Victoria de España frente a Georgia tras un partido que deja lecturas muy positivas en el vestuario de Sergio Scariolo. El combinado nacional se enfrentó por primera vez a un equipo con mayor poderío en el juego interior y también con mayor capacidad física, pero supo superar con nota el examen dentro de un fin de semana que va a ser extenuante. [Narración y estadísticas: Georgia 64-90 España].
El partido tuvo fases claramente diferenciadas, con una primera mitad de mucha igualdad entre los dos equipos y con bastante descontrol en la pista. Los dos conjuntos pecaban de sus fallos en el tiro exterior y encontraban sus mejores sensaciones en la pintura. Sin embargo, España cambió el paso en la segunda mitad y realizó un tercer cuarto impecable.
Un parcial de 16-31 que rompió el choque por completo y que trajo consigo un final tranquilo de partido. Momento de hacer pruebas, de dar minutos a jugadores menos importantes y de repartir esfuerzos antes de medirse a Bélgica ya este domingo. Menos de 24 horas de recuperación para tener el tercer esfuerzo del Eurobasket.
De momento, dos partidos y dos victorias con un Willy Hernangómez estelar, autor de 14 puntos y que además capturó 7 rebotes. Sufrió para defender a gigantes como Shermadini, pero terminó tirando de talento y experiencia para sobreponerse. Gran actuación también de López-Arostegui, que fue clave en el momento en el que España despegó hacia la victoria abriendo las primeras diferencias de unos 20 puntos.
Un inicio muy guerrero
Sorprendió Sergio Scariolo en el quinteto inicial apostando de salida por Joel Parra. El técnico italiano buscaba de forma desesperada introducir más poderío físico y más ayudas en el rebote desde el inicio. Sin embargo, la pelea estuvo descompensada desde los primeros minutos ya que los jugadores interiores de la Selección eran incapaces de parar a hombres como Shermadini.
Lorenzo Brown se puso al mando de las operaciones una vez más. Sin embargo, no fue el partido del americano, que pecó una y otra vez de errar demasiado en sus tiros, tanto en penetración como en suspensión. Quienes sí brillaron fueron Willy, Juancho y Xabi López-Arostegui, los otros integrantes del quinteto y que se pegaron como pudieron con las torres georgianas.
El marcador se mantuvo igualado durante el primer acto. España consiguió abrir mínimas rentas de entre cuatro y seis puntos. Sin embargo, un triple de Alberto Díaz en la última jugada permitió que los locales no se marcharan por delante. Sí se notó esta vez más apoyo del público al jugar Georgia, una de las organizadoras. 16-18 y mucho que mejorar antes del descanso.
Poco a poco, España consiguió ir mejorando su juego, aunque siempre creciendo desde el aspecto individual y nunca desde sistemas corales. Los problemas de bases se notan todavía más en estos momentos. Siempre llevando el mando por empuje y garra, los de Scariolo se aproximaron al descanso encontrando sus mejores momentos en la pista, igualando la intensidad y el poderío físico de Georgia.
Xabi López-Arostegui fue la clave de ese despertar que tuvo el conjunto nacional y que le permitió irse al intermedio rozando la decena de ventaja, 31-40. Un partido muy diferente al vivido contra Bulgaria, donde la defensa se impuso con claridad y el ataque fluyó de manera excelsa. Ante los Shermadini, Andronikashvili, Mamukelashvili y compañía, la batalla estaba siendo mucho más reñida. Un buen final de primera parte también de Willy Hernangómez y la aparición del jugador de Valencia Basket dejaron un panorama alentador para la segunda parte.
España comienza a despegar
Ya en el tercer cuarto, el encuentro atravesó por una fase de auténtica montaña rusa. España salió con otra cara, dominando más el juego y realizando una mejor circulación exterior. Ya no solo valía el pick&roll en la cabecera para intentar penetrar en la zona y generar ventajas, había muchas más opciones. Y la mano que cambió la cara de la Selección fue la de Rudy. El mallorquín, que había estado muy errático desde el tiro exterior con una serie bastante mala, cambió su función el equipo, tiró de veteranía y lideró tanto en un aro como en el otro.
España comenzó a volar y a encontrar oportunidades liberadas desde el triple. Además, para alegría de Scariolo, estaban ganando la batalla del rebote. Eso sí, ambos conjuntos demostraron tener bastante apuros para no conceder rebotes ofensivos. Casi siempre se imponían los ataques a las defensas en esa faceta. Aspecto a mejorar cuando lleguen selecciones de entidad.
La recta final del tercer cuarto, con un parcial de 0-10 abierto y un triple de Alberto Díaz colosal, confirmó que el rumbo del partido había virado por completo y que tenía claro color español. Las ventajas se dispararon por encima de los 20 puntos y el combinado nacional empezó a cuajar sus mejores minutos en el Europeo. Era claramente una actuación de menos a más y que iba a permitir tener un final de partido de lo más tranquilo. Así lo indicaba el 16-31 con el que la Selección destrozó el choque.
España concluyó el partido gustándose y pudiendo repartir minutos de cara al partido de este domingo contra Bélgica. Protagonismo para Seba Saiz, Usman Garuba y sobre todo Darío Brizuela. El escolta de Unicaja está contando poco para Scariolo, pero si gana confianza, puede jugar un papel diferencial. Compromiso resuelto y a descansar las pocas horas que quedan.
Georgia 64-90 España
Georgia: Andronikashvili (13), Mamukelashvili (10), Shermadini (10), McFadden (6) y Bitadze (0) -cinco inicial-, Burjanadze (6), Jintcharadze (2), Bekauri (0), Berishvili (3), Bokolishvili (5), Sanadze (9) y Tsintsadze (0).
España: Brown (5), Parra (8), Juancho Hernangómez (9), López-Arostegui (9) y Willy Hernangómez (14) -cinco inicial-, Rudy Fernández (8), Pradilla (12), Saiz (8), Garuba (0), Jaime Fernández (2), Díaz (8) y Brizuela (7).
Parciales: 16-18 | 15-22 | 16-31 | 17-19
Árbitros: Saverio Lanzarini (ITA), Dariusz Zapolski (POL) y Gatis Salins (LET). Jaime Pradilla fue eliminado por cinco personales (m.32).
Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada del grupo A del Eurobasket disputado en el Tbilisi Arena de Tiflis ante unos 8.000 espectadores.