El ecuatoriano Richard Carapaz (Movistar) se impuso este sábado con una exhibición en la subida a San Carlo en la decimocuarta etapa del Giro de Italia, entre Saint Vincent y Courmayer y un recorrido de 131 kilómetros, y se enfundó la camiseta "rosa" de líder de la general.
Carapaz atacó en la tremenda subida al San Carlo, con un promedio de pendiente del 9,8 %, y triunfó en Courmayer para pasar de la sexta a la primera posición en la clasificación general, con 7 segundos de margen sobre el esloveno Primoz Roglic (Jumbo-Visma) y 1 minuto y 47 segundos sobre Vincenzo Nibali (Bahrein).
El corredor ecuatoriano sumó su segunda victoria en este Giro, tras la de Frascati en la cuarta etapa, y cerró su prueba en 4 horas, 2 minutos y 22 segundos, con 1 minuto y 32 segundos de ventaja sobre el británico Simon Yates (Mitchelton), segundo.
El de El Carmelo, que cumplió 26 años hace cinco días, sigue haciendo historia para Ecuador y se convirtió en el primer corredor de su país en vestirse de rosa en el Giro de Italia.
Tras las polémicas de este viernes, cuando Nibali acusó a Roglic de no colaborar lo suficiente en las subidas, el Giro llegó este sábado a una de las etapas más exigentes de esta edición, con un recorrido de 131 kilómetros con un desnivel de más de 4.000 metros y solo catorce kilómetros planos.
Y los dos protagonistas enviaron señales desde el comienzo de la etapa de este sábado, que preveía cuatro duras ascensiones. Ya en la primera subida, a Verrayes, Yates fue el primero en atacar y Roglic se lanzó inmediatamente detrás de él, perseguido por Nibali y Carapaz.
En la fuga había ocho corredores, con el costarricense Andrey Amador (Movistar), Giulio Ciccone (Segafredo), Fausto Masnada (Androni), Mattia Cattaneo (Androni), el australiano Lucas Hamilton (Mitchelton), el danés Christopher Juul Jensen (Mitchelton), Iván Sosa (Ineos) y el británico Hugh Carthy (Education First).
Tras la segunda ascensión del día, al Verrogne, y a falta de 60 kilómetros para el fina, los primeros perseguidores eran el español Ion Izaguirre (Astana), los franceses Toni Galoppin (AG2R) y Gilbert Dupont (AG2R) y Damiano Garuso (Astana), a unos 30 segundos. El grupo de la "maglia" rosa estaba a 2 minutos y 15 segundos.
Los ocho líderes y los cuatro perseguidores se juntaron al llegar a la escalada al Truc D'Arbe, tras 70 kilómetros de pedalada, al tiempo que el pelotón empezaba a recortar distancias en la bajada, en la que recuperó más de 40 segundos, para situarse a 1 minuto y 30 segundos.
Intercambiaron señales los "grandes" del grupo, con Nibali que dio un primer ataque a 33 kilómetros de la meta, al comienzo de la subida al Colle San Carlo, perseguido por Roglic, Landa, Carapaz y el colombiano Miguel Ángel López. Mientras, Zakarin y Yates empezaban a pagar el desgaste de energías y perdían metros.
Allí llegó el momento de Carapaz, que se alejó del grupo a 27.8 kilómetros del final, con Nibali, Roglic, Landa, López y el polaco Rafal Majka (Bora) que intentaron contenerle, pero que perdieron más de 30 segundos.
Sufría el esloveno Ian Polanc, que a falta de 26 kilómetros para el final ya había perdido la camiseta rosa virtual a favor de Roglic, que sacaba 1 minuto y 42 segundos de ventaja a Carapaz y 1 minuto y 44 segundos a Nibali, cuando se acercaban 16 kilómetros de bajada.
Carapaz mantuvo el liderato y llegó con casi 40 segundos de ventaja a los últimos 7 kilómetros. Su gran ataque le permitía incrementar notablemente y los últimos metros que se convirtieron en un paseo triunfal para él.
Llegó en solitario a la línea de meta, cerrando en 4 horas, 2 minutos y 22 segundos, con 1 minuto y 32 segundos de ventaja sobre Yates, mientras que Nibali completó el podio, al acabar la prueba con un último ataque que le permitió recuperar 3 segundos a Roglic.
Doble hazaña para Carapaz, cuarto en el Giro de 2018, que es el nuevo líder de la general, con 7 segundos de ventaja sobre Roglic y 1 minuto y 47 sobre Nibali, mientras que Polanc se hundió.
La decimosexta se disputará este domingo, con un recorrido de 232 kilómetros entre Ivrea y Como, con 160 kilómetros globalmente planos antes de tres grandes escaladas en los últimos 60, al Madonna de Ghisallo, Colma de Sormano y al Civiglio, un trayecto que recuerda el de "Il Lombardía".