10 de marzo de 2019 puede parecer una fecha muy lejana para la mayoría. Sin medidas contra la Covid-19, con una vida completamente diferente a la que reina hoy en día en un planeta desbaratado por la pandemia. Había deportes con público en la grada. Había baloncesto. Y Pau Gasol lo jugaba muy bien. El pívot catalán, ahora cerca de cumplir los 41 años, lleva desde entonces sin pisar una cancha en un partido oficial. Más de dos años sin jugar un partido cuando llevaba más de 20 años haciéndolo. Y todo por una lesión.
Ese calvario de cientos de días está cerca de tocar su fin. Porque Pau Gasol, que fichó por el Barcelona a finales de febrero, ha sabido gestionar la espera para regresar en el momento perfecto. El pívot, referente del deporte nacional y el número uno en la historia del baloncesto español, jugará ante el Bayern y también ante el Real Madrid. Debutará en esta segunda etapa con el Barça. Su nueva vida y la que le llevará a un honroso final de carrera. Y con todo un duelo de Euroliga y otro Clásico donde el liderato de la competición nacional puede apretarse.
Sin embargo, el camino no ha sido nada fácil. Pau pensó en todas las opciones. Él mismo las hizo públicas. Especialmente en un 2020 que, aunque tuvo el punto positivo del aplazamiento de los Juegos Olímpicos -suponía darle más tiempo para recuperarse y poder jugar con la Selección-, complicó demasiado el proceso de recuperación física. El confinamiento, el colapso sanitario y muchas otras razones que afectaron a un Pau que solo quería recortar tiempos de lesión.
Pero retrocedamos. 10 de marzo de 2019. Los Bucks se enfrentaban a los San Antonio Spurs. Pau Gasol juega. Curiosamente, también Mirotic, ahora compañero en el Barça. Los dos jugaron más de 20 minutos. Pero Pau Gasol, tras ese duelo, inició un camino repleto de complicaciones. Se confirmaba una lesión en el pie izquierdo, hueso navicular. Una fractura que se convertiría en una verdadera tortura.
Tras los Bucks, fichó por Portland. Y como vino se fue, pues no llegó a debutar y tuvo que rescindir su contrato ante las complicaciones físicas. Pau Gasol centraba toda su atención en recuperarse cuanto antes. No era fácil. Los meses pasaban, las dudas se multiplicaban. ¿Qué pasaba con Pau Gasol? Él rompía su silencio, y no lo hacía para bien. En octubre avisaba: si en noviembre o diciembre las cosas no iban bien, la retirada sería inevitable.
Por suerte, para él y para el baloncesto, las sensaciones cambiaron. Pau compartía sus vídeos entrenando. Poco a poco ya cogía ritmo en las canchas, aunque solo de entrenamiento. Carreras, tiros, cinco para cinco... Entraba en una rutina mucho más optimista. Tocaba entonces encontrar el equipo que le diera la oportunidad para, con unos meses por delante, llegar a los Juegos. Se habló de los Lakers, se habló del Barça. La historia de cómo se resolvió ya se conoce.
Rumbo a los Juegos
Pau Gasol quiere ganar la Euroliga con el Barça. Desde que el Real Madrid inició su exitoso proyecto, el conjunto azulgrana perdió peso en el baloncesto continental. Su último título de estas características se remonta, por lo tanto, a la 2009/2010. El cambio de entrenadores, los fichajes, la inversión en la sección... Nada fue suficiente para crecer en la Euroliga y luchar contra los principales conjuntos continentales. Pero el proyecto encabezado por Mirotic, los buenos resultados con Jasikevicius y la llegada de Pau Gasol dan esperanzas en el Palau para acabar con la sequía. Como mínimo, jugar una Final Four.
Es el objetivo del pívot catalán, que también aspira a llevarse el título de la ACB y sumar dos galardones como jugador del conjunto azulgrana. Sin embargo, la meta primordial va más allá de un concepto de club. Es cosa de país, de Selección. Porque el objetivo de Pau Gasol desde que cayó lesionado en 2019 siempre fue llegar en forma a la gran cita de selecciones. Por aquel entonces, la fecha marcada en el calendario eran los Juegos Olímpicos de Tokio en 2020. La pandemia favoreció a Pau y la cita olímpica cambió a 2021. Sin embargo, Pau no terminaba de superar los problemas físicos y se quedaba sin tiempo.
Faltaban ofertas. Quería jugar en la NBA, pero no había opciones. Tocaba mirar a Europa y ahí sí había candidatos. El Barça, uno de ellos. Y en la entidad azulgrana, además, se encontraban amigos como Navarro o Jasikevicius. Ambos han sido claves en su llegada a la Ciudad Condal. Y, por lo tanto, en su proceso hasta llegar a una retirada idílica. Pau jugará los Juegos Olímpicos con Scariolo en Tokio. La pandemia, en esta ocasión, no impedirá que se desarrolle el evento deportivo por excelencia. Y, tras ello, el catalán podrá decir adiós por todo lo alto. Con media temporada en el equipo que le vio crecer y con un adiós en la Selección que le dio los mejores momentos.
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