Froome y Contador se citan para el Tour de Francia
Un apasionante y ciclotímico Critérium du Dauphiné se salda con victoria para el líder de Sky, agresividad para el campeón español y señales desiguales para el resto de favoritos al maillot amarillo.
13 junio, 2016 02:20Noticias relacionadas
Este domingo en Dauphiné actuó un artista. Se llama Steve Cummings y se ha convertido en un ciclista de culto porque, aunque tiene un motor privilegiado, pasa de luchar por los grandes honores en que suelen obcecarse los superdotados como él. “Yo corro por pasión, no por dinero. Prefiero ganar una sola carrera que acabar diez veces entre los diez primeros. Aunque cobre menos, quiero ganar de forma bella”.
Cummings corre en Dimension Data, uno de los conjuntos más modestos del World Tour, porque le permiten ser quien quiere ser y ofrecer sus exhibiciones a cuentagotas. El año pasado se anotó una etapa preciosa en el Tour de Francia; esta temporada ya contaba una en Tirreno-Adriático y otra en Vuelta al País Vasco. Este domingo sumó la jornada final del Critérium du Dauphiné, montañosa, con meta en Superdévoluy: 50 kilómetros escapado en solitario surgiendo desde la fuga larga del día y casi cuatro minutos de ventaja en meta sobre el segundo clasificado.
Ése fue Dan Martin. El irlandés siempre tuvo fama y palmarés de ciclista inconsistente, de esos que van desvaneciéndose conforme avanza la competición. Este invierno cambió su equipo de toda la vida, Garmin, por Etixx-Quick Step. Ha cuajado una buena temporada y en este Dauphiné, sencillamente, no se ha parecido a lo que era.
Favorecido por un recorrido sin pendientes extremas y etapas relativamente cortas, ha acabado entre los cuatro primeros de los tres últimos finales en alto para acabar tercero de la general final. Su compañero Julian Alaphilippe, un corredor de su corte con cinco años menos, ha sido sexto y se convierte así en miembro de la ‘nouvelle vague’ de vueltómanos franceses cuyos máximos exponentes, Romain Bardet y Thibaut Pinot, rompieron el sábado en Méribel.
Dan Martin sacó del podio a Richie Porte. El australiano es una de las grandes incógnitas del pelotón mundial. Tan espectaculares como sus cualidades de escalador y contrarrelojista que le valieron para anotarse dos rondas por etapas del World Tour la temporada pasada son sus derrotas en los escenarios grandes. Este año apunta al Tour de Francia, donde compartirá la jefatura de filas de BMC con el estadounidense Tejay Van Garderen. Allí llegó desde Sky, donde trabó y trabajó una grata amistad con Chris Froome. Precisamente sus antiguos coequipiers le bloquearon en su sprint final contra Martin, apeándole así del podio.
.@romainbardet & @DanMartin86 ont attaqué pour défendre un TOP 3 / have attacked to secure a TOP 3 #Dauphinehttps://t.co/UIFYvwo9IA
— Critérium Dauphiné (@dauphine) 12 de junio de 2016
No obstante, Porte puede estar contento. En este Critérium du Dauphiné, ciclotímico por el caos y la incertidumbre provocados por las concentraciones en altura mirando a julio, todos han arrojado señales preocupantes y optimistas según el día. Lo hizo Bardet, 2º de la general final pese a no mantener el par de los mejores en las primeras jornadas; lo hicieron Pinot y Fabio Aru (Astana), ganadores de etapa aunque anónimos en la clasificación general. Y también Alberto Contador (Tinkoff) y Chris Froome (Sky), 5º y ganador de la ronda gala, antesala del Tour de Francia.
El pinteño comenzó ganando el duelo psicológico con su victoria a los vatios en Les Gets. Ahí, en una prueba de potencia escaladora, fue superior a todos sus rivales. Después, Froome le devolvió la moneda en la subida de Vaujany, donde lo sometió a estacazos. Las jornadas finales de Méribel y Superdévoluy acabaron en empate técnico: Contador atacando y Froome respondiendo, sin dificultades y sin proponer nada. Le bastaba con atar su tercera victoria en el Dauphiné: las dos anteriores precedieron a triunfos en el Tour de Francia.
Ambos candidatos se apresuraron a relativizar el resultado. “Aún me falta ritmo”, dijo Contador. “Me queda mucho trabajo por hacer antes del Tour”, dijo Froome. Sendas rebajas de expectativas encubren un mensaje intimidatorio: los dos están en el camino correcto y aún les queda por mejorar de aquí a la inauguración de la pelea por el maillot amarillo el 2 de julio en Mont-Saint-Michel.
Esta semana, mientras ellos entrenan, otro contingente de estrellas quita carbonilla de sus piernas en la Vuelta a Suiza y Nairo Quintana (Movistar Team) afilará su cuchillo a partir del jueves en la modesta Route du Sud francesa. La hora de la verdad llegará en julio.