La derrota ante Canadá supuso un revés para la selección española del baloncesto. No solo en el presente, donde quedó fuera del Mundial, sino también de cara al futuro. Y es que la eliminación en la antesala de los cuartos de final obliga a España a tener que disputar un preolímpico para optar a estar en los Juegos Olímpicos de París 2024.
La Copa del Mundo de la selección española ha dejado luces y sombras. Realizó una primera fase impecable con tres victorias en tres encuentros y con la sensación de que eran capaces de batir a cualquiera.
Sin embargo, el camino impoluto de España se torció en la segunda fase. Contra todo pronóstico perdieron frente a Letonia y se complicaron la vida sobremanera. Habían ganado tres de los cuatro duelos mundialistas, pero el destino les llevó a un duelo a vida o muerte ante Canadá, una de las favoritas. Los de Scariolo jugaron un gran encuentro, pero un mal último cuarto acabó por apearles del torneo.
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El camino a París 2024
De esta manera, la Selección tendrá ante sí un escenario al que no está acostumbrado. La última vez que tuvo que disputar un preolímpico fue en los Juegos de Seúl en 1988. En esa ocasión logró clasificarse a la cita olímpica y así fue en siete de los ocho Juegos siguientes. La última vez que España faltó a unos Juegos Olímpicos fue en Atlanta 1996.
La selección española de baloncesto ha escrito una historia gigantesca. Ha sido una de las dominadoras del panorama mundial en los últimos años y tiene ante sí un futuro muy prometedor. Nombres como Aday Mara, Izan Almansa, Baba Miller o Rafa Villar ilusionan a una afición que ha visto como su equipo ha caído en la segunda fase del Mundial de baloncesto.
El grupo de jugadores que conforman esta Selección tiene nivel para hacer cosas grandes, pero ahora le toca hacer frente a un acontecimiento al que no están acostumbrados. Tendrán que disputar un preolímpico si quieren asegurar su billete a los Juegos de París 2024.
El preolímpico será un torneo diabólico. España se integrará en uno de los cuatro grupos de seis equipos en los que se divide el torneo. Lo complicado es que únicamente el vencedor de esa "liguilla" estará en París.
De momento ya ha dos selecciones clasificadas para la cita olímpica: Francia, como organizador; y Australia, como mejor selección de Oceanía. El Mundial entrega seis plazas más: dos a Europa, dos a América, una a Asia y otra a África. Las otras cuatro salen de ese preolímpico de 24 selecciones.
El infierno del preolímpico no sólo tiene que ver con las selecciones con las que España podría competir. A la espera de colocar a las dos europeas del Mundial, España tendría rivales del nivel de Serbia, Lituania, Alemania, Eslovenia, Italia, Montenegro, Grecia, Letonia, Georgia… De esas, sólo evitará dos. Y tendrá que añadir a las americanas, entre las que podrían estar Brasil, Dominicana, Puerto Rico… Eso, si no hay un fracaso de Canadá en los cuartos de final.
El mero hecho de imaginarse en Atenas jugándose una plaza en París frente a Antetokounmpo; o en cualquier otra sede dura contra estrellas como Doncic, Jokic, Schröder o quien corresponda, impone.
Las fechas, un problema
Además de la dificultad por los rivales, el torneo exige una concentración bestial. Se juegan cinco partidos en seis días (2 al 7 de julio) y un mínimo error te deja fuera de la cita olímpica.
Las fechas supondrán un grave problema. Casi el cien por cien de los potenciales internacionales españoles, con excepción de Aldama y Ricky (a falta por saber el futuro de Garuba), compiten en Europa, donde las ligas terminan a mitad de junio, a apenas veinte días de que arranque el preolímpico. La mayoría están en la Liga Endesa.
De los que han estado este Mundial, Alberto Díaz (Unicaja), Parra, Abrines, Brizuela y Willy (Barça); Rudy y Llull (Real Madrid), Claver (Valencia). Pero también los hay repartidos en las ligas europeas. Juan Núñez seguirá en el Ulm alemán y Juancho es uno de los fichajes estrella del Panathinaikos.
También hay que tener en cuenta la figura de Lorenzo Brown. El base resultó capital en el éxito del Eurobasket del año pasado en Berlín. Este año, los problemas físicos le impidieron estar disponible pese a que la FEB lo intentó hasta muy al final.
Además de Brown, el otro gran nombre del año será Ricky Rubio, que de momento ha detenido su actividad deportiva para cuidar de su salud mental. Tiene contrato con los Cavaliers y en la FEB confían en que hay tiempo suficiente de volver a ver sonreír a Ricky, jugar a gran nivel y competir en la pista como MVP que fue en el Mundial de 2019 y actual miembro del quinteto ideal de los Juegos.