El enigmático silencio de la WNBA con Brittney Griner: ¿existe una orden de EEUU de no nombrar a Putin?
Las últimas medidas de protestas realizadas por la mejor liga de baloncesto femenina del mundo han generado multitud de críticas en la sociedad.
4 mayo, 2022 02:15Noticias relacionadas
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El caso de la jugadora de la WNBA Brittney Griner sigue en el aire ahora que se acercan fechas muy importantes en el entorno del baloncesto femenino. El próximo viernes 6 de mayo arranca una temporada más de la mejor liga del mundo, pero lo hará, salvo sorpresa mayúscula, sin la pívot de los Phoenix Mercury, una de las interiores más dominadoras de la competición.
Eso es lo que está generando un enorme revuelo en los Estados Unidos, ya que ha llamado poderosamente la atención como la WNBA, una de las competiciones más radicales en la lucha por los derechos sociales, se ha mojado poco con el caso de Brittney Griner.
La sociedad estadounidense y la prensa, especialmente de Phoenix, destacan estos días cómo la organización de la competición ha puesto en marcha pocas protestas y ha llevado a los medios de comunicación pocas reivindicaciones en favor de su jugadora. Mientras tanto, ella sigue detenida en Rusia en extrañas circunstancias, pagando las tensiones que existen entre el país de Joe Biden y el de Vladímir Putin, especialmente tras el inicio de la guerra en Ucrania.
Brittney fue detenida el pasado 5 de marzo por un supuesto transporte de drogas a gran escala y de momento va a seguir así hasta el próximo 19 de mayo, hasta cuando el gobierno ruso ha extendido su arresto tal y como ha informado la Agencia TASS. Sin embargo, Estados Unidos, tras la voz de alarma dada por la ciudadanía, ha dejado caer que van a poner en marcha las medidas que sean necesarias para intentar liberarla cuanto antes sin esperar a los procedimientos habituales de la justicia rusa.
Sin embargo, lo que muchos critican ahora es que la WNBA haya permanecido casi impasible durante las últimas semanas mientras se acercaba el arranque de la temporada. Esta liga siempre se ha caracterizado por ser una de las competiciones del mundo más activas en la lucha por las igualdades sociales, en la batalla por el fin del racismo y la proclamación de las libertades sexuales y la igualdad. Pero en el caso de Brittney Griner han decidido mantenerse más al margen de lo habitual.
El silencio de la WNBA
Esta situación preocupa y mucho, especialmente en Phoenix, donde esperan el regreso de su estrella. Brittney es una de las mejores jugadoras de un equipo que el pasado curso llegó a las finales por el título, cayendo ante las Chicago Sky. Ella y Diana Taurasi estaban llamadas a ser un curso más las líderes de un conjunto que sueña con repetir el título ganado en el año 2014.
Sin embargo, la siete veces All-Star de 31 años primero tiene que salir de prisión. Mientras tanto, las autoridades rusas advierten de que podría pasar allí incluso 10 años, ya que esas son las penas máximas para los delitos que se le imputan. Una situación que ha generado más tensión todavía ante el preocupante silencio que ha adquirido el asunto.
Griner se marchó a Rusia para jugar, como hacen decenas de jugadoras, en la competición soviética durante los meses de parón de la WNBA. Allí cobran cifras astronómicas que incluso cuadruplican lo que pueden cobrar las profesionales en Estados Unidos, cuyo convenio tiene fijado su tope salarial en 228.094 dólares por jugadora. Brittney recibía por unos meses en el UMMC Ekaterinburg más que por una temporada en Phoenix, ya que tenía un contrato superior al millón de dólares por curso.
Ahora que se acerca el inicio de curso y que las críticas se han acentuado de manera exacerbada contra la WNBA, la dirección de la competición ha decidido poner en marcha una medida que a muchos les ha parecido casi ridícula. Todas las canchas de los doce equipos que forman el campeonato tendrán una calcomanía en apoyo a la jugadora de las Mercury con sus iniciales y su dorsal.
La comisionada de la liga, Cathy Engelbert, ha informado este martes que se trata de un gesto para "mantener a Brittney al frente de su movimiento" y mandarle todo "su apoyo y su fuerza en este momento complicado". A su vez, ha deseado que su vuelta a casa se produzca cuanto antes. Sin embargo, hasta esto, lo que más ha reinado en la WNBA ha sido el silencio. Ahora las diferentes teorías de por qué ha sido así han empezado a surgir y a coger fuerza en Estados Unidos, especialmente en los medios que han seguido el caso más de cerca.
¿Miedo a Vladímir Putin?
A finales del mes de febrero, los funcionarios de aduanas de un aeropuerto del área de Moscú decidieron apresarla por lo que supuestamente denunciaban como el transporte de cartuchos de vaporizador que contenían aceite de hachís. Estos habrían sido encontrados en el equipaje de la jugadora, por lo que fue retenida y puesta a disposición de la justicia.
Después de eso, pasó a prisión hasta que se resolviera el caso, lo que podría demorarse al menos hasta el próximo 19 de mayo. Siempre y cuando no se conceda una nueva prórroga en lo que avanzan las tensiones entre Estados Unidos y Rusia. Mientras tanto, en Phoenix siguen echando de menos a una de sus grandes estrellas y por ello, la afición de las Mercury llevó a cabo una serie de protestas en el último partido amistoso de su equipo. Cientos de fanáticos del conjunto de Arizona decidieron llevar camisetas con el número y el nombre de la jugadora que sigue retenida en Rusia.
Este era el primer partido que su equipo disputaba desde su ausencia y muchos esperaban un potente homenaje en el inicio. De hecho, algunos medios auguraron que habría algún reconocimiento oficial como por ejemplo podría haber sido un minuto de silencio en señal de duelo por su falta. Pero no hubo mención alguna a la ausencia de 'BG', una de las jugadoras más reconocidas y queridas de la competición. Y todo dentro del organismo más progresista del deporte en los Estados Unidos.
Una situación que ha generado sorpresa y preocupación a partes iguales. Ha llegado a ser calificado incluso de sospechoso después de que la WNBA fuera protagonista de los mayores homenajes que se han vivido por casos como los de George Floyd o Breonna Taylor. Pero por una de las suyas, que sigue retenida y de la que se sabe poco o muy poco, apenas un par de decisiones sin peso ni recorrido.
Hasta ahora, lo que impera es la voz de los asesores que se han puesto al frente del caso y que confían en que las labores diplomáticas sigan su curso. Sin embargo, lo que muchos sospechan es que hay un cierto temor a Vladímir Putin y que por ello podría imperar una ley del silencio similar a la que se ha vivido en el Reino Unido y Wimbledon. Evitar cualquier mención pública para no dar motivos de propaganda. Por un lado, por las represalias que pueda llevar a cabo un líder que no está en sus cabales y que vive enajenado por la guerra. Y por otro lado, porque quieren reducir al máximo su influencia y su presencia en los medios más allá de lo estrictamente necesario. Con la política ya inundada por su nombre, no quieren que el deporte corra la misma suerte.
Por eso, de momento se ven reacios a que se pueda utilizar a Griner como moneda de cambio con un país que está arrasando Ucrania sin piedad alguna. Estados Unidos ha celebrado en los últimos días el que exmarine Trevor R. Reed había obtenido su libertad en un intercambio de prisioneros después de casi tres años de detención rusa. Pero que sucediera lo mismo con Brittney es algo que se ve con recelo. Aunque la situación requiere una actuación rápida.
Colectivos activistas reclamaron que Brittney debería haber entrado en ese intercambio y señalan que de haber protestas masivas para su vuelta, se habría producido este hecho. Esta situación ha provocado también el malestar de la afición, quienes consideran que el comisionado de la competición está haciendo poco por arreglarlo. Y muchos ya afirman que de haberse producido esta misma situación con un jugador de la NBA, ya se habría movilizado todo lo necesario para traerle de vuelta.
El nombre más repetido en este caso es el de Devin Booker, estrella de los Phoenix Suns, quienes están jugando las semifinales de conferencia contra los Dallas Mavericks de Luka Doncic. Muchos afirman que si fuera él o cualquier otra estrella del baloncesto masculino, el conflicto ya se habría solucionado. Y por eso señalan con mayor fuerza la pasividad con la que la WNBA está gestionando el tema, algo impropio como demuestra su historial.
Algunos aficionados, cabreados por la situación, inciden en que, por si fuera poco, Brittney es conocida por su activismo en favor de las personas negras y los colectivos homosexuales. Lo que sí están estudiando los equipos de la liga es expandir la organización benéfica Griner’s Heart and Sole, que entrega zapatos a los más necesitados, más allá del área Phoenix y así poder visibilizar el caso de la jugadora. Todo apoyo es poco para encontrar una solución.
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