Navarro, durante el partido contra el Baskonia.

Navarro, durante el partido contra el Baskonia.

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E. E
Publicada 4 junio 2024 18:32h

Después de la última derrota europea ante el Panathinaikos, en otra decepcionante actuación como visitante, el Barcelona se está quedando cada vez con menos margen de maniobra y necesita ganar mañana al Baskonia (19:00 CET) para no descolgarse aún más en la clasificación.



Lejos del Palau Blaugrana, el Barça es un equipo sin alma. Ha perdido sus últimos siete partidos y ha demostrado una preocupante falta de carácter. Sin una buena defensa, muchas dudas en ataque y la ausencia de jugadores de referencia, al equipo de Georgios Bartzokas se le está haciendo muy larga esta Euroliga.



A todo ello hay que añadir las lesiones, que persiguen al equipo. La última es la de Alex Renfroe, que estará entre seis y ocho semanas por una lesión en el gemelo. Tampoco estará mañana ante el Baskonia Brad Oleson.



En total, solo tres jugadores de la plantilla (Ante Tomic, Aleksandar Vezenkov y Marcus Eriksson) se han librado de las lesiones desde el inicio del curso.



Además, la última baja, la de Renfroe, obligará al Barça a mover ficha en el mercado. El base permitía descansar a Tyrese Rice, fue fichado tras comprobar la baja de larga duración de Pau Ribas, la inexperiencia de Stefan Peno y suplir inicialmente a Petteri Koponen, que fue baja por un traumatismo craneoencefálico.



El partido de mañana será el primero del pívot Moussa Diagné, recuperado procedente del Fuenlabrada, donde jugó como cedido. Bartzokas necesita recuperar una buena versión de su equipo y sobreponerse a la racha de los malos resultados que acumula.



De los últimos cuatro partidos, el Barça ha perdido tres. Cedió en la pista del Bamberg, en casa ante Olympiacos y en la cancha de Panathinaikos. La única victoria en este periodo fue en el Blaugrana ante el Anadolu Efes, el día del estreno de Vitor Faverani.



Necesita el cuadro de Bartzokas tener más continuidad en su juego, cargar más en la pintura y acertar en el lanzamiento exterior. Además, el Barça no puede ceder tantas posesiones a los rivales, como ocurrió ante Panathinaikos, cuando perdió hasta 20 posesiones, lo cual lastró sus opciones.



Ante un equipo como los vitorianos, el Barça necesita controlar el ritmo de partido y esperar que aparezcan sus mejores hombres, como en el caso de Rice, quien en Atenas ofreció una actuación muy intermitente, con 12 puntos y ocho pérdidas, más que todo el equipo griego.



Ante los griegos Doellman empezó muy bien, pero no tuvo continuidad; Tomic estuvo por debajo de Faverani en números y Koponen y Vezenkov le dan aire a al equipo a base de lanzamientos exteriores.



La realidad es que el Barça está fuera de los ocho mejores, que permiten jugar las eliminatorias por el título. Los azulgrana son décimos con ocho victorias y once derrotas, a dos triunfos del octavo, el Darussafaka turco.