Real Madrid y Barcelona vuelven a verse las caras en la final de la Copa del Rey. Tras el paréntesis de la pasada edición, blancos y culés se enfrentarán en el partido por el título más repetido de los últimos años ya que los dos clásicos del baloncesto español lo han protagonizado en nueve de las últimas catorce ediciones.
Hace un año, en Badalona, ambos cayeron a manos del Unicaja, a la postre campeón, pero doce meses después vuelven a verse las caras en un enfrentamiento en el que el Barça tiene la oportunidad de alcanzar en el palmarés a los blancos, que solo tienen un título más (28).
En el caso del Real Madrid, el conjunto blanco se ha convertido en un asiduo a este cita. El equipo de Chus Mateo jugará la décima final de las últimas once temporadas, aunque solo ha podido ganar una de las seis más recientes, la disputada precisamente en Málaga hace ahora cuatro años.
A la final llega después de un sufrido triunfo frente al UCAM Murcia (84-79) en su estreno que no pudo cerrar hasta los minutos finales y de una exhibición en semifinales ante el Valencia Basket, al que desarboló este sábado en un gran tercer cuarto y eliminó por un contundente 95-76.
Su rival será el Barça de Roger Grimau en su primera final como técnico azulgrana. En Málaga comenzó eliminando al BAXI Manresa por 102-91 en un duelo más igualado de lo que refleja el marcador y en semifinales desarboló al Lenovo Tenerife por un contundente 108-76 y dejando muy buenas sensaciones. En sus dos partidos superó los cien puntos, algo poco usual en una competición como la Copa del Rey.
No obstante, en la cancha el protagonismo lo tomarán los jugadores. Habrá duelos estelares como el Facundo Campazzo contra Tomas Satoransky en la dirección o el Walter Tavares contra Willy Hernangómez en la posición de pívot. Además, los Clásicos entre Real Madrid y Barcelona también se han convertido en dos citas para los secundarios de lujo, como puede ser el caso de Musa, Abrines, Kalinic o Hezonja.
Campazzo contra Satoransky
Facundo Campazzo y Tomas Satoransky están llamados a ser dos nombres propios en el Martín Carpena. El argentino y el checo son los faros de Real Madrid y Barcelona, respectivamente. Por sus manos pasa el balón en cada jugada y ambos tienen tendencia a brillar en las grandes citas.
Se han enfrentado en numerosas ocasiones y los dos se conocen a la perfección. Además, se han presentado en la final tras haber realizado un notable torneo. Facundo Campazzo llega tras haber dejado dos actuaciones importantes para el Real Madrid, siendo pieza fundamental.
En los cuartos de final frente al UCAM Murcia fue el máximo anotador del conjunto blanco con 16 puntos y acabó con 25 de valoración. En las semifinales frente al Valencia Basket, acabó con 10 puntos y 9 asistencias para 22 créditos totales. Es decir, ha rendido a un espléndido nivel y amenaza con poner en jaque al Barça.
El papel de Tomas Satoransky no fue tan decisivo en los cuartos. El base checo no realizó un partido excelso contra Manresa, pero la cosa cambió en las semifinales. Frente al Lenovo Tenerife emergió con furia todo ese talento que atesora en sus manos para acompañar a Willy Hernangómez como uno de los principales artífices. Acumuló 11 puntos y añadió 7 asistencias para ser el segundo más valorado, con 22 créditos, solo por detrás del pívot.
Duelo de pívots
Si hay otra posición donde Real Madrid y Barcelona destacan notablemente es en la posición de pívot. Walter Tavares y Willy Hernangómez están llamados a tener mucho protagonismo en un duelo de altura entre los dos mejores equipos del baloncesto español.
Walter Tavares es sabido de sobra el poderío, especialmente defensivo, que atesora. El pívot caboverdiano supone una roca en la zona y sus enormes brazos molestan a cualquier rival que intente anotar. Frente a UCAM Murcia y Valencia Basket ha aportado en el aspecto anotador y defensivo, pero también ha destacado en el rebote. Suma 14 hasta el momento, siendo el que más de su equipo.
La Copa del Rey de Willy Hernangómez está siendo sublime hasta el momento. El interior español está brillando en Málaga y se ha convertido en uno de los jugadores más decisivos del torneo, siendo muy desequilibrante en ataque. Por ello, su duelo de este domingo frente a Tavares se antoja espectacular.
Willy ha vuelto a dar su mejor versión y acumula 31 puntos, 16 contra Manresa y 15 contra Lenovo Tenerife, en estos dos partidos. Además, también ha sido una pieza muy importante en el esquema de Roger Grimau a la hora de cerrar el rebote, ya que logró coger diez en los cuartos de final y siete en las semifinales.
Secundarios de lujo
Otros elementos altamente importantes de la final de la Copa del Rey entre Real Madrid y Barcelona son los secundarios, o muchas veces protagonistas, que tienen los dos equipos. La amplitud de ambas plantillas supone un alivio para Chus Mateo y Roger Grimau, ya que muchas veces encuentran a jugadores diferenciales desde el banquillo.
Dzanan Musa, Gaby Deck o Mario Hezonja son tres jugadores capaces de anotar en casi cualquier situación en el Real Madrid y ambos pueden desatascar un partido en cuestión de segundos y así cambiar el rumbo del encuentro, pero también aportan mucha experiencia a la hora de defender.
Tampoco hay que olvidarse de la presencia de jugadores como Sergio Llull, Sergio Rodríguez o Rudy Fernández. Veteranos que siempre rinden y acuden al rescate cuando más se les necesita. También hay otros como Poirier o Yabusele, imprescindibles para dar una dosis de energía al Real Madrid.
Algo similar ocurre en el Barcelona. Roger Grimau dispone de jugadores diferenciales. Uno de ellos es Nico Laprovittola. El argentino tiene un instinto particular para aparecer en las grandes ocasiones, además de que conoce muy bien a su rival, ya que vistió su camiseta.
Luego hay una lista de selectos jugadores que llegan crecidos al partido. Se trata de los Darío Brizuela, Jabari Parker o Jan Vesely. Todos ellos han mostrado sus dotes ofensivas y son un recurso excepcional para cuando las cosas no marchan bien. Mismo papel que otros como Jokubaitis o Kalinic, siempre al acecho para superar a su rival cuando se les requiere.
En definitiva, será un duelo de altura que estará marcado por muchos condicionantes. Una final más entre los dos equipos más en forma del baloncesto español y donde solo podrá quedar uno. El orgullo de Real Madrid y Barcelona volverá cruzarse en una nueva final de la Copa del Rey, algo habitual en la última década.