Tras el anuncio de Ricky Rubio de parar su actividad profesional para cuidar su salud mental, renunciando a ir al Mundial de baloncesto, el seleccionador Sergio Scariolo reaccionó con un sentido mensaje. En él, el italiano mostraba su admiración hacia el base de El Masnou "por su transparencia y a través de ella su capacidad, una vez más, de liderar con el ejemplo".
La salud mental ha sido siempre en el deporte un tema tabú. Es en los últimos años cuando se ha empezado a abrir la puerta, aunque siguen sin ser muchos los que hacen un ejercicio de sinceridad con uno mismo como el que ha hecho ahora Ricky Rubio. En un mundo de competición, de deportistas habituados a llevarse al límite, hay problemas que deben salir a la luz.
El propio Ricky, que prefiere mantener silencio sobre las razones que le han llevado esta vez al límite, ya pasó por una depresión. Fue hace unos años, en 2016, cuando perdió a su madre por un cáncer de pulmón. Las últimas semanas de aquella temporada, en la que jugó en la NBA para los Wolves, solo podía estar pendiente de la salud de su madre que se encontraba en España. Cuando acabó la campaña, voló a casa y unas semanas después ella falleció.
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En 2019, Ricky Rubio recordó con una carta aquel duro episodio. El base español contó que la siguiente temporada se despertaba cada mañana pensando en llamarla, nunca borró su teléfono y durante años la escribió mensajes de texto: "Durante un tiempo, sentí que me estaba volviendo loco, como si estuviera hablando conmigo mismo".
"Durante la mayor parte de ese año después, estaba enojado. Culpé a muchas cosas. Culpé al baloncesto. Culpaba a las personas a mi alrededor por cómo me sentía. Le eché la culpa a todo. Pasé por una depresión". Y en aquel momento, el baloncesto pasó a un segundo plano. "El baloncesto es muy importante para mí. Pero sé que puedo tener un impacto en este mundo de muchas otras maneras. Sé que puedo ser muchas otras cosas", decía hace cuatro años. Hoy vuelve a predicar con el ejemplo.
Lo que sufren los deportistas
Como Ricky, ahora y entonces, ha habido más casos. Michael Phelps, el deportista olímpico más condecorado y con más oros de todos los tiempos, reveló en 2016 los problemas que había tenido durante su carrera. "Soy alguien que ha pasado por al menos tres o cuatro períodos de depresión fuerte después de los Juegos y llegué a poner mi vida en peligro", dijo. Fue la consecuencia de tanta presión mediática y deportiva a la que se vio sometido durante sus años en activo. Hoy en día imparte conferencias sobre la salud mental.
En España, también Andrés Iniesta relató el hoyo en el que se sintió cuando se juntaron la muerte de Dani Jarque y una serie de lesiones de sufrió: "De repente, uno empieza a encontrarse mal. No sabe por qué motivo, pero un día está mal. Y al siguiente, también. Y así, día tras día. No mejoras. Y el problema es que no sabes lo que realmente te está pasando". También Álex Abrines, compañero de Ricky Rubio en la Selección, llegó a ser incluido en la lista de inactivos por su franquicia entonces, los Oklahoma City Thunder, por "algunos problemas personales". "Simplemente, perdí la ilusión y las ganas de jugar", revelaría después tras haberse apoyado en profesionales de la salud mental.
Simone Biles vuelve dos años después
Otros casos dejaron huella durante los últimos años. Ambos están protagonizados por mujeres, las cuales comparten año de nacimiento (1997) y un éxito prematuro. Son la gimnasta Simone Biles y la tenista Naomi Osaka.
Lo de Biles marcó los últimos Juegos Olímpicos de Tokio, celebrados en 2021. La atleta estadounidense competía en la prueba por equipos y participó en la primera rotación del concurso final, la de salto, obteniendo una de las puntuaciones más bajas de su carrera olímpica. Aquello le afectó y no volvió a competir alegando problemas de salud mental. Sí disputaría las finales de barra de equilibrios, donde ganó el bronce.
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"Desde que entro al tapiz, estoy yo sola, confrontando los demonios en mi cabeza. Debo hacer lo que es bueno para mí y concentrarme en mi salud mental y no comprometer mi bienestar", dijo una Biles abatida por la presión. En su caso, había que sumar los abusos sufridos por parte del doctor Larry Nassar que había confesado un año antes: "Estaba muy deprimida. Dormí mucho porque, para mí, era lo más parecido a la muerte sin dañarme. Fue un escape de todos mis pensamientos, del mundo, de lo que estaba sucediendo", explicó en su declaración.
Biles, la niña prodigio del deporte olímpico que con 19 años ganó cuatro oros en Rio 2016, paró por su bien. Y tras dos años de ausencia, este sábado justamente reaparece en la competición el US Classic, organizado en las afueras de Chicago, compitiendo en las cuatro disciplinas.
Los episodios de Naomi Osaka
En cuanto a Naomi Osaka, la tenista japonesa era número 2 del mundo cuando en junio de 2021 decidió abandonar Roland Garros. No tenía una lesión física sino que sufría una depresión. La presión le había generado un estrés y una ansiedad que le impedían saltar a la pista a competir.
Osaka no quiso hablar ante los medios, alegando que muchas veces "la gente no tiene consideración con nuestra salud mental", la de los deportistas. Pero sí se pronunció mediante un comunicado: "No me gustaría trivializar con la salud mental o usar el término a la ligera. La verdad es que he sufrido largos periodos de depresión desde el US Open de 2018", señaló.
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"Cualquiera que me conozca sabe que soy introvertida y cualquiera que me haya visto en los torneos se habrá dado cuenta de que uso cascos para calmar mi ansiedad social. [...] No soy una persona dada a hablar en público y siempre tengo olas de ansiedad antes de hablar con los medios. Me pongo muy nerviosa y me estreso tratando de dar las mejores respuestas que puedo. En París me estaba sintiendo vulnerable y ansiosa y pensé que el mejor ejercicio de autocuidado era evitar las ruedas de prensa", reconocía la japonesa.
Aquella vez anunció que se alejaba de las pistas una temporada, aunque volvió a competir más adelante ese año en los Juegos de Tokio. En la cita olímpica, la presión volvió a aparecer: "He sentido por momentos que tenía todo el peso del mundo sobre mis espaldas", dijo tras perder ante la 42 del mundo y salir de la pista llorando. Ahora ha pasado por una retirada del tenis tras ser madre y se prepara para volver en 2024.