La temporada no ha hecho nada más que comenzar, pero el Real Madrid empieza a sumar demasiados pinchazos en este arranque de curso. Después de caer en la final de la Supercopa de España y de perder en la primera jornada de la Liga Endesa, los blancos acumularon un nuevo traspié en su debut en la Euroliga. [Así vivimos la derrota del Real Madrid ante el Bayern]

El Bayern de Múnich impuso su ley en Alemania por el acierto que mostró en su lanzamiento exterior y sobre todo gracias a una sobresaliente actuación de Napier. El estadounidense se marchó a los 25 puntos y se convirtió en una pesadilla para los españoles.

Un último cuarto nefasto en la anotación condenó sin remedio a los de Chus Mateo. Entraron nueve puntos arriba a los diez minutos decisivos, pero el apagón ofensivo resultó letal y el Bayern castigó a un Real Madrid que pese a todo tuvo vida hasta el último minuto de encuentro.

Doble remontada

Llegaba el Real Madrid en un momento un tanto dubitativo de confianza y eso lo sabía perfectamente el Bayern. Por eso, los germanos salieron con el cuchillo entre los dientes a la cancha, alentados por su afición en el siempre especial estreno de la Euroliga. 

Mucha intensidad y dos triples consecutivos de Obst empezaron a poner sobre aviso a los de Chus Mateo de lo que podía venir en los siguientes minutos. Y efectivamente, al tiro exterior se encomendó el conjunto local para empezar a ponerle las cosas muy cuesta arriba a los blancos.

Todo se unía para un cóctel fatal. El Real Madrid estaba fallón, Campazzo protagonizaba pérdidas absurdas en los primeros instantes, y además los alemanes estaban finos en casi todo lo que intentaban. Por eso la ventaja empezó a hacerse grande poco a poco, pese a que Ibaka mandaba de vez en cuando algún mensaje.

Napier avanza ante la defensa del Real Madrid. EFE

En este festival de triples que se convirtió el primer cuarto para el Bayern, apareció un guerrero Dzanan Musa para mantener a flote a los suyos. Increíble actuación la del bosnio, que se fue ya a los dobles dígitos de anotación en estos primeros diez minutos de encuentro. 

Cuando parecía que el guion empezaba a ser irreversible, el Real Madrid dio el do de pecho. En un gran tramo final de primer cuarto, los blancos no sólo fueron capaces de reducir la brecha de hasta siete puntos que llegaron a tener, sino que un triple inverosímil de Mayes desde el centro del campo puso el 26-29. 

Se veía que iba a ser un partido de alta anotación, y no era para menos teniendo en cuenta que el Bayern arrancó el segundo cuarto afinando de nuevo desde el perímetro. Dos triples de los germanos para comenzar el parcial pusieron de nuevo los pies en la tierra al Real Madrid. 

Voigtmann hacía mucho daño a los blancos en cada acción, pero la aparición de Llull fue fundamental para empezar a mostrar otra vez el camino de la remontada. Con un triple suyo arrancó un parcial de 0-9 que volvió a meter a los de Chus Mateo en la pelea.

En definitiva, el Real Madrid se fue tan sólo un punto abajo al tiempo de descanso (52-51) cuando había llegado a tener una desventaja preocupante de hasta 11 tantos.

Una montaña rusa

Como si Chus Mateo hubiera dado con la tecla en la charla del descanso, el Real Madrid salió como un resorte a la cancha en la segunda mitad. Enseguida empató el partido con un triple de Abalde y pronto estaba mandando después de que Musa remontara la línea de fondo con una bandeja.

Fueron los mejores minutos de los blancos, que estiraron la diferencia hasta los diez puntos (54-64) mientras el Bayern hacía aguas y no terminaba de comprender por dónde le venían los golpes. Los germanos trataron de reaccionar, pero aún así entraron al último cuarto 9 puntos abajo (64-73).

El choque se convirtió en una auténtica montaña rusa. El Real Madrid, que se había visto diez puntos arriba, de repente entró en una vorágine autodestructiva en el arranque del último cuarto y vio cómo esa diferencia se esfumaba. 

Musa se opone al tiro de Voigtmann en el partido de la Euroliga. EFE

El tiempo muerto de Chus Mateo no sirvió para despertar a sus hombres y el Bayern estaba desatado. Más todavía con la increíble actuación de Napier, arrasador, que con un triple puso el 82-77 favorable a los germanos. 

Al Real Madrid se le bajó la persiana en ataque. Tardó un mundo en entonarse en la anotación y el 24-4 de parcial que alcanzaron los germanos faltando todavía tres minutos para el final fue demoledor. 

Aún así, es mundialmente conocido que el Real Madrid no se rinde hasta el último segundo y por eso, pese a todo, tuvo opciones hasta el último instante. A un punto llegaron a ponerse los blancos faltando treinta segundos, pero fue un espejismo porque terminaron muriendo en la orilla tras una polémica acción en la que los colegiados no pitaron falta sobre Campazzo.

Bayern 97 - 89 Real Madrid

Bayern de Múnich: Weiler-Babb (-), Obst (9), Lucic (9), Voigtmann (19), Booker (11) -cinco titular- Edwards (14), Giffey (6), Da Silva (4), Napier (25), Brankovic (-).



Real Madrid: Campazzo (19), Abalde (3), Musa (18), Ndiaye (-), Tavares (12) -equipo inicial-, Rathan-Mayes (12), Hugo González (-), Garuba (2), Deck (11), Llull (3), Ibaka (9), Andrés Feliz (-).



Árbitros: Mehdi Difallah (Francia), Saulius Racys (Lituania) y Saso Petek (Eslovenia). Excluyeron por cinco faltas personales a Booker (m.39) y descalificaron a Campazzo (m.39).



Incidencias: partido de la jornada 1 de la Euroliga disputado en el SAP Garden de Múnich