"¡LeBron James apesta!", esos fueron los cánticos que se escucharon en el discurso de este lunes con el que Donald Trump cerró su campaña electoral. A solo 24 horas de unas elecciones históricas en Estados Unidos, el nombre de la estrella de Los Angeles Lakers se coreaba -para mal- en el último mitin del bando republicano como si del oponente demócrata se tratara. Seña clara de que la NBA ha cambiado.
Hace no tanto, cuando los Michael Jordan o Charles Barkley eran las estrellas de la mejor liga del baloncesto del mundo, la política y los asuntos sociales solían pasar desapercibidos en ella. Eran muy pocos los activistas entre los jugadores y a los que lo eran, véase el caso de Craig Hodges, no les acababa yendo muy bien. Una realidad que chocaba con la de los Bill Russell o Wilt Chamberlain, que años antes sí encabezaban luchas 'de la calle'. Pero ese espíritu vuelve a estar más vivo que nunca.
El motivo que lo encendió todo tiene nombre y apellido: Donald Trump. El 8 de noviembre de 2016 ganaba las elecciones a la presidencia a Hillary Clinton. En aquella fecha solo un 20% de los jugadores de la NBA se inscribieron para votar. Cuatro años después, el porcentaje ha superado el 95% y en gran parte reconociendo su voto demócrata para Joe Biden.
En Estados Unidos, donde lo mediático se dispara hasta cotas inimaginables en otros países -como el nuestro-, se ha hecho costumbre ver a figuras públicas acompañar a los candidatos durante sus campañas. Por ejemplo, a Donald Trump se le vio con el rapero Lil Pump el pasado lunes. Y en los mitines de Biden se ha visto a Chris Paul, presidente del sindicato de jugadores (NBPA). LeBron, enemigo público de Trump, apareció en actos electorales junto a Michelle Obama reclamando el voto en la campaña 'More than a vote'.
Trump vs. LeBron
Volviendo al mitin de Trump de este lunes, estas fueron sus palabras contra el 'Rey' de la NBA que provocaron los cánticos mencionados anteriormente: "¿Qué hay del baloncesto? ¿Qué hay de LeBron? Me sentí mal por LeBron. Me sentí muy mal. Sus audiencias han bajado un 71% y eso es por su campeonato. Yo no vi ni un sólo lanzamiento suyo. Me aburre. Cuando no respetan a nuestro país, cuando no respetan nuestra bandera, nadie quiere mirar. ¡Nadie!", dijo en un momento de su comparecencia.
No ha sido el único ataque que Trump ha dirigido hacia LeBron en las últimas semanas. "Desagradable" y "enemigo" han sido algunos calificativos que ha usado el candidato republicano dirigiéndose al MVP de las últimas Finales de la NBA. Aunque LeBron también ha participado en el pique, con varios mensajes en redes, por ejemplo, siendo el último un emoji de un payaso durante el último mitin de Trump.
No solo las estrellas -entre ellas Steph Curry, Karl-Anthony Towns o Udonis Haslem- han utilizado su posición para combatir el discurso de Trump. Entrenadores como Steve Kerr (Warriors) o Gregg Popovich (Spurs) han alzado la voz con contundentes palabras como "votar a Trump es un voto en contra de los ideales sobre los que se fundó nuestra democracia", que dijo Popovich, también antiguo miembro del Ejército de EE. UU.
La burbuja explotó
La NBA se ha politizado, quizás poniendo como punto de partida la vez que Trump la tomó con Colin Kaepernick, pidiendo su expulsión de la NFL por arrodillarse durante el himno nacional. En ese momento, el deporte estadounidense entró en la campaña electoral. No hay más que ver como en la burbuja de la NBA tras el confinamiento fueron sus jugadores los que tomaron el ejemplo de Kaepernick e imitaron su gesto de 2016.
Y haciendo hincapié en la burbuja -como bien se puede sustraer de este concepto- todo explotó. La lucha contra las injusticias sociales (racismo, brutalidad policial...) acabaron poniendo el valor el voto en las elecciones para cambiar las leyes. Mensajes en las camisetas, puños alzados, un parón de tres días impulsado por los Bucks, etc. Todos esos gestos provocaron la fuerte oposición de Trump, que ha cargado contra la NBA en numerosas ocasiones: "Cuando veo personas arrodilladas durante el juego y que faltan al respeto a nuestra bandera y a nuestro himno nacional, lo que hago es pagar la televisión", dijo durante la burbuja.
Propietarios con Trump
No todos son contrarios a Trump. Si bien entre los jugadores (un 70% son afroamericanos) han sido tímidos los números de apoyos, entre los propietarios de las franquicias la cosa ha sido diferente. Las estimaciones de voto apuntaban a tres de cada cuatro para el voto republicano y la ESPN reveló en un informe que las donaciones al bando de Trump multiplicaron por cinco a las del de Biden.
"Me preocupan las regulaciones que pueda hacer Biden así que estoy financiando tanto como puedo y de forma anónima a Trump para que sea reelegido. Sé que está loco, pero puede protegernos de los impuestos", decía uno de los propietarios de forma anónima. Porque sí, las donaciones en muchos casos fueron sin revelar su identidad para que evitar que aficionados y jugadores, ambos con tendencia hacia el lado demócrata, se echaran encima de ellos.
Aunque entre los propietarios ha destacado en la carrera electoral una voz (casi azote) contra Trump: Mark Cuban. El dueño de los Dallas Mavericks, republicano anteriormente, valoró incluso presentarse como rival del multimillonario neoyorquino para las elecciones de este martes. En su primera campaña dijo esto del que un día fuera su amigo: "Todo el mundo tiene un amigo del que se avergüenza. Todos tenemos a uno que es un borracho que se cae todo el rato o simplemente dice tonterías. Esa clase de chico que entra en un bar y dice cualquier cosa con tal de tener sexo. Ese es Donald Trump. Lo malo es que ahora somos todos los que nos vamos a ir a la cama con él".
Para bien o para mal, según el lado votante del que se vea, los tres años de Donald Trump en la presidencia de los Estados Unidos cambiaron la forma de pensar la NBA. La liga se movilizó y se ha politizado entrando de lleno en una carrera electoral sin precedentes. Lo que venga a partir de ahora no se podrá averiguar antes de tiempo, pero es difícil que se vuelva a parecer a los tiempos de Jordan.
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