Enviado especial en París

Se vieron las caras en los cuartos de final de Tokio 2020 y el destino les emparejó de nuevo en París 2024. Esta vez, el desenlace distinto. España lo intentó hasta el final, pero sucumbió ante Alemania (49-57) y no podrá pelear por las medallas. La selección española masculina de silla de ruedas dice adiós a los Juegos Paralímpicos.

El combinado dirigido por Abraham Carrión no podrá enlazar otro torneo paralímpico con medalla. Se quedó a las puertas, después de una mala actuación en ataque. Atascados y sin ideas, los españoles fueron prácticamente todo el encuentro a remolque y no lograron la épica en los últimos compases.

Ignacio Ortega llevó la batuta de la selección española, especialmente en el tercer cuarto, pero la exhibición en el otro lado de la cancha de Thomas Boehme (26 puntos) terminó por dinamitar cualquier opción de medalla para España.

El combinado nacional dice adiós a un torneo al que llegaba con grandes expectativas. Superó con nota el grupo de la muerte, pero falló en el día clave. Tan solo estuvo por delante en el primer cuarto, pero se desconectó a partir de entonces y se despidió de París con un sabor amargo.

Desconectados

España partía como favorita. El recorrido en el torneo paralímpico y los últimos duelos ante el combinado teutón hacían decantar la balanza, a priori, a favor de los españoles de cara a obtener el billete a las semifinales. Pero a la Selección le costó un mundo entrar en el partido y con el paso de los minutos se fue deshaciendo como un azucarillo.

Asier García fue el único que mostró rebeldía en una primera parte para olvidar en la que únicamente anotaron 19 puntos. Los de Abraham Carrión no estuvieron cómodos sobre el parqué del Bercy Arena. Muy erráticos en ataque por culpa de una sólida defensa alemana que apenas concedió acciones claras. 

A pesar de ello, España se mantuvo por delante durante el primer cuarto. Asier García cogió la sartén por el mango y anotó seis puntos consecutivos que hicieron respirar a un equipo ahogado con la posesión. Mientras tanto, Alemania tampoco supo plasmar en la cancha las ideas de su pizarra aunque encontró en Thomas Boehme un claro salvoconducto.

Encuentro entre España y Alemania en los Juegos Paralímpicos. REUTERS

El base teutón se adueñó del partido, especialmente en un segundo cuarto sublime. Fue un quebradero de cabeza para el equipo español, capaz de anotar únicamente seis puntos en el segundo parcial. Carrión se vio obligado a parar el partido en busca de una reacción, pero los 16 puntos de Boehme hicieron que el resultado al descanso fuera de 19-26 en favor de Alemania. 

Debía reaccionar la selección española si no quería decir adiós a las medallas. Las cosas no estaban saliendo y todos los jugadores se quedaron en el banquillo durante cinco minutos repasando aspectos tácticos. Los alemanes, en cambio, desfilaron el túnel de vestuarios satisfechos con su trabajo.

Sin reacción

Alemania no perdió la concentración en ningún momento. Boehme siguió con su festival de triples y las opciones de la selección española se iban evaporando con el paso de los minutos. Los germanos fueron superiores en la segunda mitad y se llevaron el triunfo con justicia.

España empezó con buen pie y encontró dos agujeros en la defensa germana, pero ésta fue corregida de inmediato para volver a colapsar a los españoles. Siempre mantuvieron una renta suficiente para no sufrir agobios y sellaron la eliminatoria de forma definitiva en el último parcial.

En él, con los hombres de Abraham Carrión totalmente volcados y algo precipitados, Alemania encontró todos los espacios del mundo. Transiciones y puntos fáciles que fueron cayendo como un jarro de agua fría sobre el combinado español. Au revoir, París. Toca pensar en Los Ángeles.