El Barça va a soñar con Facundo Campazzo durante varios días consecutivos. No se le va a olvidar fácilmente al conjunto culé el auténtico destrozo que el argentino le hizo durante los tres partidos que se extendió la serie de las semifinales de la Liga Endesa.
Una tras otra, el argentino fue ofreciendo exhibiciones desde el primero hasta el último y tercer encuentro. Porque eso es lo que duró la eliminatoria, tres partidos apenas. El Real Madrid despachó al eterno rival por la vía rápida para colarse en la final y da la sensación de que si la serie hubiera durado más hubiéramos presenciado otras tantas gestas del base del conjunto blanco.
Los números hablan por sí solos. 55 puntos en toda la eliminatoria con una media de 18,3 por partido, un total de 18 asistencias que ponen de relieve la importancia en el juego del equipo que tiene 'Facu', y un porcentaje de acierto por encima del 60% en los triples, con 5 conversiones en sus 8 intentos.
El baloncesto se nutre mucho de las estadísticas, y en este caso no mienten con el argentino. Pero más allá de los fríos guarismos, puesto en contexto el papel de Campazzo en esta eliminatoria contra el Barcelona justifica cualquier esfuerzo del equipo blanco en ficharle de vuelta.
La cumbre de las actuaciones de Campazzo llegó en el Palau. Con el Barça a punto de ahogarse, entre el rugido de los miles de aficionados culés alentando a su equipo, el argentino le asestó el golpe definitivo a la eliminatoria y al eterno rival. La forma perfecta de vengar el 3-0 de los culés en la final del año pasado.
El asalto al Palau
El Real Madrid sabía que se iba a encontrar una encerrona en su visita al Palau. El Barça tenía que gastar su última bala, necesitaba ganar por lo civil o por lo criminal, pero en su camino se encontró una actuación excelsa de Facundo Campazzo. La enésima desde que regresó al Real Madrid el pasado verano.
El argentino pronto empezó a dejar su huella en el partido. Se sumó a la ola de triples del primer cuarto junto a Yabusele y Causeur y empezó a poner las cosas de cara para su equipo. Inmaculado en los lanzamientos de dos y también en los tiros libres, demostró que podía hacer daño desde cualquier rincón de la cancha con esa facilidad que tan sólo él tiene para sacar rédito de los lugares más insospechados.
El base acudió al rescate del Real Madrid cuando más lo necesitaba su equipo. En la segunda parte los blancos vivieron momentos reales de zozobra, especialmente en el tercer cuarto, y cuando más estaba apretando el Barça clavó su segundo triple del partido para frenar la sangría y poner un 57-60 que ayudaba a desahogar a los suyos.
Lo mejor, sin embargo, estaba por llegar. La confianza del argentino era tal que no podía ser otro el que se jugara las acciones decisivas del encuentro que terminó por meter al Real Madrid en la final. Con un último cuarto no apto para personas demasiado sensibles a los momentos tensos, el argentino asumió la responsabilidad.
Porque Campazzo es uno de esos líderes a los que no les quema el balón en las manos cuando al resto de los mortales les entraría el tembleque. Con 90-90 y faltando apenas segundos para el final, una bandeja suya puso 2 arriba al Real Madrid y devolvió toda la presión a los culés.
Fue el momento decisivo. A aquella acción le siguió un tapón de Tavares en defensa y otro acierto más de Campazzo en el siguiente ataque. El resultado de todo eso fue un 90-94 que firmó la sentencia de muerte del Barça esta temporada en la Liga Endesa.
El hombre de la semifinal
No puede decir el Barça que no fuera sobre aviso a este último partido de la eliminatoria acerca de la figura de Campazzo. 21 puntos, 6 asistencias y 27 tantos de valoración pese a que los culés sabían a quién tenían que atar en corto en el Palau.
Y es que en los partidos anteriores el base ya hizo de las suyas. En el primero de ellos en el WiZink Center el inicio del argentino fue arrollador. Entre él y Tavares desarbolaron a un Barça desnortado que no supo reponerse. 20 puntos y 10 asistencias fueron los números de Campazzo en aquel encuentro, no hace falta decir mucho más al respecto.
Pero es que en el segundo choque volvió a campar a sus anchas. Quizás no cuajó una actuación tan espectacular, pero hizo un trabajo más oscuro igualmente importante para su equipo. Aún así, sus 14 puntos volvieron a ser trascendentes en un choque en el que el Real Madrid se marchó por encima de los 100 tantos de anotación.
Ahora a Campazzo le queda el siguiente paso, elevar de nuevo al Real Madrid a lo más alto en la Liga Endesa. El argentino ya fue MVP de la Copa del Rey, de la Supercopa y de la fase regular de la Liga Endesa, y si mantiene su nivel no sería descabellado pensar en que pudiera ser designado también como el mejor de la final de la ACB.