El capitán levantó el trofeo que nadie esperaba y no pudo aguantar las lágrimas. Las había mostrado prácticamente en cada partido eliminatorio que España superó. Sus compañeros le manteaban después de que a sus 37 años haya guiado al primer vestuario de la Selección sin Junior de Oro hasta el oro en el Eurobasket. Rudy Fernández ha conseguido en un año muy duro en lo personal su undécima medalla con el equipo nacional, una que siempre recordará por ser "la más especial".
Su padre, Rodolfo Fernández, falleció en el mes de mayo. "Me falta un gran pilar que es mi padre y sé que nos ha ayudado desde arriba. Lo que ha hecho este grupo ha sido especial. Capitanear a este equipo ha sido todo un orgullo. Han trabajado con humildad, se lo merecen", explicó tras colgarse la medalla, besarla y mirar al cielo acordándose de él. Todo el vestuario sabía lo que significaba este torneo para Rudy y la imagen de los dos Hernangómez arropándole lo demuestra.
Rudy, engalanado con la camiseta de su gran amigo y compañero Sergio Llull para demostrarle que este éxito también es suyo tras perderse el campeonato por lesión, mostró "orgullo" por este vestuario que va "a recordar toda la vida". Todo esto sucedió en "un año muy duro en lo personal": "el no tener a mi padre aquí me ha hecho crecer y madurar muchísimo". Si la salud se lo permite, su intención es seguir guiando a esta nueva generación hasta el Mundial 2023.
El último representante de la generación que ha hecho del baloncesto español el mejor de Europa y uno de los mejores del mundo en este siglo fue clave en el camino hasta el oro. Contra Lituania dejó una imagen que explica qué tipo de profesional es lanzándose a por un balón que parecía perdido en la grada y recuperándolo. Ante Finlandia cambió al equipo con su bronca al descanso y sus triples para la remontada. Frente a Alemania puso su sello al triunfo con varias acciones defensivas.
Este año en el que volvió a sufrir con las lesiones, que vivió una vertiginosa temporada con el Real Madrid que acabó con un nuevo título y que tuvo que superar esa traumática pérdida, Rudy vuelve a demostrar que es uno de los mejores jugadores de la historia del país. Con 30 títulos a sus espaldas, el balear tiene a tiro superar el récord de partidos de Juan Carlos Navarro con la Selección (el récord está en 253 encuentros y suma 247).
Triples, manos rápidas para provocar pérdidas y la intensidad en todos los partidos para ser el alma del equipo; todo eso es Rudy. Los intangibles son lo que le hacen un jugador único, un capitán que da ejemplo por su derroche encima del parqué y por la forma de gestionar las emociones de sus compañeros. Sergio Scariolo lo ha tenido más fácil teniendo un hombre como el '5' a su lado, aunque el jugador del Real Madrid hizo hincapié en la capacidad de trabajo de sus compañeros.
"No puedo describir cómo me siento. Esto fue tan especial. Este grupo era muy joven pero luchó en todos los partidos y ahora se reconoce este trabajo realizado en todo el torneo. Estoy feliz y orgulloso de ser parte de este grupo", señaló en la celebración dejando también la instantánea clásica con la red de la canasta colgada de su cuello. La capacidad de sobreponerse a todas las adversidades que le han venido en este último año a Rudy hace de este éxito algo más especial.