El relato de Ben Gordon, es desgarrador: "llegó un momento en el que me subía al techo de mi casa y simplemente pensaba en saltar y ponerle fin a esto", comenta ex jugador de la NBA. El jugador, procedente de Londres que jugó más de una década en la NBA, pasando por Chicago, Detroit, Charlotte y Orlando y sumando un total de 744 partidos.
Su carrera empezó a apagarse poco a poco, hasta que decidió ponerle fin y apartarse de los focos. Poco se sabía del jugador, hasta que en 2017, su nombre volvió a ocupar todas las portadas tras ser detenido en Los Ángeles por hacer saltar las alarmas antiincendios en un edificio de apartamentos. Más adelante, en octubre de ese mismo año, Gordon sería ingresado en un psiquiátrico en Nueva York.
El londinense, ha publicado una carta en The Players Tribune en la que ha confesado que sus ataques de ansiedad y su depreseión estuvieron a punto de costarle la vida, ya que estuvo cerca del suicidio: "Llegué a un punto en el que pasé seis semanas en las que no hubo día en el que no pensara en suicidarme. Estaba en el tejado de mi apartamento a las cuatro de la mañana, mirado hacia abajo y balanceándome hacia adelante y hacia atrás pensando 'estoy a punto de hacerlo. Voy a escapar de toda esta mierda'".
Tras dejar la NBA todo se agravó
"Fue justo después de mi última temporada en la NBA. Me había quedado sin carrera, sin identidad y sin familia todo casi al mismo tiempo. Era maníaco depresivo. No comía. No dormía. Y cuando hablo de no dormir me refiero a llevar el insomnio a un nuevo nivel. Cuando estabas despierto por la mañana, todo a tu alrededor está en silencio y estás solo, es cuando la oscuridad realmente empieza a apoderarse de tu psique. Ahí es cuando la paranoia y la ansiedad te hacen suyos", comenta.
"Ahí es cuando comenzaron unos ataques de pánico tan fuertes que pesaban, literalmente, como si me hubieran echado encima un manto negro que me asfixiaba. Lo único que podía hacer era tirarme al suelo y gritar con todas mis fuerzas. Como un animal. Dejé de sentirme vivo. Era como si estuviera en el inframundo. Sentía que estaba muerto, en algún tipo de purgatorio. Era un hombre muerto que caminaba. No sabía qué me pasaba, no había ido a terapia en mi vida".
La policía le salvó la vida
"Las enfermedades mentales afectan a todo el mundo. A cada comunidad, a cada persona. O a ti o a alguien a quien conoces le van a tocar en algún momento. Lo mío no fue de repente, fue un proceso lento y gradual que acabó fuera de control porque no sabía cómo pedir ayuda. Lo tenía dentro pero no sabía qué estaba experimentando. Por extraño que suene, que me arrestaran me salvó la vida. Me arrestaron cuatro veces en cinco meses. Así que el juez me impuso una terapia de 18 meses", recuerda Gordon.
La terapia le ayudó
"Primero pensé que (la terapia) era una pérdida de tiempo. ¿Cómo iba una señora mayor a saber lo que estaba pasando? Me ayudó, me hizo darme cuenta que mi objetivo no tenía que ser la perfección sino la aceptación y la tranquilidad de espíritu. Y sé que para los deportistas profesionales eso puede parecer una chorrada, puede parecer débil. Se nos entrena para pensar así. Casi se nos lava el cerebro. Y si cuento esto es solo porque sé, de verdad que sé, que hay jugadores que necesitan ayuda".
Entonces, el ex jugador asumió que tenía un problema de ansiedad y depresión. Un problema que cada vez más jugadores profesionales tienen y que no todos reconocen.
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