La guerra que Rusia ha comenzado en territorio ucraniano y que lleva varios días produciéndose ha dejado una lista interminable de fatales consecuencias. Una de las más llamativas está siendo la enorme vinculación que está teniendo con el universo del deporte. Este conflicto bélico que tiene atemorizado a toda Europa, a priori, no tendría por qué estar tan relacionado con el fútbol, el tenis o el baloncesto como se está viendo.
Sin embargo, el hecho de que su impacto se haya extendido por toda la sociedad ucraniana, y también por la rusa, ha provocado que muchos deportistas y exdeportistas hayan sido llamados a filas para formar parte de la contienda. Otros han podido huir y escapar del horror, mientras que algunos también se han sumado voluntariamente a las trincheras. No obstante, los hay que no han tenido tanta suerte y se han visto obligados a cambiar sus raquetas y balones por fusiles o por cualquier otro tipo de labor de ayuda a los intereses de su nación.
Eso es lo que le ha sucedido al SC Prometey, uno de los equipos más importantes del baloncesto ucraniano y que ahora ha cerrado sus puertas por culpa de la guerra. Así lo ha anunciado en las últimas horas su presidente, quien ha confirmado que se deben primero al amor a su tierra y al apoyo que ahora mismo necesita su estado.
De esta forma, han consumado uno de los ejemplos más impactantes de la vinculación que está teniendo el deporte con la guerra. Han echado el cierre en su pabellón, han dicho adiós a competiciones como la Champions y han cambiado su día a día por culpa de las batallas que se están produciendo en sus ciudades y pueblos.
Un equipo de guerra
El SC Prometey es un equipo de la localidad de Kamianské, a orillas del río Dniéper, cerca de la conocida Dnipro. Se trata de uno de los más importantes del país en la actualidad. Participa en competiciones europeas y en estos momentos se sitúa en primera posición de la tabla de la Superliga de Ucrania. Ahora, ha decidido dejar su lugar de privilegio para pasarse a colaborar en el campo de batalla.
A pesar de ser un equipo de reciente creación, parece estar muy identificado con los valores más patrióticos, los que seguramente le haya inculcado su presidente, Volodymyr Dubynskyi. Este club nació en el año 2018 y su primera aparición la hizo en la Higher League, la segunda división del baloncesto ucranio. En su primer año, consumaron una temporada espectacular con un éxito pocas veces visto.
Ganaron 26 de sus 28 partidos y terminaron en lo más alto de la tabla antes de disputar los playoffs que marcarían su destino. Allí no cedieron ni un solo encuentro y alcanzaron la máxima división solo un curso después de su fundación. De la mano de Dmitry Markov, quien era el entrenador por aquel entonces, consiguieron el ascenso a la división de honor del baloncesto en Ucrania. Y solo unos años después, tocaron el cielo al proclamarse campeones en el año 2021.
Esta temporada iban por el mismo camino. Líderes en la clasificación con 25 victorias en 26 partidos y disputando también competiciones como la Champions, la cual han tenido que dejar por culpa de la guerra que ha estallado en su país. El conflicto bélico provocado por Vladímir Putin les ha hecho estar más pendientes de las armas que del balón y por ello se han visto obligados a cesar su actividad hasta que todo se solucione para poder cumplir así el propósito de su presidente, ayudar a su pueblo a ganar la guerra.
Además de la liga de su país, también estaban disputando competiciones tan importantes como la Copa Europea de la FIBA, donde se situaban líderes de grupo con tres victorias en tres partidos, y la Champions. Ahí, donde hay mucho más nivel, las cosas no les iban tan bien. Son terceros de un grupo de cuatro a una victoria de los dos líderes, el Ludwigsburg y el Unicaja de Málaga. Estaban eso sí en la pelea por entrar en los cuartos de final siendo una de las grandes sorpresas de la competición.
Guerra y disolución
Ahora parece que sus objetivos deportivos han pasado a un segundo plano. Al menos, así quiere que sea su presidente, ya que asegura que lo primero en estos momentos es estar del lado de su país y darlo todo por sus compatriotas. Para ello, tiene previsto dar al equipo de baja de todas sus composiciones e incluso disolverlo. El fin no es otro que destinar todos los recursos que pueda para ganar esta guerra contra Rusia.
Una decisión que ha llegado después de haber vivido un auténtico tormento en los últimos días. Han estado exiliados en la República Checa mientras en sus ciudades se libraba una gran guerra. Seguían a través de las noticias todo lo que sucedía, siempre con la esperanza de que sus familiares, amigos y conocidos estuvieran a salvo.
Ahora, la organización de la Champions y la propia FIBA ya saben que la decisión es oficial y que está tomada por parte de la junta directiva del club. Así lo anunció su máximo dirigente, Volodymyr Dubynskyi, quien ahora solo piensa en la victoria de las tropas de Zelenski sobre su enemigo soviético con el fin de obtener ese ansiado final de la guerra.
"Queridos amigos y aficionados de nuestro club. Tenemos una guerra en Ucrania. Hemos tomado una difícil, pero segura decisión de disolver nuestros equipos y dejar de competir en la Champions. Ahora todo nuestro dinero y recursos irán destinados a defender Ucrania para apoyar a nuestras fuerzas armadas en la defensa territorial".
Con este mensaje anunciaba el presidente del Prometey ucraniano que cesaban todo tipo de actividad en favor de las fuerzas armadas de su país. De hecho, si alguno de sus jugadores o trabajadores quieren tomar las armas directamente, también pueden hacerlo, ya que tendrán vía libre por parte de la entidad.
Tanto el equipo masculino como el femenino pasan a un segundo plano con esa especie de disolución que esperan que ayude a vencer: "Estoy seguro de que ganaremos. Ahora mismo, lo único que importa es Ucrania. Lo demás puede esperar". Por si fuera poco, Dubynskyi también ha dado una última directriz a todos los empleados de sus otras empresas. Esa no es otra que utilizar solo el idioma ucraniano, y no el ruso, algo que es habitual dentro del país: "Este es mi firme y final posicionamiento como civil".
Las decisiones no solo han afectado al baloncesto, ya que el club tiene otras secciones que han corrido la misma suerte. Así pues, el Prometey de voleibol, tanto masculino como femenino y también sus categorías juveniles, han puesto fin a sus actividades y se han entregado al propósito de que Ucrania termine ganando la guerra.
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