El regreso de la NBA apura sus últimas semanas. El 31 de este julio de 2020 la mejor liga de baloncesto del planeta volverá a lanzar al aire el balón, pero las franquicias ya están de camino para comenzar los entrenamientos. Sin embargo, no lo hará con la calma que esperaba a causa del coronavirus y su expansión por Estados Unidos.
Una de las estrellas de la competición, Russell Westbrook, ha dado positivo por coronavirus y se encuentra en cuarentena, tal y como él mismo ha anunciado en sus redes sociales. Aún no había viajado a Orlando, algo que iba a hacer por su cuenta en vez de en grupo.
"He dado positivo por Coronavirus antes de la salida con el equipo hacia Orlando. Me siento bien, en cuarentena, y esperando a volver con mis compañeros cuando esté limpio. Gracias por todos los buenos deseos y continuo apoyo. Por favor, tomaos este virus en serio. Cuidaos", ha tuiteado en su perfil oficial el jugador.
Un duro golpe para la competición, que está intentando mantener la calma de los jugadores y de reducir las críticas de estos ante la división de opiniones. Hay quienes han defendido la suspensión de la liga y otros que han visto con buenos ojos que se vuelva a competir.
En medio de todo ese clima, decenas de jugadores están en cuarentena o han pasado dicho proceso. Sin ir más lejos, Jokic, líder de los Nuggets, fue protagonista al no poder viajar a Estados Unidos por haber dado positivo. El interior pudo contagiarse en el mismo evento que Djokovic, con quien estuvo días atrás.
Las críticas y el miedo
Rajan Rondo, base de los Lakers, ha sido uno de esos jugadores que ha optado por criticar públicamente a la NBA. En su caso, por las condiciones de comodidad que la competición no les ha ofrecido. Según Rondo, las habitaciones que les tenían preparadas no eran las óptimas para el descanso de las estrellas.
Otro de los grandes temores de los jugadores NBA que se van a desplazar a Orlando son las consecuencias que puede deparar el coronavirus. Entre otros efectos preocupan aquellos que afectan directamente al corazón. Los médicos desplazados por la competición trabajan a destajo para reducir esos miedos y se ha establecido la recomendación de realizar exámenes cardíacos a los jugadores.
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