El belga Wout Van Aert (Jumbo Visma) conquistó este sábado al esprint, por delante del francés Julian Alaphilippe (Deceunick Quick-Step), la 111 edición de la Classicissima Milán-Sanremo, sobre un recorrido inédito de 305 kilómetros.
Van Aert, ya campeón este año en la Strade Bianche, consiguió imponerse por pocos centímetros ante Alaphilippe, vigente campeón de la Classicissima, con el australiano Michael Matthews (Sunweb) que completó el podio.
El corredor belga protagonizó un esprint de alta intensidad y acabó la prueba en siete horas, 16 minutos y nueve segundos, con el eslovaco Peter Sagan (Bora) que entró cuarto y el español Alex Aramburu (Astana) séptimo.
Fue una Milán-Sanremo inédita, con los corredores que se enfrentaron a un recorrido inédito, con 251 de los 291 kilómetros habitualmente previstos por la "Classicissima" distintos, después de que los 16 alcaldes de la zona de Savona (Liguria) se negaran a conceder las carreteras de sus municipios.
Una Milán - Sanremo peculiar
El pelotón no recorrió el Passo del Turchino ni los icónicos Capi, el Mele, el Cervo y el Berta, sino pasó por Piamonte, antes de poder bajar a Liguria para los últimos cuarenta kilómetros, de Imperia a Sanremo.
No faltó la habitual escapada inicial, con siete corredores, Mattia Bais (Androni Giocattoli Sidermec), Manuele Boaro (Team Astana), Alessandro Tonelli e Fabio Mazzucco (Bardiani), Damiano Cima (Gazprom), el español Héctor Carretero (Movistar) y Marco Frapporti (Vini Zabù), que se hicieron con una ventaja de tres minutos sobre el grupo hasta los 90 kilómetros de la meta.
Carretero perdió ritmo a continuación, pero el grupo italiano defendió su ventaja hasta después de la subida al Col di Nava, que precedió la entrada del pelotón en Liguria, teatro del desenlace final de la Classicissima.
Los líderes aguantaron hasta la Piazza Dante de Imperia, cuando el pelotón los alcanzó y abrió un largo intercambio de señales entre los corredores en el camino hacia la subida al Cipressa. El belga Loic Vliegen (Circus-Wanty Gober) y Jacopo Mosca (Trek Segafredo) tomaron el mando, perseguidos por Giulio Ciccone (Trek Segafredo), aunque el grupo les controló.
Lo intentó Alaphilippe
Sagan, Alaphilippe, Van Aert seguían en el grupo mientras que Gaviria empezó a pagar el desgaste de energías y se quedó en profunda dificultad. Fue Daniel Oss (Bora) quien llegó primero a la bajada del Cipressa, con el kazajo Alexej Lutsenko que también presionaba.
Faltaban once kilómetros para la línea de meta de la Vía Roma, con elementos como Sagan, Van Avermaet (CCC), Van Aert, Michal Kwiatkowski (Ineos), Mathieu Van Der Poel (Alpecin), Philippe Gilbert (Lotto Soudal) que seguían con plenas opciones de buscar el título.
Todo era posible al comienzo de la última subida exigente, al Poggio de Sanremo. Pese a llevar más de 290 kilómetros en las piernas, con temperaturas elevadas, los corredores escalaron el Poggio a gran velocidad, pese a pendientes que tocan el 8 %.
El que tuvo fuerza en las piernas fue Alaphilippe, campeón de 2019, quien atacó junto a Van Aert, perseguidos por un Nibali que lo dio todo, sin aguantar el rimo tremendo en la bajada del francés y el belga.
Alaphilippe y Van Aert estaban solos, con el grupo a 6 segundos a falta de dos kilómetros para el final. Siguieron juntos hasta los últimos metros, cuando lanzaron un tremendo esprint en el que el belga triunfó por cuestión de centímetros para destronar a Alaphilippe.
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