La NBA está viviendo una temporada muy complicada por culpa de la Covid-19. Aunque los favoritos están donde deberían de estar, también se están viendo con problemas para mantener la continuidad. La gran cantidad de partidos en una campaña muy comprimida al empezar a finales de diciembre y al tener un protocolo determinado para frenar los contagios. Aún así, a los que no consiguen detener es a los Utah Jazz.
Situaciones rocambolescas como que se lleven a un jugador de un partido por dar positivo justo en ese momento están provocando desigualdades. Lo visto con Kevin Durant recientemente es un ejemplo claro. Los Jazz fueron uno de los equipos que se vieron afectados por la pandemia en primer lugar durante la pasada temporada, una situación que cambió su rendimiento de forma que volvieron en la burbuja a un gran nivel.
Hasta en las más crudas, hay espacio para evolucionar e ir un paso más allá. Ese es el ejemplo de este equipo que está rindiendo a un nivel increíble. Ni los Lakers de LeBron y Anthony Davis, ni los Bucks de Antetokounmpo, ni los Nets de Durant, Harden e Irving, ni los Nuggets de Jokic ni los Clippers de Leonard están pudiendo hacer frente a un equipo que comenzó con dudas (5-5) pero que se ha levantado y está haciendo el mejor baloncesto de toda la NBA.
Los Utah Jazz están siendo el equipo de moda al que todos quieren parecerse y, con una racha de 19 victorias en 20 partidos, son imbatibles. El otro equipo destacado, los Philadelphia 76ers, mordió el polvo esta semana ante esta plantilla que está haciendo registros a tener en cuenta y que ahora mismo no tiene rival en toda la liga. Ahora todos se preguntan si podrán mantener ese nivel durante toda la temporada, porque, de hacerlo, algunos se acordarán de lo que hacía el equipo de Stockton y Malone en los 90.
El engranaje
Todo está orquestado por Quin Snyder, el entrenador con aspecto de malo de la película de Spiderman. A sus 54 años afronta su sexta temporada al frente de este banquillo después de crecer a la sombra de Mike Krzyzewski, Mike Brown e incluso Ettore Messina. Ha instaurado un juego coral que catalogan como una evolución de lo que ofrecían los San Antonio Spurs de Gregg Popovich hace unos años. Suman casi 24 asistencias por encuentro y son el cuarto mejor ataque de la liga.
Además, el juego de la NBA ha hecho del triple una necesidad; pues no hay mejor equipo que ellos desde esta línea. Meten casi 17 por encuentro con un porcentaje muy alto que roza el 40 por ciento. La eficacia del equipo está haciendo a sus rivales a exigirles un alto acierto, una cuestión que se complica cuando se encuentran la actividad defensiva de los diferentes quintetos que presentan.
Los protagonistas
Son la tercera mejor defensa de la liga y tienen como principal culpable de este registro a Rudy Gobert. Antes de la temporada renovó por 205 millones de dólares y muchos fueron los críticos por ofrecer semejante cantidad a un pívot que 'solo' juega debajo del aro. Las críticas de Shaquille O'Neal cuando consiguió esta ampliación, que calificaba irónicamente como "una inspiración para los niños pequeños" por promediar 11 puntos por partido en su carrera, están encontrando respuesta.
En ataque son fundamentales las figuras de Donovan Mitchell, la estrella, o Jordan Clarkson, el microondas desde el banquillo. El mismo O'Neal también cargó hace unas semanas contra el primero diciendo que no tiene "lo que hay que tener para llegar al siguiente nivel", pero el jugador de 24 años está liderando en anotación a su equipo y haciendo crecer a sus compañeros. Junto al segundo, Bojan Bogdanovic, Michael Conley, Royce O'Neale, Joe Ingles y Derrick Favors crean una rotación más que interesante.
Las becas
El nuevo propietario de la franquicia, Ryan Smith, prometió una beca universitaria por cada triunfo que consiguieran esta temporada; van camino de hacer algo histórico. Las victorias del equipo de Salt Lake City ya han repartido 23 ayudas para que jóvenes más necesitadosde esta ciudad puedan disfrutarlas. Están demostrando ser los mejores dentro de la pista, pero también fuera.
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