“Él es un artista. Sabe sus cualidades y saca el partido máximo de ellas cuando está inspirado. Rinde mejor si se le permite expresarse como ciclista, como artista. Si describes a un artista punto por punto qué esperas de su trabajo, no lograrás que sienta la obra como suya y dé lo mejor de sí mismo; es necesario darle libertad. Del mismo modo, Steve sabe correr y sólo hay que proporcionarle confianza y apoyo para que se desempeñe. Hay que creer en él. Una vez siente esto, se crece”. [Así te hemos contado la séptima etapa del Tour].
Son palabras de Brian Smith, antiguo mánager general de Dimension Data, primer equipo ciclista africano de primera división. Las pronunció hace prácticamente un año en la tarde de uno de los días más importantes del conjunto que gestionaba para describir a Steve Cummings, que acababa de firmar una bellísima victoria de etapa en el Tour de Francia, meta en el aeródromo de Mende. [Así está la clasificación general].
Cummings, el ciclista-artista que no corre por dinero sino por pasión, porque quiere “ganar de forma bella”, ya había actuado tres veces esta temporada: una etapa en Tirreno-Adriático, una en Vuelta al País Vasco, otra en el Critérium du Dauphiné. Todas fueron victorias preciosas, cabalgadas lejanas que ningún rival pudo contener. Hoy se presentó de nuevo en el Tour de Francia: emergió de una fuga de 29 antes del decisivo Col d’Aspin, fue el más rápido subiendo y llegó a la meta de Lac de Payolle escapado con gran ventaja respecto del segundo. La actuación viene precedida de varios días de sacrificio en favor de Mark Cavendish para demostrar el “compromiso” del que carece según el seleccionador británico, que ha aducido esta razón para no convocarle para los Juegos Olímpicos.
En el grupo de 29 fugados se encontraban estrellas como Fabian Cancellara (Trek) o Vincenzo Nibali (Astana), que fue incapaz de rivalizar con Cummings cuesta arriba ni cuesta abajo. Se filtraron cuatro españoles: Gorka Izagirre (Movistar), Ángel Vicioso (Katusha), Luis Ángel Maté (Cofidis, 6º) y el asturiano Dani Navarro (Cofidis), que anduvo mejor que Nibali y franqueó la meta tercero. También estuvo el líder Greg Van Avermaet (BMC), que gracias a su astuto ardid logró retener un día más el maillot amarillo e incluso amplió su ventaja al frente de la general toda vez que llegó a Lac de Payolle por delante del pelotón de favoritos.
¿Y los favoritos? Nada. El conjunto francés FDJ tomó las riendas del pelotón para su líder Thibaut Pinot y un compatriota, Warren Barguil (Giant-Alpecin), les lanzó un ataque para dinamitar su trabajo; fue insuficiente. Ambos galos acabaron descolgados del grupo principal. Constituyeron la única novedad de la jornada. Los demás, todos juntos y tranquilos hasta el sobresalto que se encontraron en el último kilómetro de etapa, con el arco de Vittel derrumbándose sobre ellos. El único malparado: el británico Adam Yates (Orica-BikeExchange), que había tomado unos metros bajando y topó con el hinchable desinflado, hiriéndose la barbilla.
El porqué de esta pasividad de los aspirantes a la general hoy lo explicó en meta Alberto Contador (Tinkoff), gran beneficiado de la circunstancia por cuanto gana tiempo para recuperarse de las consecuencias de sus caídas: “Hacía muchísimo viento de cara y se marchaba muy cómodo del grupo”. Otro motivo: el hecho de que vienen dos jornadas de altísima montaña más duras aún, http://www.elespanol.com/deportes/ciclismo/20160707/138237097_0.html empezando mañana sábado con Tourmalet y Peyresourde entre otros puertos de gran entidad.