El Tour de Francia acaba de finalizar y todos tienen en mente el recuerdo de la impresionante victoria de Tadej Pogacar en la contrarreloj final de La Planche de Belles Filles, el desfallecimiento de Roglic y la consagración de un joven de 21 años. Sin embargo, hace algo más de un mes, antes de que supiera si habría Tour, la actualidad del ciclismo la copaba el estado de salud de Fabio Jakobsen.
Aquel fatídico 5 de agosto, el sprinter del Deceuninck Quick Step tuvo una fortísima caída en la primera etapa del Tour de Polonia. La carrera se resolvió en una llegada masiva donde muchos corredores peleaban por el triunfo y por enfundarse el maillot de líder de la general. Una llegada que tuvo, entre otras cosas, una falta de seguridad imperdonable.
Aquel sprint se produjo en una bajada terrorífica que lanzó a los corredores a más de 80 kilómetros por hora hasta la meta, descontrolados, desequilibrados y luchando por centímetros de espacio para conseguir una posición que les permitiera entrar en la pugna por la victoria.
Además, la llegada estaba compuesta por unas vallas de plástico que no cumplieron su función de proteger y delimitar la zona en ningún momento, sino que lo único que hicieron fue salir despedidas en cuanto se produjo la tragedia. El toque entre Dylan Groenewegen y Jakobsen fue terrible. El corredor del Jumbo provocó una gran caída que arrastró a otros corredores como al español Prades, de Movistar.
Sin embargo, quien se llevó la peor parte fue Fabio Jakobsen, que salió despedido, atravesó las vallas y chocó con una violencia brutal contra todo lo que se iba encontrando, incluido un miembro de la organización que controlaba la llegada justo en la línea de meta.
El resultado fue dantesco. Una ambulancia tuvo que trasladar al corredor de urgencia tras haber perdido mucha sangre en la caída y encontrarse en estado de coma. El resultado fueron fracturas en la cara y el cráneo, pérdida de piezas dentales y hasta una parálisis en las cuerdas vocales.
Así se explica la espeluznante revelación de su manager general al medio LaCapitale.be: "Recordaré hasta el día que me muera cuando me llamó el doctor Vanmol. Me dijo llorando que Fabio se iba a morir". Así de duro y así de real fue el drama que se vivió con el terrible accidente de Jakobsen en el que incluso se llegó a temer por su vida debido a la gravedad de las lesiones y a la violencia y al descontrol del impacto en la llegada.
Buenas noticias sobre Jakobsen
Sin embargo, algo más de un mes después, las noticias que llegan desde el entorno del corredor y desde el propio equipo Deceuninck Quick Step son mucho mejores. La situación ha cambiado bastante y el futuro parece ser alentador para el corredor, que podría haber terminado aquel día, no solo con su carrera, sino también con su vida.
"Estoy convencido de que en marzo volverá a ponerse un dorsal". Este es el mensaje de ilusión que ha lanzado su capataz Patrick Lefevre, quizás algo optimista, pero de cualquier manera, se trata de un hecho digno de celebración que tan pronto ya se pueda pensar en su vuelta al pelotón.
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