No hay descanso para el Real Madrid de baloncesto. Los de Chus Mateo, que este domingo sufrieron de lo lindo para imponerse al Gran Canaria, vuelven a poner el foco en la Euroliga con el objetivo de poner fin a una racha de tres derrotas consecutivas.
Olympiacos y Maccabi iniciaron el derrumbe de los blancos y el Olimpia Milan terminó por apuntillarles con un triunfo más que solvente ante un Madrid totalmente desconocido. Ahora es turno de la Virtus Bolonia, pero en el WiZink Center y eso es una buena señal.
Y es que el Madrid parece haber encontrado en su pabellón un punto positivo dentro de una temporada llena de dificultades. Ha ganado todos sus partidos en casa y se aferra a ello para recuperar sensaciones en Euroliga.