"Mamba out". Con esas palabras Kobe Bryant puso punto y final a su carrera en la NBA. Acababa de anotar 60 puntos en su despedida contra Utah Jazz (101-96) y decía adiós tras 20 temporadas en Los Angeles Lakers. Se iba siendo el que más años había jugado en una sola franquicia de toda la historia de la liga, su carrera al completo. Una vida dedicada al equipo dorado y púrpura con el que ganó cinco anillos -dos de ellos junto a Pau Gasol-.
Un 14 de abril de 2016, el Staples Center se ponía en pie para decir adiós a una de las mayores leyendas que haya cogido alguna vez un balón de baloncesto. Un año después, en diciembre de 2017, los Lakers retiraban los dos dorsales que lució durante dos décadas: el '8' y el '24'. Lo que entonces fueron vitoreos y aplausos como reconocimiento a su carrera, este domingo solo eran lágrimas y silencio como adiós tras su trágica muerte.
El accidente de helicóptero que se llevó la vida de Kobe Bryant, su hija Gigi -de solo 13 años- y otras siete personas golpeó en la ciudad de Los Ángeles con brutal dureza. Una noticia que nadie querría escuchar y que muchos se resistían a creer. Al ritmo que las confirmaciones llegaban, los aficionados de la capital californiana se agolpaban en los exteriores del Staples. Un homenaje improvisado ante la conmoción general del mundo del deporte.
Cientos de personas se reunieron en torno al templo del baloncesto de Los Ángeles. Hasta el jugador de los Lakers Quinn Cook fue visto por allí, destrozado, para decir adiós a su ídolo. Otros como LeBron James, amigo íntimo de Kobe y ahora gran estrella de la franquicia angelina, se rompían cuando conocían la tragedia. Los homenajes no paraban de llegar, desde las redes sociales hasta en los pabellones de la NBA donde el baloncesto no paró pese a tan terrible pérdida.
Hermetismo en los Lakers
Pero ni una sola palabra de los Lakers, ni una sola palabra pública de LeBron, Davis y compañía. Sí lo hicieron otras leyendas de la historia de la franquicia como Magic Johnson o Kareem Abdul-Jabbar, pero en el que fue y siempre será el equipo de Kobe no podían creerlo. El shock era tal que no hubo ningún comunicado y el dolor era tan intenso que la familia de los Lakers vivió la pena en silencio. En el Staples, mientras tanto, ni los Grammy hacían olvidar una noticia que sacudió a todo el planeta.
La vida tiene a menudo cosas que parecen estar preparadas por el destino. Como en el Raptors - Spurs de la pasada madrugada, en el que el balón del primer triple del partido quedó clavado bajo el reloj que marcaba los 24 segundos de posesión. 24. Como el número de Kobe.
Los Lakers descansaban. Habían jugado el sábado contra los Sixers, el equipo de la ciudad de Filadelfia, en la que nació Kobe. Un encuentro en el que, además, LeBron superó a su amigo como tercer máximo anotador de la historia de la NBA. Volverán a las pistas este martes -la madrugada del miércoles en España- y no será un partido cualquiera.
El adiós en Los Ángeles
El primer compromiso de los Lakers tras el fallecimiento de Kobe Bryant será en su casa, el Staples Center, y ante Los Angeles Clippers. Un duelo entre rivales, que por un día serán hermanos. Por el momento, la NBA ha pospuesto el encuentro entre los equipos angelinos por la enorme tragedia que sacude a la familia dorada y púrpura.
Ninguno de los que jugarán querrían hacerlo en un día así, pero la memoria de Kobe se honrará con más baloncesto, su pasión y la de su pequeña. Por desgracia, Kobe no volverá a sentarse a pie de pista en el Staples para ver a su equipo, no podrá volver a abrazarse a LeBron, ni dará más lecciones sobre este deporte a su hija Gigi. El vacío que dejará será enorme, pero Kobe nunca se marchará del Staples.
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