Un segundo tiempo perfecto del Barça, en el que completó un parcial de 53-27, acabó con la resistencia del Maccabi de Tel Aviv (96-73), uno de los mejores ataques de la competición, que tras el descanso se estrelló con el entramado defensivo planteado por Svetislav Pesic. [Narración y estadísticas: Barcelona 96-73 Maccabi]
Comandados por Nikola Mirotic (25 puntos y 14 rebotes) y Cory Higgins (15 puntos), el equipo azulgrana, colíder de la Euroliga con ocho victorias y dos derrotas, se mostró intratable, especialmente en el segundo tiempo, cuando asfixiaron a su rival.
Aunque más allá de los nombres propios, el compromiso colectivo fue lo más destacable de los azulgranas, que neutralizaron a Scottie Wilbekin (11 puntos) y controló el rebote, dos de las armas de los israelíes, que encadenaron su segunda derrota consecutiva.
Y eso que el Maccabi demostró en el primer tiempo que, además de su potencial ofensivo, cuenta con una plantilla implicada en la parcela defensiva.
Prueba de ello fueron las 19 faltas que los jugadores entrenados por Ioannis Sfairopoulos cometieron en los primeros 20 minutos. El Barça, sin fluidez ofensiva, no lo aprovechó desde la línea de tiros libres, fallando 7 de los 20 lanzamientos que realizó.
En el primer cuarto, los de Pesic se aferraron a Mirotic. Sin la inspiración de Cory Higgins, muy vigilado por sus defensores, ni la superioridad de Davies en la zona, el hispano-montenegrino, autor de 8 puntos en el primer acto, dio muestras de su jerarquía.
El Maccabi, sin chispa desde el perímetro, se precipitó demasiado en ataque y Wilbekin, a pesar de ser duda hasta última hora, dio aire con su desequilibrio para situar el partido igualado tras los primeros diez minutos (21-18).
Pese a la renta favorable, los locales sufrían en ataque estático y el Maccabi no tardó en coger las riendas del partido. Liderados por los tres triples de Dibartolomeo, los visitantes encadenaron un parcial de 3-12.
Pedía tiempo muerto Pesic. Su equipo reaccionó con más orgullo que juego, porque el ritmo lo controlaba su rival, jugando al límite con las faltas personales.
Desde la línea de tiros libres y con Tomic y Abrines salvando los muebles ofensivamente, el Barça se mantuvo firme y cerró el primer tiempo con su rival a tiro (43-46).
Tras la reanudación, la mentalidad defensiva de los azulgranas lo cambió todo. El ritmo atrás de los pupilos de Pesic era asfixiante para el conjunto israelí, que era incapaz de capear el temporal.
Cuatro triples anotó el Barça en el tercer periodo. Pero más allá del acierto exterior, la química entre los jugadores y el Palau Blaugrana fue mágica. Aupados por el público, Mirotic y Higgins se crecieron en ataque, mientras que Davies construyó un muro en la zona.
Los locales llegaron a gozar de una ventaja de doce puntos. El parcial no fue más abultado porque Dorsey lo evitó con dos triples que situaron a los catalanes con un resultado cómo, pero no definitivo, para afrontar los últimos diez minutos (74-66).
El último cuarto el monólogo azulgrana no cesó. Kuric y Oriola cogieron el testigo en ataque de Higgins y Mirotic. Con los triples del escolta estadounidense y el pívot catalán el Barça encadenó un parcial de 13-2 que fue definitivo (87-68, min.35).
El Barça no dejó de apretar el acelerador y cerró el último cuarto con un parcial escandaloso (22-7), que mereció la ovación cerrada del Palau Blaugrana en una noche perfecta.