El Real Madrid no consigue ver la luz al final del túnel. De poco importó el subidón de moral tras ganar a Unicaja. Zalgiris hizo lo que quiso y más sobre el parqué del WiZink para llevarse un triunfo (83-92) que deja a los de Chus Mateo en una situación muy delicada en la Euroliga.
Pocas opciones tuvo un conjunto blanco totalmente errático y desconectado en su juego. La primera mitad fue paupérrima y, a pesar de un atisbo de resurrección en el tercer cuarto, los lituanos no dieron su brazo a torcer y se acabaron llevando con justicia el gato al agua.
Lo hicieron de la mano de un Loonie Walker excelso. El estadounidense maniató a la defensa madridista y firmó 21 puntos en los primeros 16 minutos de juego. Una exhibición total, sumado al festival de los suyos desde el triple. Sylvain Francisco tomó su relevo tras el paso por los vestuarios y fueron sus canastas las que evitaron que el Real Madrid se metiera de verdad en el encuentro.