Una noche así no se olvida jamás. Ni Pau Gasol ni el deporte español en toda su extensión. En la madrugada del martes al miércoles, en el centro de Los Ángeles, se hizo historia. Los míticos Lakers retiraron la camiseta con el '16' del pívot español y la colgaron para siempre en lo más alto de su pabellón.
Tal es la magnitud de esta ceremonia que no se encuentra un símil futbolístico para representar su relevancia. Quizás lo más sencillo es echar un ojo los nombres que lucen alrededor de Pau en este ilustre mural: Chamberlain, Jerry West, Abdul-Jabbar, Magic, Shaq... y, por supuesto, Kobe Bryant.
La retirada de la camiseta de Pau ya la pronosticó Kobe hace cinco años. "No puedo seguir sin hablar de la cara que no veo", dijo Gasol recordando al hombre que le hizo "mejor jugador y mejor persona en general". En el viejo Staples Center se le coreó: "Kobe, Kobe". Esa marea dorada en las gradas se sintió por un momento en los años 2009 y 2010.
Era fácil de adivinar que sería un acto de los que se lloran. Allí estaba Pau, en mitad de la pista vestido con traje negro y luciendo sus dos anillos de campeón en los dedos. Antes saludó con su hija en brazos. La viuda de Bryant fue quien se encargó de comenzar el homenaje, dando paso al vídeo en el que su difunto marido hablaba sobre retirar la camiseta de su amigo.
Avisó Pau en una rueda de prensa de lo que le podía pasar: "Es posible que, aunque soy un equilibrista y me muevo bien controlando las emociones, al final me quiebre y me asome a un abismo por tanta emoción". La noche de antes no pudo dormir bien, "con el corazón a mil por hora".
Las lágrimas no tardaron mucho en caer por su rostro, mientras era ovacionado por las 18.000 personas que abarrotaban el pabellón. Cada una de ellas había recibido una camiseta con su nombre y el '16' a la espalda.
Gasol dijo que "ni en un millón de años" se podía imaginar una velada así y recordó "la mentalidad de la Mamba" de Kobe: "Sed lo mejor que podáis ser". El seis veces All-Star también se acordó de aquel legendario séptimo partido contra los Celtics en las Finales de 2010. "Parece que fue ayer (...). Qué noche, nunca lo olvidaré y creo que vosotros tampoco", señaló.
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En este momento culminante de su carrera, el de Sant Boi estuvo acompañado por su esposa e hijos, por sus padres y hermanos -incluido Marc Gasol-, y por inolvidables compañeros de los 'júnior de oro' como Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes o Juan Carlos Calderón. Jeanie Buss, propietaria, y Rob Pelinka, director deportivo de los Lakers, también le escoltaban.
Pero también estuvieron presentes compañeros de sus años de vino y rosas en los Lakers como Derek Fisher o Metta Sandiford-Artest y referentes de la franquicia como Kareem Abdul-Jabbar o Magic Johnson. Quien no pudo estar fue LeBron James, que está recuperándose de una lesión. El otro homenaje se lo brindó Anthony Davis, quien lideró la victoria del equipo de casa en el partido contra Memphis Grizzlies -el primer equipo de Pau en la NBA- que se jugó alrededor del acto para el pívot español.
"Llegaste a nuestras vidas el 1 de febrero de 2008 y cambiaste los corazones de la familia de los Lakers", narraba un vídeo que resumía los grandes momentos de Pau Gasol en la franquicia. Desde el debut y aquella primera final contra los Boston Celtics hasta las victorias de los dos años siguientes en las que se resarció contra Dwight Howard, la estrella de aquellos Orlando Magic, y se vengó de Kevin Garnett.
Pau, la persona, dejó la misma huella que el jugador. De este modo en el vídeo también se repasaron sus iniciativas solidarias, su involucración en la ciudad de Los Ángeles y con la comunidad latina y la estrecha relación, como de hermanos, que tuvo con Kobe fuera de las canchas. También le dedicó unas palabras Phil Jackson, el mayor director de orquesta del baloncesto que también lo fue de aquellos Lakers: "Me lo dijo Kobe en la banda el día que debutó, mira cómo corre, cómo pasa, como juega. Gracias por esta enorme carrera. Te lo mereces".
Y se reveló la camiseta de Pau en lo alto del pabellón. Con el '16', junto al '8' y el '24' de Kobe -el único jugador de la NBA en tener retirados dos dorsales en la misma franquicia-. Debajo de James Worthy ('42') y Magic Johnson ('33'). Solo hay otras diez leyendas, además del mítico locutor Chick Hearn, tienen el mismo privilegio que el pívot de Sant Boi de Llobregat en la franquicia más mediática de todas.
Ahora cada vez que alguien vaya a la arena y mire al techo, verá el apellido Gasol. Un trozo de memoria de cuando se hizo historia. Un trozo del legado del mejor jugador de baloncesto español que haya puesto un pie en la pista. "A la ciudad de Los Ángeles, a 'la nación de los Lakers': os quiero profundamente, os quiero para siempre. Gracias por hacerme sentir tan especial". Pau, laker para siempre.