Al pelotón le gusta el calor. Por eso el ciclismo de carretera masculino profesional cambia de hemisferio para sus primeras carreras, el Tour Down Under (prueba australiana perteneciente al UCI ,World Tour disputada la semana pasada) y la Vuelta a San Juan (en Argentina); por eso celebra sus concentraciones en la costa mediterránea, en las Canarias o las Baleares, aunque este año el temporal ha provocado un chasco que ha llevado a estrellas como John Degenkolb (compañero de Contador en Trek Segafredo y titán de las clásicas) a cambiar de planes y regresar a Alemania en pos de una meteorología más benigna para pedalear.
Precisamente las Baleares abren la temporada europea con la Challenge de Mallorca, que es está disputando esta semana con las estrellas de Movistar Team, Alejandro Valverde y Nairo Quintana, como cabezas de cartel en su debut ante una campaña que se promete apasionante. Estarán en juego los mismos honores de siempre, los mismos triunfos, los mismos maillots y trofeos icónicos. No obstante, los alicientes serán distintos por cuanto jóvenes talentos han alcanzado el estrellato y estrellas asentadas han empezado a envejecer. Hay, pues, más focos que nunca en la historia reciente de este deporte; focos que llamarán la atención y crearán mil momentos fulgurantes a lo largo de un 2017 cuyos mayores interrogantes planteamos en esta pieza.
¿Podrán Nairo Quintana y Alberto Contador impedir el cuarto Tour de Chris Froome?
La Grande Boucle será, como siempre, el clímax de la temporada. No deja de ser la carrera más importante, la más prestigiosa, la más conocida y, por ende, la que genera mayor publicidad y justifica la inversión de los auspiciadores de equipos de hasta 35 millones de euros de presupuesto. Cuatro de los cinco últimos Tours de Francia han sido dominados con mano de hierro por el Team Sky, conjunto británico que se impuso en 2012 con Bradley Wiggins y en 2013, 2015 y 2016 con Chris Froome. El secreto: la superioridad de su millonaria plantilla y la solidez de sus líderes. La única vez que falló (2014) fue por circunstancias no controlables ni subsanables con su poderosa maquinaria.
He ahí la esperanza y la baza de los rivales del conjunto británico. Saben que, para batirle, tienen que tirar de inventiva como la que permitió a Alberto Contador y Nairo Quintana eliminar a Froome camino de Formigal en la pasada Vuelta a España. El pinteño tendrá el reto añadido de recobrar el título siete años después de la última vez que llegó de amarillo a París y con un equipo nuevo a su alrededor; el colombiano, dos veces 2º y una 3º en los Tours de Froome, llegará después de competir en el Giro d’Italia.
¿Será mejor carrera el Giro que el Tour?
Precisamente Nairo Quintana, cabeza visible de Movistar Team, es uno de los protagonistas de esta incógnita. En este siglo el dogma reza que quien disputa el Giro d’Italia llega despuntado al Tour de Francia. Los 21 días de la gran ronda italiana son muy intensos y las cinco semanas que hay entre una carrera y otra se consideran demasiado pocas para recuperar los esfuerzos transalpinos. Sin embargo, el conjunto telefónico tuvo oportunidad de experimentar la pasada temporada con Alejandro Valverde que era factible rendir en ambas al máximo nivel. La victoria de su líder colombiano en la Vuelta después de correr el Tour acabó de convencerles: el desafío de ganar ambas es superable. “Al fin y al cabo, de los siete Tours que he ganado como director, cuatro llegaron después de correr el Giro”, aduce el director del conjunto telefónico Eusebio Unzue.
Sucede que este Giro d’Italia es especial por muchos más motivos que Nairo Quintana. Es la edición número 100 y eso ha provocado que las grandes estrellas transalpinas, Vincenzo Nibali y Fabio Aru, centren sus respectivas planificaciones en ella. También estarán elementos protagonistas del gran espectáculo de la pasada temporada, como Steven Kruijswijk o Ilnur Zakarin, amén de corredores con talento y cuentas pendientes como el galo Thibaut Pinot o el escalador inexplicable Mikel Landa. La participación de lujo, la belleza del recorrido, la pasión de los ‘tifosi’ y la relativa libertad táctica con que los equipos suelen plantear esta carrera en comparación con el corsé que se aplican en julio puede provocar que la ‘corsa rosa’ sea la mejor carrera de la temporada 2017.
¿Dominará Peter Sagan las clásicas de primavera?
Pese al gusto que España siempre ha tenido por las pruebas de tres semanas, hay quien dice que la verdadera temporada ciclista acaba en abril con las clásicas de primavera, carreras de un día que constituyen los verdaderos referentes para los amantes del ciclismo. Por su naturaleza no permiten la especulación: cada día de competición hay que dejar todas las fuerzas en un recorrido que no siempre discurre por carretera plana sino que se adentra por caminos de adoquín y cuestas imposibles. Se suma que, en contraste con los escuálidos y sufridos escaladores, los clasicómanos suelen ser ciclistas fornidos, poderosos y, en muchos casos, de gran personalidad.
Y, en cuanto a personalidad, nadie mayor en este momento que Peter Sagan. El eslovaco es la gran estrella del ciclismo mundial: por sus cabriolas con la bicicleta, por su instinto ganador, por su talento diferencial, por su espíritu bromista, por sus espectaculares arrancadas, por su actitud ofensiva, por sus dos títulos mundialistas consecutivos… Y, en definitiva, por su carisma. Sin embargo, tiene una deuda con este deporte: consagrar su talento con victorias en los grandes templos del ciclismo. Ya ha conquistado el Tour de Flandes: le falta triunfar en Milán-San Remo y París-Roubaix, por ejemplo. Frente a él, una pléyade de rivales de gran altura encabezada por el campeón olímpico Greg Van Avermaet.
¿Aparecerán nuevas estrellas en el ciclismo español?
La retirada de Purito Rodríguez ha dejado solos en la primera fila del ciclismo español a tres corredores que, bien entrada la treintena, encaran su declive: Alberto Contador, Alejandro Valverde y Samuel Sánchez. Y, de momento, no ha aparecido ningún ciclista español que haya demostrado fehacientemente ser capaz de relevarles en la élite del ciclismo mundial. La peor pesadilla del ciclismo nacional puede, pues, hacerse realidad: que después de Contador y compañía no venga nadie.
Sin embargo, existen brotes verdes. La calidad y el carisma de Mikel Landa emergieron en el Giro d’Italia 2015 y prometen volver a expresarse esta campaña después de una temporada gris. En la pasada Vuelta a España destacaron escaladores como David de la Cruz, Omar Fraile o Rubén Fernández. También brillaron Carlos Verona o Ion Izagirre, mientras promesas como Jesús Herrada o Marc Soler continúan progresando y se espera la irrupción de Jaime Rosón o Iván García Cortina. Hay, pues, potencial: este 2017 será clave para que se haga tangible y aparezcan personajes en los que la afición española pueda depositar sus ilusiones.
¿Funcionarán los equipos de los petrodólares?
El telón de fondo del ciclismo a nivel mundial es, como siempre, la globalización. Hace ya años que la federación internacional apostó por expandir un deporte tradicionalmente eurocéntrico y puede decirse que han tenido un éxito razonable en dicha empresa. Sin embargo, todo camino ascendente registra tropiezos. Sin ir más lejos, después de los fastuosos Mundiales de Doha, la asentada Vuelta a Qatar ha sido suspendida apenas dos meses antes de celebrarse, tras 15 años de trayectoria y en la temporada en la cual se integraba en el calendario de primera división. Las carreras de Abu Dhabi, Dubai y Omán, en cambio, sí se mantienen activas y protagonizarán el mes de febrero junto a vueltas como Valencia o Andalucía.
No sólo los organizadores de eventos han buscado financiación más allá de las fronteras habituales del ciclismo: también los equipos. Vincenzo Nibali y su representante, Alex Carera, fueron en busca de petrodólares y los encontraron, lo cual les ha permitido armar el poderoso Bahréin-Merida en torno al astro italiano y con Purito Rodríguez como embajador. El histórico conjunto Lampre, por su parte, dijo haber hallado respaldo en China por medio de la empresa TJ Sport; sin embargo, éste no se concretó y tuvieron que encontrar una salvación de última hora en Abu Dhabi. Cómo funcionarán estos nuevos conjuntos, ambos de categoría World Tour, es una de las incógnitas de esta electrizante temporada.