Día grande de ciclismo en una de las carreras más bonitas y completas de todo la temporada. La Lieja-Bastoña-Lieja siempre es sinónimo de espectáculo, incluso en una temporada tan atípica como la actual en la que se ha visto obligada a compartir calendario con el Giro de Italia, la segunda grande del año.
Sin embargo, ha contado con una participación de lujo y eso se ha notado en un final que ha sido vibrante, conformado por corredores de un excelente talento que han dado lustre al tercer monumento de la temporada, a falta de que se celebren en las próximas semanas París Roubaix y Tour de Flandes.
De lo más llamativo fue el vencedor, Primoz Roglic, un corredor de grandes vueltas y de carreras de una semana que se ha impuesto en un desenlace mágico, apasionante, de los que crean afición. Se trata del segundo monumento del año para el equipo Jumbo Visma tras el conseguido por Wout van Aert en la Mián-San Remo, también ante el mismo rival.
En la prueba celebrada este domingo con total protagonismo de los elegidos de la carrera, el gran premio se ha resuelto en un impresionante final en Lieja con triunfo de Primoz Roglic en un agónico sprint disputado entre los cuatro máximos favoritos. El esloveno llegó junto a su compatriota Pogacar, Marc Hirschi y el francés Julian Alaphilippe, después de 260 kilómetros de un gran espectáculo.
Se forma la fuga
La prueba no echó de menos la ausencia de su hombre estrella de la última década y media, Alejandro Valverde, que no ha estado presente en Las Árdenas debido a que se encuentra preparando el gran objetivo de la temporada tras un resultado discreto en el Mundial de Imola, la Vuelta a España. Por ello, al igual que en el Giro, el equipo telefónico presentó un conjunto de circunstancias que, aun así, se dejó ver en ciertos momentos en la gran fuga del día por medio de Íñigo Elósegui.
Dicha escapada fue permitida por el pelotón general hasta manejar rentas en torno a los cinco minutos, pero la colaboración de equipos como Ineos, que trabajaba para un incansable Kwiatkowski, o el Sunweb, hicieron que poco a poco la diferencia fuera decreciendo hasta ser totalmente neutralizada.
Hubo también graves caídas cuando la prueba entraba en sus últimos 100 kilómetros con abandonos importantes como el de Greg Van Avermaet, uno de los candidatos a la victoria final y que contaba con un potente equipo CCC para intentar lanzarle en el momento de la verdad. Otro de los corredores que también abandonó fue Caruso.
Tras dar caza a la fuga, se quedó solo en cabeza el corredor del CCC Michael Schar, que había saltado desde la escapada al paso por el Col du Rosier, comenzando una aventura kamikaze que le tuvo durante muchos minutos marcando la punta de lanza de la prueba y soñando con una victoria que, en todo momento, estuvo controlada por el pelotón.
Ya en la recta final, se produjeron nuevos movimientos, algunos con protagonismo español, como el ataque de Luis León Sánchez que fue secundado por Rui Costa. A ellos se unió también Alaphilippe, que tras haber rodado a cola de pelotón se empezaba a posicionar como uno de los protagonistas del día. Muy juguetón en todo momento el nuevo campeón del mundo.
Tras un movimiento de Hirschi, Alaphilippe atacó a falta de 13 kilómetros para el final, arrastrando consigo al grupo de favoritos. Junto a ellos dos se unieron el duo de eslovenos, Pogacar y Roglic, y un Kwiatkwoski que al final terminó cediendo ante los arreones que se producían.
Un final emocionante y polémico
Este grupo cabecero consiguió llegar a la recta final con unos metros de ventaja sobre un pequeño pelotón liderado por Van der Poel, que había arrancado poco antes a la desesperada para intentar meterse en la lucha por el triunfo final. El neerlandés llegaba justo de fuerzas tras su exhibición en el Bink Bank Tour.
Quien sí consiguió llegar hasta ellos fue Matej Mohoric, que saltó al final hasta contactar con el grupo de los más fuertes, pero no pudo disputar el sprint, a pesar de que se dejó ver nada más llegar a la cabeza.
Ya en la recta de meta, Alaphilippe arrancó imponente, y a su rueda lo hizo Marc Hirschi. El suizo, reciente vencedor de la Flecha Valona, parecía decidido a llevarse la victoria, pero cuando fue a adelantar al galo, este hizo un movimiento extraño que le desestabilizó, cerrando también a Pogacar. Finalmente, Roglic fue el más listo, colándose si hacer ruido en un final de foto finish cuando Alaphilippe ya había levantado los brazos celebrando su triunfo y estrenando su maillot arco iris con un ridículo tremendo.
Minutos después de finalizar la prueba, Alaphilippe fue sancionado y relegado al final del primer grupo por su movimiento irregular que puso en peligro a Hirschi y a Pogacar y que les dejó sin opciones de pelear el triunfo. Por ello, terminó siendo quinto, mientras que Hirschi y Pogacar acompañaron a Roglic en el podio con Mohoric cuarto.
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