Serge Ibaka se salió hoy en un duelo muy español de la NBA en el que Los Angeles Clippers destrozaron a unos Minnesota Timberwolves (124-101) en los que se salvó del hundimiento Ricky Rubio, que formó parte del quinteto inicial y que dejó una actuación muy notable.
Ibaka, totalmente consolidado como titular en los Clippers, logró 16 puntos (7 de 12 en tiro), 8 rebotes, 4 asistencias y 2 tapones en 21 minutos en los que se hizo el auténtico dueño de la pintura.
El partido de Ibaka dejó varias escenas del pívot comiéndose el aro de los Timberwolves. En una de ellas, tal fue la monstruosidad que hizo que uno de sus rivales se llevó las manos a la cabeza.
Por su parte, Rubio consiguió 17 puntos (6 de 8 en tiros) y 5 asistencias en los 25 minutos que disputó en el que, por ahora, ha sido su mejor partido de la temporada. Juancho Hernangómez, el otro español de este encuentro, sumó 2 y 4 rebotes para los Wolves en 18 minutos.
Los Clippers venían de una humillación histórica, ya que el domingo fueron aplastados por unos Dallas Mavericks (73-124) que en el descanso les ganaban por 50 puntos (27-77). El conjunto de Ty Lue, que ahora tiene un balance de 3 victorias y una derrota, se conjuró para dejar en el olvido cuanto antes aquel enorme tropiezo y hoy deslumbró con una actuación muy coral.
Lou Williams y Paul George, con 20 y 18 puntos, respectivamente, encabezaron la ofensiva de unos Clippers que no pudieron contar con Kawhi Leonard por lesión.
Por parte de los Wolves, que echaron de menos una noche más al lesionado pívot dominicano-estadounidense Karl-Anthony Towns y que se quedan con 2 victorias y 2 derrotas, el máximo anotador fue D'Angelo Russell con 22 puntos. La noche pintaba bien para los Wolves en el comienzo, ya que Rubio conectó dos triples seguidos para obtener 8 puntos muy tempranos que lanzaron a su equipo (7-16). Fue solo un espejismo.
Ibaka con 4 puntos seguidos, la contundencia de Zubac en la zona y, sobre todo, la efervescencia anotadora de Lou Williams dieron la vuelta al marcador al final del primer cuarto (33-29).
Los Wolves llegaron a igualar el partido (39-39), pero su estructura se disolvió como un azucarillo debido a un parcial descomunal de 25-5 que colocó el partido ya muy cuesta arriba (64-44). A los Clippers les funcionaba todo, desde la solvencia de George al refuerzo de secundarios como Kennard, y mantuvieron sin dificultades los 20 puntos de diferencia al descanso (70-50).
Los angelinos dominaban en cada una de las parcelas del partido, pero sobre todo sobresalieron en su efectividad al aro con un 56 % de acierto en tiros a canasta en la primera mitad.
Nada cambió tras el paso por los vestuarios, salvo que los Clippers lograron ampliar aún más su distancia hasta extremos sonrojantes (105-76). Ambos equipos reservaron a sus figuras en un último cuarto que no tuvo ningún tipo de tensión competitiva.
Los Clippers volverán a la acción el miércoles contra los Portland Trail Blazers, mientras que los Wolves se medirán el viernes a los Washington Wizards.