Fui de los descreídos. Una simple gripe. Lo de China aquí es imposible. Esas medidas tan restrictivas es porque son un régimen, digamos, poco democrático. Todas esas soflamas yo las decía porque, como la inmensa mayoría, me negaba a creer la realidad que estaba ya llamando a la puerta de occidente.
Tiene cierto sentido que reneguemos de China, por desconocimiento y desconfianza. No sabemos realmente cómo funciona ese país, no les entendemos al hablar y los vemos como una civilización totalmente ajena a nosotros. Pero resulta que nos han marcado el camino de la supervivencia.
Mientras allí imponían el toque de queda, aquí nos debatíamos entre mantener manifestaciones, mítines y, por supuesto, competiciones. ¡Pero cómo nos vamos a quedar sin deporte! ¡Que se juegue a puerta cerrada, aunque sea! No estábamos entendiendo nada. Las ligas, todas, debían parar. Bien. Conseguido eso ahora las reflexiones van hacia el siguiente paso: ¿cuándo vuelven? ¿Cuánto queda? ¿Y cómo lo vamos a organizar?
Yo, sin embargo, la pregunta que me hago es solo una: ¿y qué importa el deporte ahora mismo? Estamos hablando de una pandemia sin precedentes recientes en occidente, que se va a llevar por delante millones de infectados y decenas de miles de muertos. ¿Es importante que tu 'equipito' acabe la temporada y luche por levantar no sé qué trofeo?
Aún con eso, puedo entender que haya ganas de volver a la normalidad y poder disfrutar del ocio que era nuestro hasta hace solamente un par de semanas. Pero. Siempre hay un pero. Los datos que vienen de China dicen que no nos va a dar tiempo. Nos indican que tenemos que dar la temporada por finiquitada y centrarnos en lo importante: quedarnos en nuestra puta casa, no contagiarse y no contagiar. Y sobrevivir. Repasemos los datos de China. Porque sí, hay que tomar a China como referencia, ¿o vamos a seguir sin creerlos?
En China empezaron las restricciones el 22 de enero, cuando la tasa de contagios fue de 149 casos ese día. Se alcanzó el pico de contagios el 4 de febrero, con 3.886 solo en ese día. A partir de ahí empezó a bajar, pero aún con nuevos contagios significativos todos los días, es decir, la curva de infectados diarios se aplanó, pero todavía quedaba bajarla, ya que la de contagios en total seguía subiendo mucho. Se bajó de los 500 contagios diarios por primera vez el 19 de febrero. Se bajó de los 100 contagios el 6 de marzo. Y ayer, día 19 de marzo, fue el primer día sin nuevos infectados.
Si extrapolamos esos datos a España y tomamos el sábado 14 de marzo como inicio de las restricciones, el pico de contagios llegaría el 1 de abril, el 16 abril tendríamos menos de 500 contagios y el 2 de mayo estaríamos por debajo de 100. Y, si todo va bien, el 15 de mayo conseguiríamos el ansiado dato de cero contagios. Todo esto en teoría, por supuesto, ya veremos si lo que sucede es mejor o desgraciadamente peor. Yo particularmente soy poco optimista.
China jugó sus últimos partidos el 21 de enero y se fueron de vacaciones a celebrar el Año Nuevo Chino. Durante esas vacaciones comenzaron las restricciones y se suspendió la competición. La CBA, que estamos tomando como referencia, volverá a funcionar el 15 de Abril, casi tres meses después de parar y un mes después de que el brote esté controlado. Y no van a jugar libremente. La liga se divide en dos grupos de diez equipos y cada grupo se concentrará en una ciudad. Todos los partidos van a ser en el mismo pabellón, se van a jugar tres o cuatro a la semana y, por supuesto, sin público. Los jugadores sólo se van a poder mover del hotel al pabellón, y del pabellón al hotel.
Esta es la situación allí. A mí, y esto es pura opinión, nada me hace indicar que vayamos a tener mejor perspectiva. De hecho juraría que, al estar siendo más laxos con las restricciones, nos va a costar mucho más tiempo controlar los contagios. No va a dar tiempo a terminar las competiciones antes del 30 de junio, que es cuando finalizan muchos contratos.
¿Conclusión? Se acabaron las ligas. Este año no hay campeones, ni ascensos, ni descensos ni la madre que los parió. Pero diré más: ¿y qué? ¿A quién le importa? Es el momento de estar unidos y remar toda la sociedad con un mismo objetivo: frenar la curva, vencer al virus. No hay nada más importante que esto ahora mismo y no deberíamos desperdiciar nuestros esfuerzos y recursos en nada que no vaya en esta dirección.
Así que quédate en tu casa, ármate de paciencia y en septiembre, si todo ha ido bien, apagamos y encendemos la Play y volvemos a jugar. Ánimo y fuerza.