La NBA, con Adam Silver a la cabeza, ya trabaja para confirmar el regreso de una competición referencia en el mundo del deporte. La liga de baloncesto había previsto iniciar la temporada 2020/2021 en enero. Un retraso de varios meses con respecto a años normales donde la Covid-19 no existía y que iba a suponer un notable cambio en la organización.
Sin embargo, el comisionado de la NBA ha puesto una nueva fecha sobre la mesa que sería mucho más beneficiosa tanto para el torneo americano como para el baloncesto mundial. Se pasaría del 18 de enero, día muy especial puesto que este año es el designado como día del cumpleaños de Martin Luther King -tercer lunes de enero-, al 22 de diciembre. Fechas navideñas que, según han adelantado ya medios como The Athletic o ESPN, muy cercanos a la actualidad NBA, son las marcadas por la cúpula de la competición.
Este movimiento de la NBA tiene varias motivaciones. La más simple, la de iniciar la temporada cuando antes y acabar con las ansias de los seguidores. Otra es más a largo plazo y correspondiente al calendario futuro: cuanto antes se empiece esta temporada, antes se terminará y podrá comenzar la 2021/2022. Iniciando en diciembre y acabando en junio, la próxima campaña recuperaría sus fechas habituales de octubre. Pero, la más relevante, no es otra que la económica.
Adelantar al 22 de diciembre permitiría salvar 500 millones de dólares, según tienen calculado, en contratos televisivos. Además, se jugaría en una fecha como la navideña, que permitiría aumentar el ingreso derivado de los aficionados y sobre todo en la jornada del 25. Y, por si fuera poco, se evitaría jugar en temporadas con poco interés para los espectadores: ni en verano del año que viene ni en septiembre de 2021, donde coincidiría con la NFL. Esta, con gran relevancia en Estados Unidos, se espera que acabe en enero de 2021 para reiniciarse en el próximo septiembre.
Todo ello cuenta con el visto bueno de las altas esferas de la NBA. Sin embargo, todo debe pasar por el filtro de la asociación de jugadores. El sindicato NBPA tiene en sus manos que se juegue en diciembre o no. Ya saben lo que es torcer el brazo a la competición, como demostraron con su plante en los playoffs por motivaciones de igualdad racial, aunque en esta ocasión se prevé que haya acuerdo porque ambas partes saben de la necesidad de reactivar el flujo económico de la NBA.
El día 30 de octubre, si nada cambia, se cerrará el acuerdo de la nueva NBA en tiempos de la Covid-19. Menos partidos -pasando de 82 a 72-, desplazamientos más cercanos para evitar el desgaste de los jugadores, un Draft a distancia el 18 de noviembre, una agencia libre en diciembre... Y muchos, muchos controles sanitarios con el objetivo de no caer en la obligación de una nueva burbuja.
Poco descanso
Uno de los debates de adelantar el inicio de la NBA 2020/2021 es quién sale beneficiado entre las franquicias de la competición. Y mirando el calendario de la última campaña, marcada por la crisis del coronavirus y por la burbuja de Orlando, es muy fácil señalar a los principales afectados por el cambio de calendario.
Todos aquellos que llegaron lejos en los playoffs tendrían una notable reducción del tiempo de descanso. Especialmente los dos finalistas: Lakers y Miami. Ambos jugaron cinco partidos en apenas cinco días entre el 3 y el 12 de octubre. Si la temporada comienza el 22 de diciembre como está previsto a falta de oficialidad, las dos plantillas que más desgaste sufrieron en la última campaña exprés no tendrían casi ni dos meses de descanso entre entrenamientos y preparación previa a la temporada.
Cabe recordar que el formato burbuja, tanto en el mundo del baloncesto como en otras disciplinas como el tenis, genera cierto estrés entre los deportistas. En la NBA, además, se llegó a establecer una 'línea caliente del soplón' donde de forma anónima se podían denunciar incumplimientos del protocolo sanitario, o donde los jugadores estuvieron durante varios días sin poder estar junto a su familia. Incluso aspectos sexuales fueron puestos en entredicho por algunos especialistas. A ello ahora se sumarán apenas dos meses de escaso descanso absoluto.
Objetivo JJOO
Los Juegos Olímpicos que se iban a disputar en el verano de 2020 fueron aplazados a 2021 como consecuencia de la crisis del coronavirus. Una decisión histórica en la historia de las olimpiadas y que no tendrá más modificaciones. Los Juegos se celebrarán sí o sí, tal y como han subrayado desde la organización en numerosas ocasiones. Una de las dudas es si será con público en la grada o sin él, aunque dadas las fechas lo más seguro es que los aficionados sí puedan acudir a las diferentes disciplinas.
En lo que respecta al baloncesto, además, hay más opciones de que todos los hinchas puedan ver a las grandes estrellas de las selecciones mundiales. Algo que hace apenas unas semanas estaba totalmente descartado por el calendario inicial que preveía la NBA. Y es que el cambio de enero a diciembre no solo implica mejores cifras económicas para la competición, sino también un beneficio para el baloncesto mundial.
Las estrellas de la NBA, en el caso de que la temporada se iniciara en enero, no llegarían al mes de julio para la cita de selecciones. Algo que, especialmente en el combinado estadounidense, sería un duro golpe al baloncesto. Sin embargo, debido a la cada vez mayor presencia de estrellas internacionales en la mejor liga de baloncesto del mundo, el adelantamiento de la NBA también ha supuesto una gran noticia en el resto de países. Los mejores jugadores, si las franquicias les dan vía libre y ellos deciden aceptar la llamada de sus respectivos seleccionadores, podrán estar en Tokio. Finalizando la temporada NBA en junio en el caso de los equipos favoritos al título, tendrían unas semanas para llegar a los Juegos en julio.
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