Si hace unos meses era noticia por negarse a jugar en la burbuja postconfinamiento, Liz Cambage lo es ahora por una reivindicación sexual en la revista Playboy, en la que da una entrevista. Se trata de una de las jugadoras más reconocidas de la WNBA (la liga de baloncesto estadounidense) y una de las más talentosas del mundo.
La deportista australiana, jugadora de Las Vegas Aces, habla abiertamente de su sexualidad en la famosa publicación y lanza un mensaje de aceptación sobre su cuerpo, algo que, como reconoce, le llevó tiempo.
"Pasé muchos años odiándome a mi misma, intentando convertirme en una persona que no soy. Espero que mi experiencia pueda ayudar a aquellas personas que tiene problemas para aceptarse, porque os prometo que todos sois hermosos de la forma que sois", señala Cambage en su entrevista en Playboy.
Liz Cambage está en su casa de Melbourne a diferencia de sus compañeras de los Aces. Y es que la australiana prefirió no acudir a la burbuja por miedo al Covid y se ha dedicado a seguir entrenando en su domicilio durante este tiempo. Mientras tanto, su equipo disputa las finales de la WNBA pero se resiente sin ella y con 0-2 abajo en la serie contra el Seattle Storm lo tiene muy difícil.
Volviendo a la entrevista, reconoce que su posado en Playboy le ha ayudado a hablar sobre su sexualidad. Admite sentir que este es un tema tabú en su profesión y que, para una deportista como ella, no está aceptado que se hable abiertamente.
"Posar para esta revista es celebrar mi sexualidad. Sí, soy una deportista de 2,03 de altura y me encanta tener sexo. Soy humana y eso es lo que hacemos. Parece que por ser deportista no puedo ser sexy, que no está permitido que yo sea así. Todo lo que la sociedad quiere de mi es que me siente, me calle, entrene y juegue. Quiero ser femenina. Toda mi vida me han dicho que me centre en el deporte, pero al final soy humana y lucho por cosas más grandes que el deporte", señala.
Incluso, Cambage reconoce que se ha sentido presionada en lo sexual y que ha llegado a dudar de su orientación por ello mismo: "Por ser mujer en el mundo del deporte también he tenido mucha presión en mi identidad sexual. ¿Soy bisexual? ¿Hay algo raro en mi porque no me sienta atraída por las mujeres? Todo el mundo espera que sea gay. No, me gustan los hombres. Recuerdo cuando me afeité parte de la cabeza con 18 años. Mi madre pensaba que iba a salir del armario. Simplemente me gustaba ir así".
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