España consiguió su primer objetivo en este Eurobasket 2022: pasar a octavos de final como primera clasificada en su grupo. La Selección que dirige Sergio Scariolo superó a Turquía en un agónico encuentro que se decidió por los pequeños detalles. Uno de ellos fue el gran trabajo en defensa de Alberto Díaz. El base de Unicaja, que llegó a este torneo después de haber sido uno de los descartes y de ser repescado por la lesión de Sergio Llull.
En una selección sin estrellas, el trabajo no se negocia. Eso es lo que atesora el pelirrojo de 28 años. Está siendo durante todo el torneo la baza de Scariolo para frenar a los bases más peligrosos que se ha encontrado en esta fase de grupos. Su compañero en Unicaja, Kendrick Perry, o Thad McFadden fueron víctimas de este pegajoso jugador exterior, que demostró en estos primeros partidos que no era casualidad su presencia en la lista final aunque a algunos les sorprendiera.
Pero la prueba definitiva era Shane Larkin. El jugador de Anadolu Efes, uno de los mejores de la Euroliga, amenazaba a la Selección. Cuando la bola quemaba y el partido estaba más apretado, Alberto le demostró quién mandaba en la cancha. Es verdad que el estadounidense nacionalizado turco tenía un problema en sus manos, como confesó Ergin Ataman tras el encuentro, pero eso no resta méritos a la gran defensa del español. Fueron 10 segundos decisivos, cuando quedaban 19 para acabar el partido y el marcador estaba 68-69 a favor de España.
Antes había hecho otra pillería. Sacó la quinta falta a Alperen Sengun. El jugador de los Houston Rockets estaba siendo una pesadilla para España. Willy Hernangómez, a duras penas, estaba plantándole cara. 12 rebotes había capturado para demostrar que era quien dominaba la zona; una actuación que completó con los 14 puntos que anotó. Cuando restaban 5:37 para acabar el encuentro, el español provocó la infracción en ataque del pívot que le sacaba del partido.
Esta es la nueva España en la que no hay estrellas, pero sí jugadores con mucho compromiso. Lo de Díaz no es flor de un día. En Málaga saben perfectamente de lo que es capaz. También el equipo de las Ventanas FIBA. Esta nueva 'Familia' que se forjó en los encuentros de clasificación para los grandes torneos en los que ni los NBA, ni los jugadores de la Euroliga pueden estar quiere dar guerra a las selecciones favoritas. Ante Lituania tendrá su primera gran piedra del camino.
En 2016, Sergio Scariolo contaba que ponía a Alberto Díaz como ejemplo a su hijo, Alessandro, sobre lo que debía hacer un jugador para ser profesional. En la previa del partido, el seleccionador explicó que "cuando no está lesionado, como pasó este verano, es un jugador consistente que suele venir" y que "cuando se lesionó Llull" tuvieron "claro" que era el base que debía estar. En el año en el que Lorenzo Brown llegó a la Selección con su polémica nacionalización, el pelirrojo estuvo a punto de quedarse fuera.
Fue uno de los primeros descartes de Scariolo y no llegó a jugar ninguno de los partidos de preparación porque arrastraba algunas molestias. Pero la manera de competir, de pelear por un balón y de poner al rival al límite parecen haber puesto en perspectiva la necesidad de tener a un jugador como él en un torneo como este. Estaba de vacaciones cuando el seleccionador le volvió a llamar. Ahora se antoja fundamental para el futuro de la Selección en este Eurobasket.