El Barça sumó un nuevo triunfo ante el Alba Berlín que le permite ser el mejor equipo de Europa sin ninguna oposición. El equipo de Aíto peleó y se mantuvo con vida casi hasta el final, pero la anotación de jugadores como Nikola Mirotic acabaron por decantar el encuentro. [Narración y estadísticas: Barcelona 80-67 Alba Berlín]
Poco tenía en juego el equipo alemán. Mantener una buena imagen e intentar dar la sorpresa en el Palau era lo único que quería intentar una vez entrados en la recta final de la competición europea. Frenar a jugadores como Mirotic era clave. Esquivar la defensa de Jasikevicius, asfixiante en las últimas jornadas, imprescindible. Pero la dificultad fue mayor y los de Aíto se quedaron por debajo de los 70 puntos de anotación.
Y eso que los visitantes sí que consiguieron llevarse el primer cuarto ante el conjunto catalán. Una buena salida marcada por los puntos de Sikma y el buen hacer de Fontecchio servía a los alemanes para pelear la disputa del parcial. Mirotic y Oriola eran los grandes atacantes culés y las chispas saltaban en cada acción defensiva. Sin embargo, un triple de Siva y la seguridad de cara a canasta de Thiemann dieron alas a un Alba que creía en lo que hacía. Dos triples del Barça ayudaron a reducir el susto, pero no lo suficiente como para evitar el golpe en los diez minutos iniciales.
Jasikevicius pidió un extra a los suyos y el ritmo pasó a manos del Barcelona nada más comenzar el segundo cuarto. El Barça tiró de su jugador más hiperactivo para revolucionar el juego. Con Kuric enchufado es muy difícil plantar cara a los azulgranas. Y así lo reflejó el escolta, que con un 3+1 cambió el dominio del partido nada más saltar al parqué. Él solito se encargó de lanzar al Barça hasta el 29-23 con un parcial que dejó completamente descolocados a los de Aíto.
Lammers, sin embargo, se erigió salvavidas de los alemanes para apretar el marcador y evitar la primera gran rotura de la noche (29-26), pero el acierto exterior de jugadores como Oriola o Mirotic generaban cada vez más confianza en el Barcelona (37-30). Cuando parecía que la primera parte acabaría con los de Jasikevicius acomodados, aparecieron Sikma y Eriksson, conocedores de la liga española, para igualar a 40. Solo un último parcial culé mantuvo el liderazgo del cuarto en el descanso (45-40).
Diez minutos bastan
Jugar contra el líder requiere total concentración. Especialmente en los momentos calientes donde todo está en juego. Y eso el Alba no lo cumplió. Si bien resistieron en el tercer cuarto y llevaron al Barcelona hasta el límite, los diez minutos finales sentenciaron el encuentro con un claro parcial de 18-9 que acabó con cualquier tensión.
Los germanos consiguieron aguantar el ida y vuelta y la anotación constante. Faltaba esa defensa que sofocara el ritmo culé. Granger y Eriksson, de nuevo en el perímetro, lograban el 54-52, pero la potencia de un Brandon Davies que es un peligro a cualquier distancia de la pintura, los azulgrana resistían a las intentonas visitantes (62-58).
El esquema se rompió por completo ya en el último cuarto. Hanga abría con un triple y Mirotic le acompañaba en el parcial para poner el +13. Esa barrera psicológica acabó por completo con el Alba, más todavía si Kuric reaparecía en el perímetro y las cosas no salían en sus propios ataques. El líder no perdonaba y el Alba se marchaba con sabor agridulce por cinco minutos malos.