Klay Thompson, el joven que se alejó de las drogas y siguió los consejos de Kobe Bryant, se rompe de nuevo
Acaba de sufrir su segunda lesión de extrema gravedad consecutiva y muchos dudan ya de la carrera de uno de los mejores tiradores de la historia.
20 noviembre, 2020 23:32Noticias relacionadas
La vida y la carrera de Klay Thompson en la NBA y en los Golden State Warriors, la franquicia que apostó por él desde sus comienzos, parecía ir por un camino perfecto, inmaculado. Títulos, actuaciones brillantes y una pareja formada con Stephen Curry, los conocidos como 'Splash Brothers' que estaba llamada a hacer historia en la mejor liga del mundo. Había conseguido posicionarse al lado de una estrella como el '30' de los Warriors y brillar con luz propia.
Sin embargo, la mala suerte ha venido a visitarle dos veces en los últimos años para golpearle de la forma más dura posible. Dos lesiones de extrema gravedad, consecutivas, que han arruinado su presente y parte de su futuro. Klay Thompson ya se perdió la pasada temporada y este año tendrá que volver a ver a sus compañeros desde la lejanía y desde la soledad de una dura recuperación.
Klay Thompson no conoció el parón por la pandemia, ni tampoco tuvo la opción de poder ir a la 'burbuja' de Orlando porque, entre otras cosas, su equipo no pudo superar su ausencia y la de Curry durante tantos partidos y, por ello, no pudo clasificarse para esa fase previa anterior a los playoffs. Y de esta forma, tampoco conocerá desde la pista cómo es el regreso a las canchas tras el estallido del coronavirus sin público en las gradas. Ejemplos de un baloncesto diferente que se ha desarrollado en tiempos de sus lesiones.
Vuelve la pesadilla
La realidad es la más dura de las subidas que tendrá que afrontar Klay Thompson en la carrera que se le presenta durante los próximos meses. El jugador de los Warriors, que ya sabe lo que es afrontar una grave lesión y una larga recuperación, tendrá que revivir fantasmas del pasado, enfrentarse a sus miedos y volver a recorrer unos pasos que dio en su día, cuando salió de su primera grave lesión.
El pasado verano, Klay Thompson se rompía el ligamento cruzado de su rodilla izquierda en el último encuentro de la temporada frente a los Toronto Raptors. Una acción de mala suerte en una entrada canasta mientras le defendía Danny Green fue la primera gran piedra de su camino. El escolta de Golden State sabía que algo no iba bien cuando se echó la mano a su rodilla desesperadamente. Él mismo notó que todo se había acabado.
Sin embargo, por orgullo y por raza, decidió regresar a la pista para tirar los tiros libres correspondientes a la falta que había recibido. Aquella acción fue la última que pudo realizar en una pista de baloncesto hasta el día de hoy. Tras aquellas finales, Thompson no pudo regresar al juego durante la pasada temporada y centraba en este curso todas sus esperanzas para recuperar sensaciones, ponerse a punto físicamente y, sobre todo, volverse a sentir jugador de baloncesto.
No obstante, sus esperanzas se han ido al traste de nuevo en una desafortunada acción. Esta vez ha sido en un entrenamiento, ya que las atípicas fechas de este 2020 tan extraño le han impedido volver a jugar un partido oficial. Un mal movimiento, un mal gesto y rotura del tendón de Aquiles, como su excompañero Kevin Durant o como uno de sus grandes ídolos, Kobe Bryant. De nuevo, otra temporada en blanco, alejado de las pistas, del juego y de esa línea de tres desde la que es un arma letal. Vuelve la pesadilla, comienza otra larga y extenuante recuperación para él.
¿Es el fin?
Es la pregunta que muchos se hacen a estas alturas. Nadie dudaba de que Klay Thompson podría regresar de su rotura de ligamento cruzado, algo que hicieron otros ilustres jugadores de la NBA como Russell Westbrook o Derrick Rose. Es cierto que es muy difícil regresar al mismo nivel que antes de una lesión tan grave, pero el infinito talento que tiene el escolta de los Warriors le daba la oportunidad de resurgir.
El palo había sido grande, pero nada comparado con el que ha recibido ahora. Después de una larga recuperación, de muchos meses alejado de las pistas, la película presenta su final y vuelve a empezar desde el principio, y de nuevo vuelve a ser un film de terror. Operaciones, revisiones médicas, rehabilitaciones y vuelta al punto de partida.
Tras esta grave lesión en el tendón de Aquiles, ahora ya son muchas más las voces que piensan que la carrera de Klay Thompson podría estar herida de muerte. Quizás no de manera profesional porque la mano no la perderá nunca, pero es difícil saber si tras dos lesiones tan graves, tan largas y tan difíciles de superar a nivel mental, el de los Warriors podrá ser de nuevo uno de los mejores de la liga, un tirador histórico y el mejor complemento posible de su amigo Stephen Curry.
Estos percances le han llegado a Klay en el mejor momento de su carrera, cuando vivía en un trance continuo de máximo esplendor. Los registros de Thompson iban creciendo a ritmos agigantados año tras año y ya se encontraba entre los 20 máximos triplistas de la historia de la NBA y el cuarto con más lanzamientos de tres convertidos en la historia de los playoffs. Números de leyenda que llevaban a muchos, sobre todo en las últimas dos temporadas, a considerarle como el mejor tirador de la liga.
La lesión de Klay Thompson ha sido la gran noticia de las últimas horas en la NBA. La repetición de su calvario ha conmocionado a todos y han sido muchas las grandes estrellas que le han mandado mensajes de ánimo. Tanto es así que hasta el Draft y los primeros movimientos del mercado han pasado a un segundo plano. La oscura realidad de Thompson ha eclipsado la luz del regreso del mejor baloncesto.
Historia de un genio
Klay Thompson ha recibido dos golpes terribles en este último año y medio. Dos lesiones horribles, muy graves, que pondrán a prueba sin duda su tesón, su capacidad de trabajo y de sufrimiento y que marcarán con el paso del tiempo sus opciones de volver. La siguiente pregunta será a qué nivel podrá regresar y, por último, si se volverá a ver la mejor versión de un jugador que tiene 30 años.
Sin embargo, hubo un tiempo en el que las cosas eran positivas. Klay ganaba anillos y maravillaba al mundo de la mano de su amigo Stephen Curry. Juntos estaban marcando una era, la del talento y la de la máxima expresividad del triple. Su principal virtud, que no la única, porque con los años aprendió a anotar en casi cualquier situación y a ser un jugador de enormes dotes baloncestísticas. Uno de esos privilegiados que tienen una inteligencia especial para leer el juego, algo muy demandado.
Estos éxitos y estos grandes momentos tenían una clave y una base muy llamativa detrás. Su familia y su entorno, las personas que lo rodeaban, respiraban deporte y competición por los cuatro costados. De esta forma, el chico era muy difícil que se torciera y su talento tenía que florecer aunque solo fuera por insistencia. Esta es sin duda la gran clave de su éxito, la de una familia ligada siempre a la élite.
Su padre, Mychal Thompson, el creador de una estirpe de estrellas, fue jugador de baloncesto profesional al más alto nivel. Fue elegido número 1 del Draft por delante de jugadores de la talla de Larry Bird y tuvo la oportunidad de jugar en Los Ángeles Lakers junto a leyendas como Magic Johnson o Kareem Abdul-Jabbar.
Uno de sus hermanos, Trayce, es jugador de béisbol profesional y milita en los Dodgers, mientras que el otro, Mychel, fue jugador de los Cleveland Cavaliers y también ha pasado por la exigente D-League. La tradición deportiva de la familia Thompson no se queda ahí, ya que su madre, Julie, fue una gran deportista en la universidad que destacó en competiciones de voleibol y atletismo.
Junto a todos ellos, amantes del deporte hasta el extremo, Klay debe superar esta nueva barrera que le ha puesto la vida y que le aparta de lo que más le gusta hacer, de lo que es su vida. El baloncesto no solo ha sido el pan de Klay y de gran parte de su familia, sino que también ha sido un punto de inspiración, casi una religión.
Kobe y las drogas
La carrera de Klay Thompson estará ya marcada para siempre por las dos lesiones sufridas este año y el pasado. Sin embargo, aunque casi ya no se acuerde, hubo un tiempo en el que era libre para jugar al baloncesto y para demostrar un talento que le llevó a ser uno de los mejores de la liga y a conseguir hitos como ser el jugador que más puntos fue capaz de anotar en un solo cuarto con 37.
Sin embargo, hubo días en que el éxito quedaba empañado por otros factores que a punto estuvieron de hacer que eligiera caminos equivocados. A su llegada a la liga, pocas franquicias confiaron en él, algo que se demostró en su caída en el Draft ante jugadores que después han demostrado estar a años luz de su talento. Solo Kyrie Irving ha sido capaz de mantenerle el pulso.
Pero incluso antes, cuando estaba en la universidad, donde también destacó por encima del resto, tuvo altercados que pusieron en riesgo su carrera. Uno de ellos le conllevó una noche de arresto y una enorme reprimenda de su padre. En Washington State, fue pillado conduciendo con varios gramos de marihuana en la guantera de su coche, lo que provocó un gran revuelo alrededor de su figura.
Su padre, que había visto como muchos jugadores de su época se dejaban llevar por las malas artes y tiraban sus prometedoras carreras por la borda por culpa de las drogas y los escándalos, fueran cuales fueran, no quería permitir que su hijo hiciera lo mismo y recorriera ese gran túnel oscuro que había estado evitando durante años. Finalmente, lo consiguió.
Toda ayuda fue poca para hacer de Klay un chico de provecho y darle alas y espacio para convertirse en la estrella que es hoy. Incluso Kobe Bryant, uno de los mejores jugadores de la historia de baloncesto, quiso cruzarse en su camino para poner su granito de arena y ayudarle a ser alguien grande y respetable en la NBA.
La estrella eterna de los Lakers se ofreció a ser su mentor y aseguró que su intención fue darle un mensaje directo y contundente: "Le dije: 'mira tío, todos cometemos errores. No puedes dejar que eso te afecte. Tan solo pon toda tu concentración en el baloncesto y las cosas terminarán solucionándose'". Y como por arte de magia, la varita de Kobe tocó a Klay y le impregnó con su talento y su profesionalidad.
Desde aquel momento, el escolta de los Warriors nunca más volvió a protagonizar un escándalo semejante y se centró en su juego y en forjar una personalidad amable, positivo y trabajadora, tal y como destacan sus entrenadores, en especial Steve Kerr. Es por ahí, por ese carácter, por donde Klay debe enfocar de nuevo esta nueva y difícil prueba que le ha puesto la vida, y dedicarle a su mentor Kobe su regreso, se produzca cuando se produzca.
[Más información - La NBA se rinde a Garuba para el Draft de 2021: del Real Madrid al 'nuevo' Draymond Green]