A la tercera llegó la vencida. Esta vez Unicaja Málaga no sucumbió ante su bestia negra, el Real Madrid, y se alzó con el título de la Supercopa Endesa (80-90). Puso fin a una tiranía de seis años y lo hizo ofreciendo un baloncesto de altura confirmando la calidad de un equipo capaz de todo. [Así hemos vivido el encuentro entre el Real Madrid y Unicaja Málaga].
Los de Ibon Navarro no dudaron. Fueron a por el título desde el saque inicial y llevaron la iniciativa en todo momento. Su primer cuarto fue excelso y, a pesar de la reacción del equipo blanco, no les temblaron las piernas y acabaron cerrando la final con mucha entereza.
Los de Chus Mateo tuvieron que escalar una montaña demasiado alta. Su mal inicio de 5-21 les pasó demasiada factura y no pudieron arrebatarle el triunfo a un equipo totalmente en trance. Tuvieron un impasse de reacción durante el tramo final del segundo cuarto, pero no pudieron confirmar después su mejoría.
No fueron por delante en el marcador en ningún momento. Lejos de su mejor nivel y acusando la ausencia de Mario Hezonja, apenas amenazaron desde el tiro exterior. Pudieron darle la vuelta a la tortilla, pero claudicaron en los últimos minutos con una actuación portentosa de los malagueños.
A remolque
El inicio de partido no pudo ser peor para el Real Madrid. Erráticos en ataque, perdiendo muchos balones, lentos en la circulación... Unas sensaciones típicas de pretemporada, pero que chocaron contra una brillantez de Unicaja Málaga en su juego. Los de Ibon Navarro salieron a morder y desde el inicio pusieron su sello en el parquet del Palacio de los Deportes de Murcia.
Fue un vendaval el cuadro andaluz en los primeros minutos. Firmaron un parcial de 0-12 en un abrir y cerrar de ojos que obligó a Chus Mateo a pedir tiempo muerto. "¿De verdad esto es lo que queréis?", decía el técnico a sus jugadores. Necesitaban reaccionar si no querían perder la Supercopa de España.
Lo hicieron, pero les costó un mundo y más. Unicaja Málaga dominó todas las facetas del juego durante los primeros 15 minutos llegando a tener una ventaja de 17 puntos. Muy precisos en el lanzamiento y con un Kameron Taylor inspiradísimo hicieron encender todas las alarmas en el equipo blanco.
Totalmente maniatado, el Real Madrid consiguió al fin desbloquear el cerrojo malaguista y se metió de lleno en la final con un gran parcial de 13-0 en el último tramo de la primera parte. Gaby Deck emergió sobre el resto y los de Chus Mateo comenzaron a ganar la batalla en el rebote ofensivo para dejar el título en el aire. Cuatro puntos de diferencia y la sensación de que la igualdad se iba a alargar hasta los últimos instantes.
Siempre por detrás
El partido del Real Madrid fue un quiero y no puedo. Al igual que en la primera mitad vieron como su rival se escapaba en el marcador, obligándoles a realizar una remontada heroica. Estuvieron cerca de ella, se pusieron a un punto a falta de cuatro minutos y medio, pero sucumbieron en los últimos compases.
Unicaja no dejó de estar sólido en defensa y salió del apuro con triples y forzando una falta en ataque de Campazzo, el que más lo intentó en el equipo blanco. Acabaron ganando con holgura haciendo justicia a un partido en el que fueron netamente superiores a su rival.
Con esta derrota, el Real Madrid pone fin a una racha de seis temporada consecutivas ganando la Supercopa Endesa. A los de Chus Mateo se les notó la falta de rodaje y claudicaron ante un equipo más rodado.