La temporada ciclista está viendo ya el final del túnel. Después de que el coronavirus estropeara el calendario de 2020, UCI planteó un apiñamiento de citas para salvar el año que tendría su última cita en La Vuelta a España. Este martes Javier Guillén dará el banderazo de salida en Irun para recorrer la edición más corta (18 etapas) de los últimos años y que finalmente solo transcurrirá por territorio nacional después de que se cancelara la salida desde Países Bajos y se reacondicionaran las etapas que tocaban suelo portugués.
La organización ha apostado por repetir la burbuja del Tour de Francia que permitió a la ronda gala salir adelante con algunas modificaciones que añaden más restricciones que en territorio galo. Es por lo que en los finales de etapa que acaben en alto no se permitirá el acceso del público, así como estará restringido en las salidas y las llegadas. Además, el propio Guillén reconocía en EL ESPAÑOL que no les temblará la mano si se tienen que poner aún más estrictos.
Será aún más atípica por el hecho de que se va a celebrar en la segunda quincena del mes de octubre y acabara en noviembre. El mal tiempo tendrá mucho juego e incluso podría hacer que no se pueda subir a las míticas etapas del Tourmalet, La Farrapona, L'Angliru o La Covatilla. Justo esta semana empezará el mal tiempo más propio del otoño peninsular, por lo que, en una edición que se disputa prácticamente de forma íntegra en el norte de la Península, las condiciones climáticas serán determinantes. En cualquier caso, la organización ha establecido rutas alternativas si no se pudieran subir esos puertos para reacondicionar las etapas.
Todo ello se suma al desgaste de una temporada tan corta y en la que la mayoría de los corredores han estado presentes en el Tour de Francia hace justo un mes. Precisamente, el ganador de la ronda gala y tercer clasificado el año pasado, Tadej Pogacar, no estará presente en esta edición. Sí estará su compatriota y último dueño del jersey rojo, Primoz Roglic. El esloveno será el rival a batir para todos los favoritos de la edición.
Los favoritos
El de Jumbo-Visma parte como el corredor que tendrá la vitola de gran favorito. Después de llevarse el triunfo en la Lieja-Bastoña-Lieja, Roglic quiere resarcirse de esa derrota sobre la campana en el Tour de Francia en favor de su compatriota. El campeón esloveno en ruta tendrá junto a él un equipo de garantías con gregarios de lujo como Sepp Kuss, George Bennett y Robert Gesink. El primero, si está como en el Tour, tendría opciones de podio, pero también tendrá al enemigo en casa.
Tom Dumoulin viene a esta Vuelta con todas las opciones del mundo para ser la alternativa de Roglic. Ambos han dejado claro que están en condiciones de ser el líder del equipo y que las sensaciones de ambos en carrera marcarán quién estará para el otro. El ganador del Giro de Italia 2017 y de dos etapas en La Vuelta ha estado a la expectativa todo el año y el hecho de que no estuviera en su mejor forma para el Tour le ha hecho centrar sus fuerzas para la ronda peninsular.
Más dudas ofrece el doble ganador de La Vuelta, Chris Froome. Después de recuperarse de la grave lesión que le privó de competir la pasada temporada y quedarse fuera del Tour de Francia por no estar al cien por cien, el británico de origen keniata disputará su última gran carrera con Ineos en España. Sus declaraciones no invitan al optimismo, pero tratará de dejar el mejor sabor de boca a ese fin de etapa en la escuadra petrolera antes de recalar el próximo año en el Israel Start-Up Nation.
Es por lo que el liderazgo del conjunto Ineos parece que recaerá en Richard Carapaz. Una de las apuestas de Dave Brailsford de esta temporada cosechó una victoria de etapa combinada con Michael Kwiatkowski en el Tour y vendrá con todo a hacerse con la que sería su segunda gran vuelta tras levantar el trofeo del Giro de Italia el año pasado. Junto a él tendrá al joven Iván Ramiro Sosa que no sería extraño que esté entre los mejores los días previos a la llegada de Madrid.
La apuesta de Movistar
La Vuelta es correr en casa y para el Movistar Team ha sido importante a la hora de preparar la temporada. El conjunto navarro decidió no dividir a los suyos entre el Giro y la ronda española y partirá en Irún con Alejandro Valverde, Enric Mas y Marc Soler. Con los tres cascos visibles del equipo, Eusebio Unzue quiere que la 'M' vuelva a celebrar victorias de etapa.
El mallorquín parte como el más en forma de los tres. Terminó el Tour de Francia en unas condiciones muy buenas y sumó un quinto puesto de prestigio. Después de ser segundo en 2018, ha dejado bien claro que todo lo que no sea tener un resultado similar, será un fracaso. El corredor de 25 años ya es una realidad y el hecho de que Movistar le haya dado la vitola de favorito solo implica una dosis de responsabilidad a la que quiere responder con resultados.
Aunque Valverde sigue insistiendo en que cualquiera de los tres está para pelear por el podio. El murciano afronta a sus 40 años una nueva edición de la carrera que ganó allá por 2009 y en la que diez años después fue segundo por detrás de Roglic y por delante de Pogacar. Esta temporada no ha estado en su mejor forma. El confinamiento trabó sus intenciones iniciales de llegar a los Juegos Olímpicos en la mejor forma posible. Aún así fue duodécimo en el Tour. Desde el primer día tendrá la oportunidad de lograr la que sería su decimotercera victoria.
Marc Soler ha sido el más perjudicado por la temporada. Un año en el que tenía que confirmar sus expectativas para aclarar que está en condiciones de ser líder en una gran vuelta se ha convertido en una campaña en la que se tendrá que quedar con la experiencia vivida. La Vuelta servirá para ver en qué lugar está en el pelotón mundial y, si su forma ha mejorado con respecto al Tour, incluso poder dar alguna sorpresa. Calidad tiene de sobra, hace falta ver esa cabeza.
Sin perder de vista
Francia vivió una decepción y una ilusión durante el Tour de Francia. Thibaut Pinot sufrió una caída en esas primeras etapas de caos que le mermó el resto de la ronda gala. El doble ganador de etapa en La Vuelta pasó de aspirante, a cazaetapas y a disfrutar del paisaje de su país. Mientras, Guillaume Martin nacía como estrella emergente. El filósofo, por sus estudios, iría de más a menos, pero dejaba una sensación de que a sus 27 años tiene, como mínimo, un podio de grande en las piernas. Su undécimo puesto en la general valdrá como ejemplo.
Pero uno de los países de moda en el ciclismo es Colombia y en esta Vuelta tendrán dos opciones. La de presente es la de Esteban Chaves que acumula un segundo puesto en el Giro de 2016 y un tercero en esta carrera en el mismo año. El doble ganador de etapa en la ronda española llegará como líder del Michelton-Scott tras un Tour en el que no encontró sus sensaciones. El que sí las encontró es Dani Martínez. Cosiguió su primera etapa en una grande en Le Puy Mary y tendrá a su servicio a la escuadra de 'El Pato'.
Tampoco se puede perder de vista a un Alexandr Vlasov. Tras abandonar el Giro de Italia por enfermedad, se ha apuntado a una Vuelta para tratar de confirmar las buenas sensaciones que dejó en la preparación de la cita transalpina. En función de cómo se haya recuperado dará más o menos guerra, pero detrás tendrá a toda la tropa española que se ha traído Astana.
Victorias españolas
Este pasado domingo se cumplían 400 días sin una victoria de etapa de un ciclista español en una grande desde que lo hizo Mikel Iturria en Urdax-Dantxarinea. Esta temporada solo Iván García Cortina ha logrado vencer en la París-Niza. El drama en el ciclismo nacional es evidente y por eso La Vuelta a España servirá como termómetro para ver si sale de la UVI.
No será por opciones con los grandes corredores que saldrán de Irun, sobre todo en esa escuadra kazaja. Alex Aramburu, que tratará de dar guerra en los esprints, y los tres súper clase como Omar Fraile, Ion y Gorka Izaguirre y Luis León Sánchez son razones suficientes para creer que habrá posibilidades en esta edición. Por si fuera poco, David de la Cruz llega como líder a priori del UAE-Team Emirates y como uno de los favoritos para llevarse el maillot de lunares que acredita al mejor escalador. También estará un Mikel Nieve mermado por una caída en el Tour de Francia.
Ese objetivo lo volverá a tener Ángel Madrazo. El líder del Burgos-BH fue segundo en esta clasificación en la pasada edición donde se hizo con la victoria en el Observatorio de Javalambre. En esa etapa compartió escapada con José Herrada, que también llega a esta Vuelta con la intención de dar guerra. Lamentablemente, su hermano Jesús no estará después de dar positivo por la Covid-19, pero sí los Fernando Barceló y Luis Ángel Maté, que están perfectamente capacitados para aprovechar una escapada. La ilusión la pondrá el joven sevillano Juampe López, que tratará de deslumbrar en su primera gran vuelta.
Las etapas clave
Nadie duda en que es una Vuelta a España para escaladores. Son hasta ocho los grandes finales en alto, con otras tres etapas en las que la media montaña podría hacer daño. Y es que desde el primer día los ciclistas tendrán que salir con las piernas listas para que la carretera pique para arriba.
El final en el Santuario de Arrate, con tres 'terceras' antes, será un buen aviso. Lo mismo sucede con la segunda etapa con final en Lekumberri. El Alto de San Miguel de Aralar pondrá a muchos en su sitio, aunque será una etapa marcada en rojo para los que quieran una etapa escapándose. Tampoco dará tregua el jueves con la llegada a La Laguna Negra en el primer gran final en alto. Es la cima fetiche de Iván Ramiro Sosa, así que seguro que le marcarán en corto.
Tras el subibaja por tierras oscenses, llegará la gran etapa de esta edición. El domingo 25 de octubre se llegará al Col du Tourmalet, siempre que el tiempo lo permita. Antes los ciclistas recorrerán 136 kilómetros en los que tendrán que subir prácticamente de inicio el Portalet enlazando con el Aubisque. Se espera que las primeras grandes diferencias lleguen aquí.
La Rioja también quiere tener protagonismo en esta edición de La Vuelta y el Alto de Moncalvillo probará cómo están las piernas tras ese día devastador en Los Pirineos. Esa será la previa para la traca asturiana que esperará en el segundo fin de semana de la carrera. La Farrapona no quiere ser menos que L'Angliru y pondrá en preaviso al pelotón antes de que el domingo lleguen a las rampas demoledoras como la de la Cueña Les Cabres. En la jornada del sábado además tendrán que pasar por La Colladona, La Covertoria y San Lorenzo; serán dos jornadas en las que el dolor de piernas se convertirá en costumbre.
Para la tercera semana quedará justo tras de la jornada de descanso ese Mirador de Ézaro que ya se está convirtiendo en costumbre en La Vuelta y que siempre hace diferencias. Pero, sobre todo, después de dos etapas rompepiernas como las de Sanabria y la que transcurre por tierras salmantinas, el último sábado de la carrera estará La Covatilla que será la traca final de la edición más pintoresca de la ronda española.
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