Todo sigue igual. O al menos eso es que lo evidencia la Supercopa de España, tan tempranera como dominada. El partido entre Real Madrid y FC Barcelona que desprecintó el nuevo curso, fue un déjà vu de lo vivido en los últimos 365 días del baloncesto español. Los blancos, igual que la temporada, se impusieron al Barça en semifinales y defenderán su corona de seis aristas este domingo.
Buscarán añadir una más, la séptima, que sería, además, de manera consecutiva. Sobre el Palacio de los Deportes de Murcia arribaron dos quintetos renovados, con caras novedosas. La de Rathan Mayes en el Real madrid y Punter en el Barça, que también estrenaba técnico con Peñarroya. Los suyos se movieron como un verso libre en la primera mitad.
Productivos arriba, aunque algo anárquicos atrás. En cualquier caso, el nuevo proyecto azulgrana recortó las distancias evidenciadas la temporada pasada y plantó batalla a los de Chus Mateo hasta el tramo final, cuando llegó el momento de la verdad. Ahí emergió la figura de un Campazzo imperecedero, que mantiene su dominio cuando otros le tiemblan las muñecas.
Asistió a Tavares y culminó un contragolpe, que él mismo inicio al robar la pelota, que dejaba al Barça en la lona. Fue la culminación del partido en general y su solemne actuación en particular con 18 puntos -tres de cuatro en tiples- seis asistencias, cinco rebotes para un 33 de valoración. Cuando toca, Campazzo siempre está presente. Llegó a impulsar a su equipo doce arriba cuando estaba sobre la cancha.
Bajo su orden y buena toma de decisiones, el Madrid desestabilizó al Barça en el tramo final. Ambos equipos llegaron empatados a 80 cuando restaban 50 segundos y el argentino se vio involucrado en siete de los últimos nueve puntos madridistas. Cinco tantos -con un robo incluido- y una asistencia a Tavares desnivelaron el choque.
Campazzo junta las piezas
"Este campo creo que le gusta. Es un jugador que siempre hace buenas actuaciones aquí y ojalá haga una más para poder levantar el título. Hoy hemos hecho un buen trabajo de equipo. Sin duda él ha jugado muy bien, pero también todos los que han estado en el perímetro porque han tenido mucho trabajo. El Barcelona es un gran equipo. Pero nosotros, no estando al mejor nivel físico, hemos sido capaces de sacarlo. La fortaleza la tiene el equipo independientemente de que Campazzo es un fenómeno", aseguró Chus Mateo tras el partido.
La exhibición de Campazzo muestra el camino a seguir a los recién llegados, que se matricularon en un curso intensivo de lo que es el Real Madrid. Ibaka se erigió como un defensor descomunal. Rathan-Mayes mostró carácter y determinación y Andrés Feliz aportó en defensa. "A medida que van haciendo partidos juntos vas sabiendo más como es tu equipo. Este año hemos tenido más cambios que el pasado. Hemos cambiado 6 jugadores. Estoy muy contento con la gente que tengo y, para mí, siempre los míos son mejores", asegura el técnico blanco.
Unicaja examina la hegemonía blanca
Su equipo ya tiene compañero de baile en la última coreografía en Murcia: Unicaja. Tras un encuentro físico y con una gran actuación coral, los malagueños se citaron con el Real Madrid en la final de la Supercopa Endesa de baloncesto después de ganar en la segunda semifinal al anfitrión, un UCAM Murcia que opuso una muy seria resistencia pero que acabó cediendo en el tramo final.
La segunda final de los malagueños que vienen de conquistar la Copa Intercontinental de la FIBA. Para el equipo blanco, de caras nuevas pero argumentos testados, será la séptima final consecutiva de Supercopa, un torneo en el que compiten cuatro equipos en tres partidos y siempre gana el Real Madrid.