Contador ha dicho basta. En sus redes sociales, este lunes, ha anunciado que dejará el ciclismo después de la Vuelta a España, que se retira. Ha decidido poner punto y final a su carrera con 35 años y siete grandes conquistadas: dos Giros de Italia (2008 y 2015), dos Tours de Francia (2007 y 2009) y tres Vueltas (2008, 2012 y 2014). Con un palmarés envidiable, una trayectoria tan solo manchada por su positivo en 2010 y como uno de los mejores deportistas españoles de todos los tiempos. Es decir, su obra debería pasar al imaginario colectivo sin aristas. Sin embargo, para algunos, no es así. El pinteño también ha sumado detractores a lo largo de su carrera. De ahí que, por ejemplo, durante la ronda gala, Óscar Pereiro tuviera que salir a apoyarlo tras recibir numerosas críticas. Pero bien, ¿por qué es así?

PORQUE ESPAÑA ES ASÍ...



No hace falta echar la vista lejos para encontrar un ejemplo. El pasado 9 de julio, en la subida al Mont du Chat, durante el Tour de Francia, Contador llegó a la meta a 4:20 de Froome, líder por aquel entonces, tras una caída. “Las piernas no me han respondido. Pensaba que era posible el ataque; me contuve el día de antes para hacerlo hoy, pero al final ha sido todo al revés”, reconoció tras la carrera. ¿Y qué ocurrió? Lo esperado.



Sus detractores se tiraron a su cuello. Muchos, a través de las redes sociales, le instaron a retirarse; otros, simplemente, lo criticaron por su mal Tour. La mayoría, en cualquier caso, siguió esa costumbre tan española que consiste en amar tan rápido como se entierra a los mitos. Por eso Óscar Pereiro, ganador del Tour de Francia en 2006, salió para apoyarlo con tres tuits polémicos, sobre todo, por sus formas. 

POR SUS ÉXITOS…



Unamuno habló de la envidia como “la plaga de nuestras sociedades; la gangrena del alma española”. Y, aunque no ocurre sólo en España, lo cierto es que el simple triunfo genera adeptos y detractores -así es el deporte-. Y Contador ha ganado mucho. En concreto, 67 victorias en total, con tres grandes en su palmarés: dos Giros de Italia (2008 y 2015), dos Tours de Francia (2007 y 2009) y tres Vueltas (2008, 2012 y 2014). Y después ha caído. Como Fernando Alonso, otro de los que acumula una legión de ‘haters’, o Raúl en su momento, o Casillas, o Del Bosque… Muchos. El deporte, al fin y al cabo, se mueve en esos términos. Sólo así se puede explicar, por ejemplo, que un aficionado al fútbol prefiera que gane la Champions un club extranjero que determinado rival.



POR SU DOPAJE…



Contador fue sancionado por dopaje tras dar positivo por clembuterol el 21 de julio de 2010, y fue desposeído del Tour de 2010, de la Volta Cataluña de 2011 y del Giro de Italia de 2011, entre otras cosas. Su sanción fue de dos años, pero el castigo social todavía perdura. Algunos aficionados al deporte -y al ciclismo, en particular- no le han perdonado aquello. De hecho, esgrimen que, desde entonces, no ha vuelto ganar, aunque sí lo haya hecho (lo hizo en el Giro de 2015 y en la Vuelta de 2012 y 2014, por ejemplo). Sin embargo, es inevitable que la sombra de la sospecha haya estado presente en cada uno de sus pasos.



POR SU ‘FALSO’ FAVORITISMO EN EL TOUR…



Tras la sanción, Contador siempre ha entrado en las quinielas de favoritos para ganar el Tour de Francia. Sin embargo, esa condición no ha ido acompañada de sus resultados. Desde entonces, en sus cinco participaciones en la ronda francesa, ha obtenido como mejor posición un cuarto puesto (2013), ha abandonado en dos ocasiones (2014 y 2016) y este verano quedó noveno, a 8:49 del liderato. Es decir, no ha respondido a las expectativas. Y, como la memoria deportiva suele ser corta, las críticas han aflorado en sus últimos cinco años.

POR SUS COMPARACIONES CON INDURAIN…



¿Quién ha sido el mejor ciclista de la historia de España? He ahí la cuestión. Para muchos ha sido Miguel Indurain, con cinco triunfos en el Tour y dos en el Giro, además de rozar la victoria en la Vuelta en 1991. Sin embargo, y aunque la discusión parece ganada por el navarro, hay quien opina que el trono es para Contador: ha ganado siete grandes, más el Giro y el Tour que le arrebataron tras la sanción por dopaje. Sea de una u otra forma, el pinteño se retirará como uno de los grandes deportistas españoles de la historia. Y es posible que tenga detractores. O ‘haters’. O contrarios. O como los quieran llamar. Pero lo cierto es que su huella quedará vinculada a la historia del deporte español, cuando no se atisbe su sucesor.

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