Si había durante esta temporada un nombre en la NBA en boca de todos ese era el de Luka Doncic. El esloveno, en su segunda campaña en la mejor liga del mundo, estaba alcanzando las cotas baloncestísticas más altas poniendo su techo un poco más alto si cabía. Solo dos lesiones habían conseguido frenar un poco su progresión en un año en el que por momentos se estaba metiendo en la lucha por ser el jugador más valioso, el MVP.
Luka estaba guiando a sus Dallas Mavericks al regreso a unos playoffs. El conjunto tejano no pisaba la postemporada desde 2016 cuando caía en primera ronda ante los Oklahoma City Thunder de Kevin Durant y Russell Westbrook. Ya poco quedaba del equipo que se proclamó campeón en 2011 por primera vez en su historia como franquicia, aunque el estandarte de esta entidad permanecía: Dirk Nowitzki. El alemán, precisamente, pasó el testigo del liderazgo en 2019 a Doncic cuando confirmó su retirada.
La realidad es que el esloveno ha cogido de buen grado esa responsabilidad. Junto a Kristaps Porzingis ha enervado una conexión especial y, de la mano, estaban situados en la séptima posición con las mismas victorias que los dos equipos que tenían por delante, Oklahoma y Houston, pero a partido y medio de estos dos rivales. No mucho más lejos tenía la cuarta plaza de Utah, a dos y medio y ya a cuatro está el tercer puesto de Denver. Aún así, ahora nada de esto vale hasta que el coronavirus remita y permita volver a competir.
Su presencia en los playoffs estaba prácticamente asegurada. Solo una fatalidad les podía hacer perder los siete partidos de diferencia que tienen con Memphis, octavo clasificado. Y mayor tragedia tendría que suceder para perder la plaza con Portland, New Orleans o Sacramento, a 10 encuentros y medio. Cabe recordar que restaban 15 choques para acabar la temporada regular y que seis de ellos le enfrentaban a equipos que tiene por delante en la tabla de la Conferencia Oeste.
Primera toma de contacto
Si la primera temporada de Luka Doncic en la NBA ya fue ilusionante promediando 21 puntos, casi ocho rebotes y siete asistencias por encuentro, esta segunda estaba superando cualquier expectativa. En los 54 choques que había disputado sumaba casi 29 tantos, más de nueve capturas y casi otros nueve pases de canasta de media solo jugando un minuto más que la campaña pasada.
Eso sí, cuando quemaba el balón, en los minutos finales con partidos apretados, le estaba costando liderar al equipo. Es en el único aspecto en el que estaba siendo peor que en su temporada 'rookie', donde sorprendió con casi un 45 por ciento de acierto en tiros dentro de lo que se denomina la zona 'clutch', yéndose casi al 30 por ciento si solo se habla de triples.
Este año había bajado en un ocho por ciento en el primer parámetro su acierto y un nueve por ciento en el segundo. De hecho, después del partido contra Indiana Pacers, el último con un final apretado, Luka sumó dos fallos más en tiros para empatar o ponerse por delante en el marcador en el último cuarto o una prórroga esta temporada; su balance es cero de nueve en tiros durante esta temporada.
Es un aspecto a tener en cuenta porque no es la misma la tensión que se tiene en los playoffs que durante la temporada regular. Por lo que esta primera toma de contacto con la postemporada también iba a servir para calibrar si el genio esloveno sabe responder ante situaciones límite llevando el peso del ataque del equipo. El Covid-19, por el momento, nos ha quitado de salir de dudas.
Motivos para ilusionarse
La realidad es que el dato de los números que estaba cosechando Doncic durante la temporada es una buena base para motivarse. El hecho de que sea su segundo año ilusiona aún más, porque se desconoce dónde está el techo de este jugador. El jugador que creció en el Real Madrid se ha estado codeando durante todo el año con los LeBron James, James Harden, Giannis Antetokounmpo y Kawhi Leonard.
La estrella de Los Angeles Lakers que aspiraba a liderar de nuevo al conjunto californiano a luchar por el anillo sumaba casi 26 puntos, ocho rebotes y más de 10 asistencias por partido. 'King' James estaba encontrando en Anthony Davis la pieza clave para olvidar lo que sucedió en su primer año de dorado y púrpura. Era el principal candidato para el título con permiso del 'Greek Freak'.
Los números de Antetokounmpo estaban siendo de dominio total: casi 30 puntos por partido, además de rozar los 14 rebotes y seis asistencias por encuentro. La estrella de los Milwaukee Bucks había llevado al equipo de Wisconsin a ser la mejor marca de toda la NBA y a no tener rival en la Conferencia Este distanciándose a casi siete partidos de los actuales campeones, los Toronto Raptors.
Saltando otra vez a la otra orilla de los Estados Unidos, hay que pasar otra vez por Los Ángeles para hablar del último MVP de las Finales de la NBA. Leonard llegó esta temporada a los Clippers junto a Paul George para atacar el título del Oeste por primera vez en la historia de esta franquicia. El ex de los Raptors sumaba 27 puntos, siete rebotes y cinco asistencias por choque, números que habían llevado a la otra franquicia angelina a discutir el liderato a los Lakers.
Si antes decíamos que los Rockets estaban un puesto por encima de Dallas, parece llamativo viendo los números de James Harden. 34 puntos, más de seis rebotes y de siete asistencias para el último MVP de la temporada regular. La barba más exótica de la liga había empeorado un poco solo sus números en comparación con la campaña pasada, pero volvía a ser principal aspirante al premio al jugador más valioso.
Menos el jugador griego, todos los otros jugadores eran potenciales rivales de Doncic en las rondas de los playoffs del Oeste. Por experiencia en la postemporada no podía igualarse a estas estrellas, pero por números queda palpable que se podía comparar con ellos.
De hecho, nadie quería encontrarse con Dallas Mavericks en la eliminatoria. Un equipo con el mejor 'offensive rating' de la NBA, o sea, el equipo que produce puntos de la manera más eficaz, sería un escollo en el camino muy incómodo. La plantilla de Rick Carlisle había demostrado una gran química ofensiva. Además de Doncic y Porzingis, Tim Hardaway Jr. estaba ante una de sus mejores temporadas en la élite, Seth Curry era un revulsivo más que útil desde el banquillo y Maxi Kleber y Dorian Finney-Smith estaban aportando tanto en defensa como en ataque.
Cómo terminará la temporada
Es la pregunta que todo el mundo se está haciendo y que está lejos de resolverse aún. La intención de la NBA es que haya un campeón e incluso se plantean cambios de formato, pero la realidad es que hay opiniones e impresiones para todos los gustos. No está descartada la posibilidad de que se cancele la temporada y empezar de nuevo el próximo año asegurando que se juegue la campaña 2020/2021 completa.
Una vez que los jugadores han acordado recortarse un 25 por ciento sus salarios, es el próximo objetivo a afrontar. El comisionado de la NBA, Adam Silver, anunció que no sería hasta el próximo 1 de mayo cuando decidirán cómo van a actuar ante la crisis del Covid-19. Después de diversos anuncios de autoridades en Estados Unidos, será seguro que si vuelve la competición será sin público. De hecho, la opción que estaba valorando la dirección era organizar todos los partidos restantes en una misma ciudad con unos playoffs justo después en el mismo lugar para proclamar al campeón.
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