Las expectativas que Pau Gasol se puso cuando fichó por el Barcelona se terminaron de cumplir este martes. La imagen era emotiva: Pierre Oriola y Nikola Mirotic casi rogándole al pívot que levantara él la copa de la Liga Endesa, que ellos ya tendrán tiempo de levantar más títulos. Ganó el Barça al Real Madrid y ganó Pau en el que, como dijo él en la previa, podría ser su último partido -al menos a nivel de clubes-.
Gasol hace tiempo que se ganó el derecho a decidir cómo y cuándo retirarse. El barcelonismo le pide un año más. Y es que Pau, a sus 41 años, ha cerrado los playoffs con unos números que no se corresponden a su edad: promedio de 11,6 puntos, 5,9 rebotes, 1 asistencia, 0,8 tapones y 18,3 de valoración en una media de 16 minutos. Todos creen que tiene gas. Lo tiene.
"Viendo que puede correr por la pista y hacer mates a lo mejor no es mala idea que vuelva", decía Sarunas Jasikevicius al final del partido de este martes en el Palau Blaugrana. Mirotic se rendía: "Es una leyenda. Nos ha ayudado muchísimo en la pista y en el vestuario. Ha sido un placer compartir equipo y aprender de él. Sabe que lo quiero mucho. Viendo cómo ha estado en los últimos partidos... ¡está para seguir jugando!".
Viendo que puede correr por la pista y hacer mates a lo mejor no es mala idea que vuelva
Quizás por el furor del momento, quizás por sus propias sensaciones. Pero Pau Gasol dejó la puerta entreabierta tras el partido: "Ahora estos días toca pensar en estar un poquito con la familia porque se lo merecen y luego pensar en la Selección y ver qué haremos en el futuro", dijo.
Sus merecidos Juegos
Todo hace pensar que no, pero ¿y sí? Nadie quiere bajar los brazos en la misión de convencer a Pau de seguir un año más. Habrá que ver si puede y si quiere. Lo que sí ha logrado el pívot es lo que hace no tanto parecía más complicado: llegar a los Juegos de Tokio. No lo ha querido confirmar hasta ahora, pero nadie se cuestiona ya a estas alturas que vaya a estar entre los elegidos de Sergio Scariolo.
Lo que venga después es un misterio, aunque Pau deberá decidir antes de ir a Tokio. Ni siquiera es fácil de descifrar para los que le conocen bien, como Juan Carlos Navarro: "A todos nos gustaría que continuara, pero es una decisión suya. Ya le hemos preguntado, y volveremos a preguntar, pero está complicado", decía el ahora mánager del Barcelona tras el partido en el Palau.
Para Pau ya es una misión cumplida. Se propuso volver al Barcelona, firmando gratis (algo difícil de mantener un año más) y sentirse de nuevo jugador de baloncesto tras su calvario con una lesión que le mantuvo más de dos años alejado de las pistas. De la NBA a volver a casa. En abril, tras fichar por el Barça en febrero, se acabó la pesadilla y todos pudieron disfrutar de un regreso tan esperado.
Lo más importante para él ya está conseguido. Estará casi seguro en Tokio, sus quintos Juegos Olímpicos. Esa era su despedida soñada, por la que tanto ha trabajado durante meses en el Barça, años desde que una lesión le obligara a parar. Pero ahora se encuentra con que todavía puede dar más y que el todo el barcelonismo se ha unido para que así sea.
La decisión le corresponde única y exclusivamente a Pau Gasol. Que el Barça pudiera pagar al pívot es otro debate, aunque se habla incluso de que se intenta convencer a Marc Gasol para reunir a los hermanos. De momento, toda especulación está sujeta a lo que decida Pau, que si es dejarlo, al menos, quedará para la historia que lo hizo al nivel al que se merecía ver decir adiós a una leyenda como él.
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