"Esto no se trata de un tema político o de la NBA. Ni siquiera de los Nets. Esto va sobre mi vida y lo que yo elijo hacer". Así defendía hace unas semanas Kyrie Irving mantenerse fuera del plan de vacunación. La estrella de los Nets, que junto a Harden y Durant iban a formar un tridente candidato al anillo, se negó rotundamente a ponerse la vacuna contra la Covid-19. En esas condiciones, Nueva York le prohíbe la entrada a recintos cerrados y los Nets, ante la imposibilidad de seguir la dinámica de sus compañeros, le han apartado temporalmente del equipo. Sin embargo, todo puede cambiar en enero.
El triunfo del demócrata Eric Adams en la pelea por la alcaldía de Nueva York se prevé que provoque un cambio en la gestión de la Covid-19. La nueva autoridad, que se ha impuesto en las últimas horas al republicano Curtis Sliwa con casi el 70% de los votos, anunció durante su campaña que revisaría las restricciones relacionadas con la pandemia. Según recogen medios como New York Post, Adams prometió "revisar" la obligación de vacuna para los trabajadores municipales, lo que podría ir acompañado de más relajaciones. Las cábalas sobre cómo beneficiaría a los de Brooklyn ya han comenzado.
De cumplirse estas previsiones, Kyrie Irving sería el gran beneficiado después del veto de su franquicia. Además de suponer el cese de las pérdidas millonarias por las sanciones que debería recibir al no poder jugar, ayudaría a acercarse a una posible extensión de contrato que le reportaría otros cientos de millones a sus cuentas para las próximas campañas. La llegada de Adams puede suponer un punto de inflexión en el año más difícil de Irving y en el país ya especulan con ese cambio en su situación personal.
La medida de Adams, paradójicamente, choca con lo anunciado por el presidente Joe Biden en las últimas horas. El demócrata ha adelantado que obligará a vacunar a todos los trabajadores de las empresas privadas con más de 100 miembros. Aquellos que rechacen hacerlo deberán pasar controles habituales para detectar posibles contagios. Algo que en el caso de la NBA ya se viene haciendo desde el principio de la temporada cuando la competición explicó su protocolo más allá de los constantes test: los no vacunados, cerca del 5% de los jugadores, deberán tener distancia de seguridad con el resto de la plantilla y no podrán visitar lugares con riesgo elevado de contagio, entre otras medidas.
La NBA presiona para vacunarse
La mejor competición de baloncesto del mundo siempre ha servido de ejemplo de gestión para el resto del planeta. Tanto a nivel económico, donde son uno de los sectores que más millones mueve, hasta en el aspecto puramente deportivo y de derechos de los jugadores. Sin embargo, con la llegada de la Covid-19 se han convertido en una especie de excepción respecto a otras muchas competiciones.
La NBA no se atrevió a poner la vacunación obligatoria entre los jugadores de la liga. Por el contrario, sí que puso como condiciones establecer serios controles a aquellos jugadores que no recibieran ninguna dosis y una reducción de un gran porcentaje de salario en función de los partidos que se perdiera un jugador por haberse contagiado.
De hecho, según informaron en Estados Unidos, fue el sindicato de jugadores el que se negó a obligar a sus miembros a vacunarse. Incluso en las últimas fechas, y a raíz del 'caso Irving', desde la dirección del sindicato se ha negado que se tenga que producir esa reducción salarial en forma de sanción pese a la insistencia de la competición. En resumen, pese a no obligar a vacunarse, el hecho de aumentar controles y poner restricciones a los jugadores sin ninguna dosis ya ha supuesto un impulso para que todos la reciban.
La negativa de Irving
Kyrie Irving ha sido uno de los rostros más conocidos que se ha negado a vacunarse. El jugador de los Nets, además, lo ha hecho con una explicación que ha dado la vuelta al mundo. Pese a ser una de las caras visibles del sindicato de jugadores, en su mayoría vacunado como reflejan los datos, el estadounidense vinculó su negativa a la vacuna a los planes satánicos que había sobre esta.
Una postura que aunque fue aceptada, no fue respetada por su franquicia. Los Nets, conscientes de que no iban a poder contar en gran parte de la temporada con su jugador, decidieron apartarle de forma total. "Dada la naturaleza creciente de la situación y después de minuciosa deliberación, hemos decidido que Kyrie Irving no jugará ni se entrenará con el equipo hasta que sea elegible para hacerlo de manera completa", explicaron desde la franquicia.
Por lo tanto, Irving se quedaría sin jugar hasta que la situación cambiase. Si las intenciones de Adams acaban haciéndose realidad, Irving podrá frenar la sangría de 320.000 euros perdidos por partido en enero siguiendo su contrato de algo más de 30 'kilos'. Una cifra total que se acerca a los 12.000.000 de euros si se contabilizan los cerca de 37 partidos hasta enero que no podrá disputar. Además, en caso de volver a tener libertad para reunirse con sus compañeros, los Nets no tendrían excusa para no abordar la extensión de contrato que acaba en 2023 y que le uniría cuatro temporadas más a cambio de 161 millones de euros.
Irving ha quedado señalado en los medios. Y por ello la noticia de Adams de cambiar el protocolo para los trabajadores de la ciudad ha dejado al base con opciones de beneficiarse. Todo mientras entre los aficionados de los Nets ha comenzado cierta campaña de defensa hacia Irving por las feroces críticas que ha recibido en estos últimos tiempos mientras otros deportistas de la élite de la NFL como Aaron Charles, que tras dar positivo etá siendo investigado por poder haber mentido a la competición sobre su estado de vacunación.
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