Sarunas Jasikevicius y Ergin Ataman se han convertido en algo más que duros rivales. Se podría decir que ya son casi enemigos. Al menos eso es lo que han demostrado en sus últimos cruces. Cada vez que el Barça visita Estambul para medirse a Anadolu o cada vez que el equipo turco se traslada a la Ciudad Condal para disputar un partido en el Palau hay lío. Y la última jornada, con victoria de Efes, no ha sido la excepción que confirma la regla.
El entrenador lituano y el seleccionador turco han vuelto a chocar. Lo hicieron tras sonar la bocina de final de partido. Un duelo tenso y caliente entre un campeón necesitado de victorias y un aspirante que no consigue cumplir con el reto de llevarse el gato al agua en la máxima competición continental que terminó con polémica. En ella estuvieron envueltos los dos entrenadores, pero también otros miembros de los cuerpos técnicos.
En este caso, todo vino provocado por un choque entre Saras Jasikevicius y uno de los ayudantes de Ataman, Tomislav Mijatovic. Ambos se enfrentaron y tuvieron que ser separados para que la cosa no pasara a mayores. El entrenador lituano fue el primero en pasar por rueda de prensa, pero no quiso hablar mucho sobre lo sucedido. Aseguró que era "cosa de entrenadores". Su intención no era otra que dejar en la pista lo que allí había sucedido.
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"Lo que discutimos queda entre nosotros. Tenemos que decir algunas cosas a veces cuando creemos en ellas y seguir adelante. Lo que le dije lo entiende todo el mundo en nuestro negocio, pero se queda dentro de la comunidad de entrenadores". Ambos fueron separados por miembros del cuerpo técnico del equipo turco y por el propio manager general de Efes, Alper Gilmaz.
La revelación de Ataman
Pero Ataman se sintió gravemente atacado y quiso defender su inocencia y también la de su ayudante. Y rajó en rueda de prensa como si no hubiera un mañana, señalando de manera muy clara a Jasikevicius. Ataman contó que 'Saras' les había acusado de grabar algunos de sus entrenamientos. Una acusación que dolió mucho tanto a Mijatovic como al propio entrenador de Anadolu Efes, que decidió lanzar una afrenta pública a su homólogo.
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Ataman exigió que, o Jasikevicius tenía pruebas de sus acusaciones, las cuales consideraba falsas, o tendría que pedir disculpas de manera pública porque el ataque lanzado era de extrema gravedad. "Después de que chocáramos las manos, se fue hacia mis asistentes e hizo una acusación muy dura: que grabábamos sus entrenamientos con una cámara. 'Habéis filmado nuestra sesión muy bien', dijo".
Ergin continuó y tiró de ironía: "Es un buen amigo y le invito a probarlo. No hemos hecho tal cosa ni un sólo día en nuestros cinco años de servicio en el Efes y nunca lo haremos. Si Saras me llama, le diré: 'Si lo puedes demostrar, dimito hoy mismo'. Pero si no lo prueba, que se disculpe ante mis asistentes o que se vaya de la Asociación de Entrenadores de la Euroliga".
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La tensión entre Ataman y Jasikevicius, "buenos amigos" como decía el entrenador turco, es total. No es la primera vez que tienen una confrontación tan subida de tono, ya que durante la temporada pasada tuvieron encuentros realmente calientes. En el Palau, el técnico otomano llegó incluso a encararse y hacer gestos a la afición azulgrana.
Lo cierto es que no fue un día sencillo para un Jasikevicius al que todo le salió mal y al que se pudo ver fuera de sí en muchos momentos. Además de esa guerra abierta contra Ataman y su cuerpo técnico, vivió un problema también en su propio banquillo. Durante el tercer cuarto tuvo un enfrentamiento contra una de sus estrellas Nikola Kalinic. La discusión fue tan tensa que incluso llegó expulsar al vestuario a uno de los fichajes estrella de este verano.
"Lo trataremos internamente", apuntó Jasikevicius nada más terminar el partido. Más tarde, en rueda de prensa, amplió un poco más su mensaje: "Nikola faltó al respeto al equipo". Lo que está claro es que Jasikevicius pasó una muy mala tarde en Estambul.