En Murcia se produjo un déjà vu y con él, la clasificación del Real Madrid a la final de la Supercopa. Los blancos, igual que la temporada, se impusieron al Barça en semifinales y defenderán su corona de seis aristas este domingo. Buscará el séptimo título de Supercopa consecutivo el equipo de Chus Mateo tras llevarse un duelo trabajado (89-83) ante el novedoso proyecto azulgrana. [Así hemos vivido la victoria del Real Madrid].

Caras renovadas y quintetos nuevos. Murcia rezumaba a inicio de curso desde antes de que el balón estuviera en movimiento. Sobre la cancha, dos proyectos tan renovados -especialmente el azulgrana- como faltos de ritmo competitivo. El parcial, una vez llegados al ecuador del primer cuarto, así lo evidenciaba. Cero aciertos de cuatro en triples para el Real Madrid y únicamente uno, también de cuatro intentes para el Barça. 

Los azulgranas se movían como un verso libre sobre el Palacio de los Deportes de Murcia. Con Punter y Parker con libertad de movimientos. Productivo en ataque, pero generaba cierta anarquía atrás. El impreciso inicio de los blancos, con solo cuatro puntos anotados en los primeros cinco minutos, validaba la puesta en escena de Peñarroya.

Andaba fallón el equipo de Chus Mateo y ahí emergió Rathan-Mayes con un triple para sacurdir el letargo. De menos a más a lo largo de un primer parcial que se lo apuntó el Madrid en cinco minutos arrolladores. Subidos a lomos del canadiense y bajo la batuta de Campazzo, indetectable para un Barça que encontraba mejores argumentos que los de la temporada pasada para competir con los madridistas. 

Iniciaron con buen pie, no se dejaron ir cuando los de Chus Mateo se pusieron arriba en el marcador y apretaron en el tramo final hasta llegar a comprometer el triunfo blanco a falta de un minutos. Hasta entonces, no hubo rastro de complejos en el equipo de Peñarroya. En el bando blanco, Rathan Mayes, pese a fallar sus dos primeros tiros libres -uno sin tocar el aro- dejó pinceladas de su potencial.

También destacó Ibaka, con un físico imponente a sus 35 años. Primero para poner un gorro a todo el que lo intentaba bajo el aro y después para poner en ventaja a los suyos cuando el descanso se acercaba. Pero la respuesta del Barça fue inmediata. Jabari Parker, erigido como líder azulgrana, despertó a los azulgranas con tres triples prácticamente consecutivos. 

Ello y Brizuela, dieron ventaja mínima al Barça cuando el descanso hizo acto de presencia. Y tras la pausa, amaneció el comillo del Madrid. Hezonja, dos triples seguidos, y Tavares, desequilibrante en la pintura, pusieron tierra de por medio. Aunque los de Peñarroya encajaron bien el golpe. Abrines se encendió y mantuvo a su equipo en el partido. 

No le faltaban condimentos a un partido cuyo final fue picante. El Madrid, que si algo tiene son soluciones a cualquier problema, se impulsó a través de Tavares y Campazzo. Llull y Vesely se neutralizaron a triples y la victoria se tiñó de blanco. Este domingo, ante UCAM Murcia o Unicaja, buscarán dar continuidad a su hegemonía con su séptima Supercopa consecutiva.

Real Madrid 89-83 FC Barcelona

Real Madrid: Campazzo (18), Rathan-Mayes (6), Musa (11), Hezonja (12) y Tavares (11) -cinco inicial-, Abalde (10), Deck (5), Garuba (-), Ibaka (8), Llull (5) y Feliz (3).

FC Barcelona: Satoransky (8), Abrines (6), Punter (9), Parker (17) y Willy Hernangómez (5) -cinco inicial-, Anderson (7), Vesely (7), Brizuela (14), Metu (1), Núñez (2) y Laprovittola (7).

Árbitros: Carlos Peruga Embid, Fernando Calatrava Cuevas y Luis Miguel Castillo Larroca. Eliminaron por cinco faltas personales a Justin Anderson, del Barcelona (m.40).

Incidencias: Primera semifinal de la Supercopa Endesa de baloncesto que se disputó en el Palacio de los Deportes de Murcia ante 7.500 espectadores que llenaron sus gradas. Antes del partido y durante el descanso y los tiempos muertos hubo espectáculos musicales y de animación.