Egan Bernal (Colombia, 22 años) era la gran promesa del ciclismo mundial antes de comenzar el Tour de Francia en Bruselas. Ahora, tres semanas después, es ya una realidad. El ciclista del Ineos se lleva la edición más abierta de la historia por delante de su compañero Geraint Thomas y de Kruijswijk tras el hundimiento definitivo de Alaphilippe en Val Thorens.
La última llegada en alto no fue tan espectacular como se preveía en un principio. La organización dejó la etapa en solo 59 kilómetros y todos tuvieron más miedo a perder lo conseguido que a ganar. Así las cosas no hubo ni ataques. Simplemente, Alaphilippe cedió pronto y el resto se conformó con el puesto que tenía en la clasificación.
Si alguno tenía razones para conformarse ese era Egan Bernal. Solo un alud pudo frenar al colombiano en la etapa anterior. De no haber sido por ello, el del Ineos habría sentenciado el Tour en la línea de meta de Tignes. Se quedó sin etapa y sin esa gloria parcial, pero le esperan los Campos Eliseos.
El nombre de Egan Bernal lleva sonando con fuerza varios años a pesar de que hasta ahora no había pisado un podio de una gran vuelta. De hecho, solo había terminado el Tour del pasado año donde fue 15º y un gran aliado para que Thomas, ahora un peldaño más abajo, se llevara la ronda francesa.
Hace solo dos años se llevaba el Tour del Porvenir con una superioridad brutal. Era un diamante por pulir y los millones del entonces equipo Sky se llevaron a la joya que todos querían. A pesar de contar con hombres como Froome o Thomas, la escuadra británica veía en el joven Egan al futuro ganador del Tour de Francia. Para sorpresa de todos ese momento ha llegado de forma temprana y cuando solo cuenta con 22 primaveras.
Bernal llegó a Europa a finales de 2015 sin equipo y sin experiencia en el ciclismo en ruta. Sin embargo, firmó rápidamente por Androni Giocattoli-Sidermec un contrato de cuatro temporadas. El motivo de esta apuesta del equipo italiano está en los increíbles resultados que habían dado los exámenes fisiológicos que habían realizado al ciclista. Sin duda, tenía "genes de campeón".
Escalador, procede del ciclismo de montaña, pero buen contrarrelojista. Un perfil muy completo y una madurez impropia para un deportista tan joven. Estaba llamado a reinar en el Tour de Francia, pero ni sus propios compatriotas esperaban el éxito tan rápido.
Egan Bernal ha dado a Colombia su primer Tour y ha adelantado a toda una generación que llevaba años soñando con vestir el maillot amarillo en los Campos Eliseos. Al final no fue Nairo Quintana, ni Rigoberto Urán, ni Miguel Ángel López... Tampoco lo consiguieron los Fabio Parra, Herrera o Botero en otros tiempos. El mejor ciclista colombiano de la historia es ya Bernal y con toda la carrera aún por delante.
Nació en Zipaquirá, un pueblo a una hora de Bogotá, en el seno de una familia humilde. Su madre, Flor Gómez, trabajaba en la empresa Agrícola Guacarí seleccionando los mejores claveles para la exportación. Tenía 22 años cuando se quedó embarazada de Egan y ahora su hijo, a esa misma edad, ha hecho historia en el deporte colombiano.
Su padre, German, fue ciclista en su juventud. A pesar de sus esfuerzos no tuvo una carrera brillante, pero lo logrado por Egan ha pagado con creces todas las horas de esfuerzos y sacrificios sobre la bicicleta. El apellido Bernal ya luce junto a otros históricos como Merckx, Hinault, Induráin o Contador en el palmarés del Tour de Francia.
Cuando Egan nació fue Jan Ullrich el vencedor del Tour. El alemán sacó más de 9 minutos al segundo clasificado, Virenque, y más de 14 al tercero, Pantani. Era otro ciclismo, sin duda, y ahora el bueno de Bernal se ha llevado la edición más pareja de la época moderna con solo 01:11 de ventaja sobre su Geraint Thomas.
Un Tour por accidente
El destino es caprichoso, pero Egan Bernal debía haber sido el líder del Ineos en el Giro. Una caída le impidió estar en la ronda italiana y entonces comenzó a pensar en el Tour para ser el fiel escudero de Chris Froome y Geraint Thomas. Sin embargo, otra accidente, esta vez de Froome, dio los galones necesarios al colombiano para asaltar el maillot amarillo.
La subida al Iseran siempre quedará en la memoria de Bernal. Lo había intentado antes su compañero Thomas, pero no tuvo piernas para marcharse. Fue entonces cuando el joven Egan se fue hacia adelante cuando aún quedaban 44 kilómetros para el final de la etapa. Un alud provocado por las condiciones meteorológicas hizo que la ascensión a Tignes se suspendiera. Si Bernal no hubiera atacado tan pronto, quizá el signo y el podio de este Tour de Francia hubiera sido muy diferente.
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