Chris Froome (Sky), vigente campeón del Tour de Francia, ha afirmado hoy en Australia que advirtió a las autoridades ciclistas sobre posibles casos de dopaje mecánico en el ciclismo y ha pedido que aumenten los controles en las bicicletas para terminar con esta práctica, puesta de relieve recientemente por la aparición de un motor eléctrico en la bicicleta de la belga Femke Van den Drissche durante los Mundiales de Ciclocross.
"Es una preocupación que tengo, algo que he hablado con la comisión independiente de la Unión Ciclista Internacional" (UCI), dijo Froome en el país oceánico, donde se encuentra para competir en el Herald Sun Tour. "Les dije que existían estos rumores y que mi consejo sería que la UCI implante controles y medidas para empezar a comprobar las bicicletas con más regularidad", dijo ante los medios antes de mostrarse prudentemente optimista: "Creo que se están tomando en serio esta amenaza y espero que esto haga que aumente el número de controles".
La polémica del denominado dopaje electrónico, que ha ocupado muchos titulares desde el pasado domingo, se suma a las recurrentes sospechas sobre otro tipo de prácticas prohibidas en uno de los deportes de competición más duros. El ciclista británico garantizó también hoy estar "encantado" de hacer públicos su datos fisiológicos para acabar con cualquier especulación sobre sus magnífico rendimiento en los últimos años. "La gente estaba pidiendo mis datos y, a sabiendas de que no tengo nada que ocultar, obviamente fui e hice las pruebas y ofrecí los datos públicamente", explicó.