, de alguno de los quintetos de la temporada. El mejor jugador de la Liga en 2007 y de las Finales de 2011. En un futuro no muy lejano tendrá una estatua en la entrada del pabellón de sus Mavs y entrará en el Salón de la Fama.
[Más información: Caos en los Lakers: Magic Johnson presenta su dimisión como presidente]
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